jueves, 24 de diciembre de 2009

El ojo del huracán de la “pandemia” de gripe A
Publicado por Miguel Jara el 24 de Diciembre de 2009

Las cosas están sucediendo de una manera muy rápida con el asunto de la gripe A. Eso es bueno, corre la información gracias a internet como antes no hubiera corrido y lo que se ha presentado como la mayor campaña de marketing de la historia de la Humanidad está siendo desmontada a una velocidad de vértigo. Un especialista que ha investigado el fenómeno desde sus comienzos y ha publicado influyentes reportajes, F. William Engdahl, nos regala una información que a mí me parece de lo mejor que he leído, y ha sido casi todo, en lo referente a la gripe A. En concreto a cómo personajes concretos, que trabajan para instituciones “de prestigio” en el mundo científico y financiadas por la industria farmacéutica influyen en la Organización Mundial de la Salud (OMS) de manera directa y decisiva para que se promuevan “pandemias”. Como en el caso de la de la gripe A, pero no sólo esta.

18profesor Albert Osterhaus

Les destaco algunos párrafos del excelente y concluyente trabajo de Engdahl y al final de los mismos les incluyo los enlaces originales. ¡Cuántas veces me habrán preguntado estas semanas pasadas periodistas y no periodistas sobre el papel y la responsabilidad de la OMS en la creación de la “pandemia”! Cuánto sospechábamos de las relaciones furtivas de la OMS con los grandes laboratorios farmacéuticos pero no teníamos datos concretos. Pasen y lean:

Lo llaman «Dr. Flu» (Doctor Gripe). El profesor Albert Osterhaus es el principal consejero de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la pandemia de gripe H1N1. Venía prediciendo desde hace años la inminencia de una pandemia global y lo que hoy sucede parece estar dándole la razón. Pero el escándalo que ha estallado en los Países Bajos y que está siendo tema de debate en el parlamento ha puesto de relieve los vínculos personales del profesor Osterhaus con los laboratorios que fabrican las vacunas que él mismo prescribe en sus recomendaciones a la OMS.

F. William Engdhal nos relata cómo un experto poco escrupuloso ha logrado manipular la opinión pública internacional, sobredimensionando el impacto de la gripe H1N1 y enriqueciendo así a los laboratorios que le pagan.

lbert Osterhaus no es un individuo cualquiera. Se trata de un científico que ha desempeñado un papel en todas las grandes olas de pánico que se han desatado debido a la aparición de virus, desde las misteriosas muertes imputadas al SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en Hong Kong, donde la actual directora general de la OMS Margaret Chan promovió su carrera como responsable de la salud pública a nivel local. (…)

Posteriormente, cuando se dejó de hablar de los casos de SRAS, Osterhaus se dedicó a otra cosa y se dio a la tarea de dar envergadura mediática a los peligros de lo que él llamaba la gripe aviar H5N1. En 1997, ya había hecho sonar la alarma después de la muerte, en Hong Kong, de un niño de 3 años sobre el que Osterhaus sabía que había estado en contacto con pájaros. Osterhaus desarrolló su labor de cabildeo en los Países Bajos y a través de Europa afirmando que una nueva mutación letal de la gripe se había transmitido a los humanos y que había que tomar medidas drásticas. (…)

En abril de 2009 pareció que su búsqueda fructificaba cuando en La Gloria, un pueblecito del Estado mexicano de Veracruz, se diagnosticó un caso de un niño portador de la gripe por entonces llamada «porcina» o H1N1. Con un apresuramiento totalmente fuera de lugar, el aparato propagandístico de la Organización Mundial de la Salud arrancó a toda máquina con las declaraciones de su directora general, la Dra. Margaret Chan, sobre la posible amenaza de una pandemia mundial. (…)

Osterhaus no sólo ocupaba una posición estratégica para recomendar a la OMS que declarara la «urgencia pandémica» y para incitar al pánico sino que era además el presidente de una organización que se encuentra en la primera línea en lo tocante a ese tema. Se trata del Grupo Europeo de Trabajo Científico sobre la Gripe (ESWI, siglas correspondientes a European Scientific Working group on Influenza), que se define como un «grupo multidisciplinario de líderes de opinión sobre la gripe, cuyo objetivo es luchar contra las repercusiones de una epidemia o de una pandemia gripales». Como sus propios miembros lo explican, el ESWI es –bajo la dirección de Osterhaus– el eje central «entre la OMS en Ginebra, el Instituto Robert Koch en Berlín y la Universidad de Connecticut en Estados Unidos». Lo más significativo en cuanto al ESWI es que su trabajo está enteramente financiado por los mismos laboratorios farmacéuticos que ganan miles de millones gracias a la urgencia pandémica, mientras que los anuncios que hizo la OMS obligan a los gobiernos del mundo entero a comprar y almacenar vacunas. El ESWI recibe financiamiento proveniente de los fabricantes y distribuidores de vacunas contra el H1N1, como Baxter Vaccins, MedImmune, GlaxoSmithKline, Sanofi Pasteur y otros, entre los que se encuentran Novartis, que produce la vacuna, y el distribuidor del Tamiflu, Hofmann-La Roche.

Información original de Engdahl: WHO ‘Swine Flu Pope’ under investigation for gross conflict of interest