viernes, 6 de mayo de 2011

EL NEGOCIO DE LA SALUD PRIVADA





Hora de la batalla por la reglamentación

“Si la reglamentación no subsana varios puntos, no podremos subsistir”, afirmó el presidente de Swiss Medical, Claudio Belocopitt. Las asociaciones de consumidores celebraron la sanción de la norma.

Por Sebastián Premici

“En estas condiciones, no tenemos ninguna posibilidad de funcionar. Si la reglamentación no subsana varios puntos, no podremos subsistir.” Así se expresó el presidente de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, no bien quedó sancionada la ley que regulará las empresas de medicina prepaga. Si bien la nueva normativa volvió a cosechar el rechazo de las empresas, fue bien recibida por las asociaciones de consumidores. “Hace más de 20 años que se insiste con distintos proyectos legislativos y nunca se había logrado concretar una ley de marco regulatorio de la medicina prepaga”, sostuvo Pedro Busetti, titular de Deuco. El sistema privado de salud es voluntario, lo que quiere decir que con esta ley las personas mayores de 65 años o aquellos que tienen una enfermedad preexistente y opten por pagar una cuota no podrán ser excluidas del sistema, como ocurría en la actualidad. Dejarán de estar cautivos de su prestador, porque ya no podrán ser rechazadas por otras firmas en caso de querer cambiar.

La ley sancionada anteayer por la Cámara de Diputados sobre las empresas de medicina prepaga (EMP) llena un vacío legal extendido en el tiempo: la regulación del sistema privado de salud. Como éste es un sistema voluntario, a partir de esta normativa ninguna persona que de-see ser parte del sistema podrá quedar excluida de él por la edad y deberá recibir todas las atenciones y procedimientos médicos comprendidos en el Plan Médico Obligatorio. Tampoco se les podrá aumentar excesivamente la cuota a los mayores de 65 años con diez años de aportes en una misma compañía.

Por ejemplo, en una propuesta que ya están elaborando en la Red Argentina de Salud, a modo de “aportes a la reglamentación”, solicitan que “las entidades puedan incrementar la cuota hasta un máximo del 200 por ciento, tanto por edad y preexistencias”. Según la Unión de Usuarios y Consumidores, entre agosto de 2002 y el mismo mes de 2010, las empresas Omint y Swiss Medical aumentaron sus cuotas un 80 por ciento por encima de la inflación calculada por las consultoras privadas y un 171 por ciento más que la medida por el Indec.

Para las empresas del sector tanto los límites a los períodos de carencia como las preexistencias constituirían “el fin del sistema privado de salud”. “La gente se va a borrar de las prepagas y se va a afiliar sólo cuando tenga una enfermedad y después se volverá a borrar”, había señalado Federico Díaz Mathe, director ejecutivo de Cimara, durante un seminario organizado por la Asociación Argentina de Auditoría y Gestión Sanitaria, quien ayer insistió en que presionarán para modificar la ley en la reglamentación.

Si bien las empresas no podrán rechazar usuarios por enfermedades preexistentes, no dicen que sí podrán establecer, juntamente con la autoridad de aplicación, las cuotas diferenciales producto de esa prevalencia. Con esta salvedad, la norma prevé ajustar la ecuación económica de las entidades, para evitar su desfinanciamiento.

Pero más allá del tema estrictamente financiero, a las compañías del sector les preocupa que con esta ley se terminarán los mercados cautivos.

Según el diputado y economista Claudio Lozano (Proyecto Sur), el sector factura por año más de 15.000 millones de pesos, “con cinco empresas predominantes que tienen el 75 por ciento del mercado”. “¿Por qué les aumentan tanto a los mayores de edad? Porque tienen un mercado de viejitos cautivos, que no pueden irse a otras prepagas porque no los dejarían entrar por preexistencia y la edad”, manifestó Felipe Solá durante el debate parlamentario.

Todas las asociaciones de consumidores que avalaron el proyecto, e incluso los diputados que ayer le dieron sanción definitiva, consideran que la norma puede ser perfectible (como cualquier ley), pero de ningún modo que atente contra la sustentabilidad económica del sistema. En todo caso, podría ser considerada “como un avance de la política sobre el poder real de la economía”, tal como señaló Leonardo Gorbacz, ex legislador y coautor de la normativa sobre prepagas votada anteayer.


Esperemos que en la Argentina se pueda aplicar una ley justa y equitativa.