miércoles, 25 de agosto de 2010

COLOMBIA,la corrupta......

Publicado por Miguel Jara el 24 de Agosto de 2010

Tras su acto de posesión como Presidente de la República de Colombia, el 7 de agosto de 2010, Juan Manuel Santos, anunció el nombramiento de Claudia P. Vaca González, destacada farmacéutica colombiana, como directora del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, la agencia de medicamentos colombiana. A favor se pronunciaron numerosos profesionales, de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria del Brasil (ANVISA), la Dirección General de Medicamentos del Ministerio de Salud del Perú, la Agencia Española de Medicamentos, entre otras, así como las organizaciones gremiales más representativas del país andino.

Claudia

El Invima, una agencia que ha llegado a tener a la patronal farmacéutica en su seno, con asiento y voto, tendría en su dirección a una mujer joven, muy trabajadora, comprometida con la salud ciudadana y el uso racional de los medicamentos. Conozco personalmente a Claudia, ella fue mi anfitriona en Bogotá cuando visité el país hará un par de años para dar una conferencia en la Universidad Nacional aprovechando que previamente me habían invitado a otro evento en Caracas. Vaca es también crítica con las influencias de los intereses privados y la mercantilización de la salud humana, fenómeno que se ceba con renovado impulso con Colombia y los países que denominamos “en vías de desarrollo”, es decir, que tienen “mercados” interesantes para industrias como la farmacéutica.

Pero resulta que pese al anuncio presidencial del nombramiento de Claudia Vaca, el día 20 de agosto, en medio de una oleada de felicitaciones generalizadas por este lujo para Colombia, la propia Vaca envía una información en la que alude a

“dos semanas en las que se celebró con tanto optimismo un trámite que hoy se me ha comunicado no se concretará con la posesión del cargo”.

De manera sorpresiva y sin más explicaciones se revocaba la decisión original.

Carlos E. Jerez, presidente del Colegio Nacional de Químicos Farmacéuticos de Colombia, ha manifestado al presidente Santos

“el desconcierto de que el anuncio no se traducirá en posesión” y ha “lamentado” la decisión.

La indignación en el ámbito sanitario es patente. La Asociación Nacional de Profesiones de la Salud (ASSOSALUD), que representa a 38.000 afiliados, ha enviado una carta abierta en relación con el abrupto cambio en la decisión. En ella se declaran

sorprendidos por la decisión de no posesionar a Vaca. Esta determinación tiende un manto de duda sobre la institucionalidad y menoscaba la confianza para llevar adelante los procesos de diálogo y concertación necesarios para enfrentar la grave crisis de la salud en Colombia. Quisiéramos creer que realmente en su gobierno no se permitirán las injerencias indebidas, ni la búsqueda de rentas por parte de ningún sector, pero por el momento nos vemos obligados a expresarle nuestras reservas”.

Pero ¿qué ha podido suceder para que una mujer brillante y muy necesaria para su país en una institución vital en el ámbito sanitario no acceda a su puesto una vez nombrada por el presidente del país?

Luis Guillermo Restrepo, director de ASSOSALUD, cree que las presiones han podido llegar desde la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo (AFIDRO), que considera a Claudia como un peligro. Muestra de ello es un artículo publicado en El Pulso, un periódico especializado del sector salud, escrito por Francisco de Paula Gómez, director de AFIDRO, sobre el tema de la calidad de los medicamentos.

“En una conversación personal que sostuve con él, se refirió específicamente a Claudia como un ejemplo de la ‘ideologización de los debates’, argumento que ahora parece haberse utilizado para promover su ‘sentencia previa’. La misma idea se le escuchó en un círculo cerrado a Mario Andrés Urán, gerente de Roche”, me comenta Restrepo.

El Invima se encuentra en proceso de reestructuración y próximamente incorporará un número muy significativo de personas, lo cual lo hace muy apetecible por parte de políticos que buscan puestos de trabajo para su clientela.