martes, 23 de septiembre de 2008

Entre bueyes H A Y cornadas


El monotributista que financió la campaña K y negoció con Chávez
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Carlos Torres donó 710 mil pesos para Cristina y presidió una droguería.



Por: Daniel Santoro
Carlos Horacio Torres tiene una historia increíble: siendo monotributista donó 710 mil pesos para la campaña electoral de Cristina Kirchner y como "presidente" de la droguería San Javier logró firmar una carta de intención contractual con el gobierno de Hugo Chávez. Pero eso no es todo. Torres hizo esa donación de campaña misteriosamente a través de otra droguería: Multipharma. Y este año apareció en un acto con Chávez firmando como representante de San Javier una carta de intención sobre biotecnología con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), y la empresa venezolana Corpivensa. Fue el 7 de agosto pasado, el mismo día que Chávez visitó ese organismo estatal.Enrique Martínez, titular del INTI, dijo a Clarín que no conoce a Torres y que ese día se hizo presente en su organismo para firmar una carta de intención en nombre de una fábrica de maquinaria agrícola y que cree que "aprovechó la oportunidad" para suscribir otra para San Javier. Dijo que fue invitado por "el Ministerio de Planificación". Aunque finalmente la carta de intención sobre biotecnología venció y no se concretó el proyecto, llama la atención que haya habido una invitación a una persona que acumulaba tantos puntos grises en su historia.Además, tenía cheques rechazados por más de $ 2 millones y la empresa San Javier en la que figura como "presidente" había sido denunciada en el 2006 por el entonces fiscal Carlos Stornelli, por haber intentado cobrar medicamentos proveídos en forma gratuita por el Estado a pacientes del intervenido hospital Francés. Mucho antes, en 2002, Torres había tenido un sumario por haber aceptado un cargo en la Colonia Montes de Oca para enfermos mentales sin tener un título. Es más, en un programa sobre "Enfoque integral de la deficiencia mental" apareció como licenciado. A ese cargo renunció antes de que lo echaran.Torres es socio de Néstor Lorenzo, un empresario del sector de los medicamentos con fuertes vínculos con sindicalistas y políticos, en "Elaboradora de Productos Biológicos SA". Clarín llamó a Lorenzo para que de su versión. No respondió. La historia tiene más ramificaciones. En la causa del triple crimen de General Rodríguez, el juez Faggionato Márquez investiga si es verdadero un correo electrónico que el empresario Ibar Pérez Corradi envió a un Néstor y le aportó la ministra de Salud, Graciela Ocaña. Y dice: "Hola Néstor, según lo que hablamos ayer (30 de enero 2008) te estoy enviando un archivo excel con el detalle de todos los cheques que le tomé a Sebastián (NdR sería Forza) de OSBA (de los bancarios) y Multipharma". Son por más de 2 millones de pesos.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Q U E S E J O D A N G R O N C H OS!!!!!!!


16 millones de argentinos no tienen cobertura médicaUn millar de prestadores, financiadores, médicos y funcionarios debatirán a partir de hoy, jueves, cómo mejorar el sistema de atención de la salud y posibilitar que 16 millones de personas que carecen de cobertura médica de obra social o prepaga puedan acceder a un seguro sanitario, en el marco del XI Congreso Argentino de Salud que se llevará a cabo en Salta. Durante el Congreso -que lleva el título "Perseverar" se analizará una reforma integral del sistema sanitario argentino, con alcance federal para impactar con mejoras en todas las provincias del país de acuerdo con sus necesidades de infraestructura, recursos humanos y situación epidemiológica

jueves, 11 de septiembre de 2008

E L Q U E P A R T E Y R E P A R T E.....


El gordo y el flaco






Por Eduardo Pavlovsky

Desde Caballito partió una familia en su coche hacia el norte argentino para pasar sus vacaciones. Al llegar a un lujoso hotel de la ciudad, el padre le recomendó a su hijo Mario que realizara los cuarenta y cinco minutos que el médico le había recomendado como caminata diaria.
El lugar era bellísimo y una vez cambiado en su ropa de sport, Mario zarpó tomando una calle que le pareció la más atractiva. Luego fue explorando otras rutas hasta llegar a un conjunto de casas de adobe; en la puerta de una de ellas encontró sentado a un niño que tendría su misma edad.
Mario: ¿Cómo te llamas?
–Julián –respondió el niño que parecía alcanzar los 12 años de edad.
Mario: Te noto muy flaco. Estás esquelético. ¿No morfás?
Julián: Tomo desayuno con mate cocido y una galleta. Después almuerzo algo de verduras y una sopa. A la noche no comemos.
Mario: ¡Tenés que comer!
Julián: No siempre hay. En casa somos ocho. Tengo cinco hermanos menores y el viejo y la vieja. Con lo que gana el viejo no nos da para morfar a la noche a todos. A veces cenamos tres. Otras veces los otros tres. Papá y mamá casi nunca comen. Dicen que es bueno no comer a la noche. ¡Qué sé yo! La vieja me enseño un método para no tener hambre a la noche. Me dice que mire un punto fijo, que no deje de mirarlo y que relaje los músculos hasta los esfínteres. El hambre se me pasa. Y vos, ¿qué morfás que estás tan gordo?
Mario: Me morfo todo. Abro la heladera y me hago un plato grande con lo que encuentro: fideos, pedazos de carne, me gustan mucho el puré y el lechón, pizza y ravioles. Además, siempre en casa mamá hace tortas y yo me llevo dos pedazos grandes –a veces tortas de frutilla y chocolate– y me hago una bandeja y voy a ver televisión. El año pasado pesaba 62 kilos, pero este año aumenté mucho porque como mucho chocolate, peso 73 kilos. A veces en el quiosco me compro diez alfajores de chocolate. Me vuelve loco el chocolate y me los morfo todos. Después me siento pesado. A veces, no siempre, vomito cuando me siento muy cargado. Me gusta morfar viendo fútbol o a Tinelli. Es una fiesta. Primero lo salado y después me empacho con dulces. Ver televisión me encanta. Me paso horas viendo televisión y morfando. Después la computadora, y a veces leo las lecciones del colegio. Pero los ojos se me cierran y entonces me apoliyo. Ultimamente no duermo bien. Por eso mis viejos me llevaron a la prepaga.
Julián: ¿Qué es una prepaga?
Mario: Una prepaga es un servicio médico que el viejo paga para toda la familia. Somos cuatro.
Julián: ¿Es cara la prepaga?
Mario: Es de las mejores y por 2500 pesos por mes tenés asegurada la salud de toda la familia. A mí me llevaron por mi obesidad. Una consulta. Y tuvimos la suerte que ahora las prepagas te cubren la obesidad.
Julián: Cubren, ¿qué es?
Mario: Te pagan el tratamiento. Una dieta muy estricta y ejercicios físicos. Por ahora caminar.
Julián: ¿Caminar?
Mario: Tengo que caminar cuatro kilómetros cuatro veces por semana y hacer la dieta. Caminar camino, como hoy que vengo caminando del hotel hasta llegar a tu casa. Pero lo hago una vez por semana. Me canso enseguida. Me fatigo. Pero morfar no puedo dejar de morfar. No me van a joder la vida con la comida. Eso es privado. El médico me reta porque no bajo y yo le digo que cumplo el tratamiento. Hoy me morfé asado, una raviolada, torta pascualina y me comí cinco alfajores de chocolate de postre. ¿Y vos en qué grado estás?
Julián: Yo ya no puedo ir a la escuela. Fui cuatro años. Queda a diez kilómetros y el viejo se lleva la bicicleta para ir a laburar. Yo como estoy no puedo ir caminando. Me duelen las piernas. Al principio lo hacía. Pero ya no puedo.
Mario: ¿Y qué hacés todo el día?
Julián: Me quedo en casa cuidando a mis hermanitos y ayudando a la vieja. Para colmo nos quieren aumentar el alquiler. La vieja hace pastelitos de membrillo para ganar algo y ayudar al viejo.
Mario: ¿Y no ves televisión?
Julián: Cuando voy a la ciudad con el viejo a veces veo algún partido. Pero muy de vez en cuando. Hay un bar que transmite los partidos.
Mario: No tener tele debe ser terrible.
Julián: Lo terrible es no poder morfar bien todos los días y no poder subir de peso. ¿Vos cuánto pesás?
Mario: 73 kilos, pero tengo 11 años.
Julián: Yo tengo 12 años y peso 39 kilos. Estamos jodidos los dos. Vos por mucho y yo por poco.
Mario: Te cuento que yo conozco pibes pobres que están gordos como yo. Se comen diez panes por día los locos. Conozco otros pibes pobres que traen comida del basural de León Suárez. Sacan la comida de las bolsas de basura que deja la gente. Y morfan bien. Como dice el viejo “aquí en la Argentina el que no come es porque no se la rebusca bien”.
Julián: ¿Vos crees en Dios?
Mario: Voy a un colegio católico, pero creer en Dios, creer en Dios, no. No creo.
Julián: Yo sí, mi viejo también. A veces rezamos juntos para que Dios nos ayude.
Mario: ¡Dejate de joder! Comprate o pedí prestado una bicicleta y andá al colegio.
Julián: A mamá una tía le paga una vez al año el viaje a Buenos Aires para ir a pedir ayuda a San Cayetano.
Mario: ¿Y la ayudó?
Julián: A estar en paz, así dice ella y yo le creo.
Mario: ¿Y vos creés que San Cayetano los puede ayudar? ¿En serio lo decís?
Julián: Yo no lo sé. Pero lo bueno es creer. Tengo esperanzas. Si no, ¿quién te ayuda? Decime, ¿quién nos puede ayudar?
Mario: Qué sé yo. ¿Y si te pasa algo hay algún hospital?
Julián: Tenemos cerca un dispensario con un médico que viene dos veces por semana. Pero le falta de todo. El otro día un hermanito mío se hizo una herida y el médico no lo podía coser porque no tenía hilo. Sin embargo, se las arregló para juntar los bordes de la herida con tira emplástica. Un buen médico.
Mario: ¿Es gratis?
Julián: Y claro, no podríamos pagar. En la ciudad hay un hospital, pero los médicos se quejan de que falta algodón, aparatos de cirugía, enfermeras, medicamentos. De todo falta.
Desde lejos se ve llegar en bicicleta al padre de Julián. Es un hombre envejecido de unos 40 años. Al llegar lo observa detenidamente a Mario. “Che, pibe, estás obeso. Cuidate. ¿Vos sos de Capital Federal? Casi todos los pibes obesos viven allí. Cuidate pibe que después se te puede complicar con el corazón y la diabetes. ¡Hacé una dieta! ¡Comé menos! Te lo digo por tu bien. Me lo dijo un médico de la ciudad.
Mario lo mira. Los tres se miran y Mario sin decir palabra comienza a recorrer el camino de retorno. A los 50 metros de caminata se fatiga y dice: ¡Qué carajo saben estos indios de mierda! ¡Y opinan de medicina! ¡Lindo país tenemos con estos analfabetos! Se vuelve a detener fatigado y comienza a llorar desconsoladamente.


sábado, 6 de septiembre de 2008

S I N D R O M E D E D O W N


ESTUDIO EN RATONES


Los daños celulares del síndrome de Down
La alteración del gen REST impide un crecimiento neuronal normal en esta patología
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CRISTINA DE MARTOS


MADRID.- Científicos británicos han podido observar las consecuencias que tiene sobre el crecimiento celular portar tres copias del cromosoma 21, tal y como ocurre en el síndrome de Down. Este ADN extra altera la actividad de un gen clave en el desarrollo de las células desencadenando así buena parte de las alteraciones cerebrales observadas en las personas que padecen esta patología.
El estudio, publicado en la revista 'American Journal of Human Genetics', se llevó a cabo en ratones a los que se les había proporcionado un cromosoma 21 humano, de modo que tenían tres (lo normal son dos copias) y obtuvieron de ellos células madre embrionarias. Modelos previos de roedores con esta trisomía habían mostrado alteraciones en sus cerebros similares a las observadas en humanos.
Al examinar los genes de estas células, se percataron de que, en general, el ADN de los ratones portadores de la copia extra estaba alterado. Más concretamente, había ocho regiones cuya actividad estaba muy disminuida comparado con el genoma de ratones sanos. Una de esas zonas correspondía a un gen llamado REST, en el que los investigadores decidieron centrarse.
REST modula la expresión de otros genes determinantes en algunos importantes procesos neuronales como los canales iónicos, las proteínas de la sinapsis o los receptores de neurotransmisores. Su papel es esencial para que los pasos que ocurren en la diferenciación de las células nerviosas ocurran de manera ordenada. "Esta acción es necesaria para el paso de una célula madre embrionaria a una célula madre neuronal a una neurona madura", apuntan los autores.
Este gen regulador, en suma, es clave para que el desarrollo neurológico discurra con normalidad. La disminución de su actividad, de más del 40%, repercutía en la acción de otros genes y "podría malograr el desarrollo de todas las líneas celulares embrionarias", explican los autores, "aunque serán necesarias más investigaciones para determinar su contribución en todos los aspectos que definen el síndrome de Down".
Los roedores con trisomía sufrían déficits de memoria y aprendizaje, defectos motores (incluyendo hiperactividad y otras alteraciones del comportamiento) y disfunción del hipocampo.
Además, el equipo dirigido por científicos de la fundación Barts & The London, –del que formaron parte dos investigadores españoles- ha descubierto al culpable de esta alteración. Otro gen (DYRK1A), situado en el cromosoma 21, provoca que REST no funcione correctamente.
Cómo ocurren exactamente estos cambios es de momento una incógnita pero Dean Nizetic, coordinador del trabajo, se ha mostrado muy optimista. "Esperamos que futuros estudios proporcionen las claves para el diseño de nuevas terapias enfocadas a atajar el retraso en el desarrollo", ha declarado. Y ha ido un paso más allá: "Sospecho que esto no es importante sólo para el crecimiento de las células del cerebro sino también para su conservación a lo largo de la vida, su envejecimiento y respuesta al estrés", algo que podría ser de utilidad en el estudio de otras enfermedades con el Alzheimer.