martes, 11 de agosto de 2009

EE.UU: ruidoso debate sobre salud


Llovía, aplastaba el húmedo calor del verano y faltaban todavía varias horas para que el presidente Barack Obama llegara al pequeño pueblo de Portsmouth, New Hampshire, y ya decenas de personas lo esperaban en las calles expresando apoyo o rechazo a la reforma del sector de la salud.

Este martes Obama asistió al pueblo para un cabildo abierto para promover su propuesta de reforma y se encontró con una imagen que ya les es familiar a varios de los congresistas demócratas que han estado usando la misma estrategia de asambleas ciudadanas para lograr apoyo popular al plan.

Protestas en Portsmouth, New Hampshire

Protestas contra la reforma de la salud que quiere impulsar Obama.

De un lado los simpatizantes del proyecto que desean un sistema de cobertura universal que incluya a los casi 50 millones de personas que se estima que carecen de seguro de salud.

Del otro los que aseguran que un sistema basado en seguros manejados por el sector público sólo ayudará a empeorar las condiciones actuales. Entre ellos se habla con verdadero pavor de los peligros del "socialismo de estilo europeo" que quiere implantar Obama.

"Una vez que el gobierno entre en el negocio de proveer cuidados de salud las empresas privadas no podrán competir", dijo a la BBC, Corey Lewandowski, quien organizó la manifestación contra los planes presidenciales en Portsmouth.

Debate "saludable"

Ninguna de las partes parece tener toda la razón, pues ni el sistema que se proponé será universal -ya la Casa Blanca parece resignada a eso- ni será una medicina socializada como en Canadá y algunos países de Europa.

Pero al menos se trata de un "debate saludable" según dijo Obama el lunes durante la conferencia de prensa en Guadalajara, México, al final de la cumbre de líderes de América del Norte que tuvo con el presidente mexicano, Felipe Calderón, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper.

"Sospecho que cuando lleguemos al otoño y la gente vea la legislación que está siendo propuesta emergerán argumentos más razonables y sensatos", dijo Obama.

Sospecho que cuando lleguemos al otoño y la gente vea la legislación que está siendo propuesta emergerán argumentos más razonables y sensatos

Barack Obama, presidente de Estados Unidos

La Casa Blanca se ha quejado de la supuesta estrategia de "rumores" y "tácticas atemorizantes" que estaría usando la oposición para descarrilar el proyecto de reforma, que es actualmente el principal objetivo del gobierno estadounidense.

Algunos voceros republicanos han dejado claro que aprovecharán el desgaste que está sufriendo la popularidad del presidente Obama debido a la reforma sanitaria para propinarle la primera gran derrota política de su mandato.

Torneos verbales

Mientra ese debate se resuelve, las normalmente aburridas asambleas ciudadanas se han convertido en el centro de atención de periodistas y políticos porque por estos días son el frente de la batalla por la reforma de la salud.

Con el Congreso en Washington en receso, los parlamentarios republicanos y demócratas se llevaron la tarea pendiente para sus casas y están usando las vacaciones para promover sus puntos de vista con relación a la propuesta presidencial.

Barack Obama, presidente de Estados Unidos

Obama antes de partir rumbo a Portsmouth para hablar sobre la reforma de la salud.

Como consecuencia muchas de esas reuniones vecinales han terminado siendo torneos verbales donde algunos más exaltados vociferan sus puntos de vista con la esperanza de convencer a los contrincantes o al menos ahogar su opinión.

Las consignas son básicas, como hechas para la batalla callejera. "Just say no!" (Sólo dí que no) es el insistente estribillo de los oponentes. "It is broke, fix it!" (Está roto, arréglenlo)", machacan los que apoyan la idea.

Y como suele suceder, los ruidos vienen de una minoría de activistas.

Recientemente la Radio Pública Nacional estadounidense informó que había recibido cientos de correos electrónicos y cartas de oyentes que se quejaban de que un servicio público de comunicaciones diera cabida a los que consideraban una "campaña" con intereses partidistas.

En un foro sobre el tema abierto en el sitio web de The Take Away, un programa que produce el Servicio Mundial de la BBC en Boston, Jack Ford, escribió que la única consigna que llevaría a los cabildos sería "detengan los cánticos, vamos a hablar".

Quizá eso exprese lo que pueden estar pensando las mayorías silenciosas que asisten al, por momentos estridente, debate sobre la reforma.