jueves, 1 de septiembre de 2011

LA AMERICA NAZI

Experimentos de EE.UU. en Guatemala, "propios de la Alemania nazi"

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La gravedad de los experimentos médicos hechos por científicos estadounidenses a prisioneros, huérfanos y enfermos mentales de Guatemala durante los años 40 es mayor de la prevista, reconocieron a BBC Mundo autoridades sanitarias del país.

Según un informe publicado este lunes por una comisión presidencial de Estados Unidos, 1.300 guatemaltecos fueron infectados deliberadamente con sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual entre 1946 y 1948 para probar la eficacia de la penicilina.

En realidad, de acuerdo al presidente del Colegio de Médicos de Guatemala, Carlos Mejía, la cifra de infectados podría ser de hasta 2.500 después de haber revisado los archivos históricos guatemaltecos en los que se citan dichos experimentos.

Mejía forma parte de la comisión para el esclarecimiento de los experimentos puesta en marcha por el gobierno de este país, en la que también participan varios ministerios del ejecutivo de Álvaro Colom, así como la fiscalía general y la procuraduría nacional de Derechos Humanos.

Aunque esta comisión presentará su informe definitivo en octubre, Mejía adelantó a BBC Mundo que ya "hay suficiente evidencia para concluir que hubo colaboración entre las autoridades estadounidenses y guatemaltecas" a la hora de realizar las pruebas.

Al menos nueve doctores guatemaltecos estuvieron implicados en estos experimentos, aseguró. Ocho de ellos ya han fallecido, pero las autoridades aún desconocen del paradero del noveno, que tendría ahora más de 90 años.

El vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada, le dijo por su parte a la BBC que su gobierno ofrecería disculpas públicas al pueblo de Guatemala por la participación de médicos nacionales en el programa, financiado por EE.UU.

Prostitutas, soldados y enfermos mentales

Inyectadora

Para transmitir la infección, se inocularon concentrados de bacterias en los ojos, el sistema nervioso central y los genitales de los varones.

El caso de los experimentos médicos, que ha causado conmoción en el país centroamericano, salió a la luz a finales de 2010 tras la publicación de un estudio por parte de la historiadora Susan M. Reverby.

Entonces, el presidente estadounidense, Barack Obama, pidió disculpas a su homólogo guatemalteco por unos hechos que, de acuerdo al comité encargado de estudiar los casos en EE.UU., representan una "injusticia histórica, claramente contra la ética y los valores" de ese país.

El objetivo de los experimentos hechos a prostitutas, prisioneros, soldados y enfermos mentales de Guatemala era encontrar un modelo humano de infecciones de transmisión sexual que les permitiera evaluar la capacidad de prevención que tenía la penicilina para las tropas estadounidenses desplegadas en distintas partes del mundo.

De acuerdo con las autoridades de ambos países, estas pruebas se hicieron sin el consentimiento de los pacientes, que fueron infectados con enfermedades como la sífilis o gonorrea.

Se inocularon concentrados de bacterias en los ojos, en el sistema nervioso central y en los genitales de los varones. Aberraciones propias de la Alemania nazi, dice Mejía.

"Se realizó en un contexto en el que ellos mismos (Estados Unidos) estaban juzgando a los doctores alemanes que habían estado haciendo experimentos de tifus y malaria con prisioneros de guerra. Los alemanes utilizaron a polacos, rusos y judíos, y los estadounidenses hicieron prácticamente lo mismo en Guatemala", asegura.

También sus hijos

"Se realizó en un contexto en el que ellos mismos (Estados Unidos) estaban juzgando a los doctores alemanes que habían estado haciendo experimentos de tifus y malaria con prisioneros de guerra"

Carlos Mejía, presidente del Colegio de Médicos de Guatemala

Aunque han pasado más de seis décadas desde entonces, Guatemala aún está padeciendo las consecuencias de los experimentos.

En la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Roosevelt de Ciudad de Guatemala se ha examinado ya a cinco ancianos, de los cuales cuatro presentaron evidencias de haber sido víctimas de los estudios llevados a cabo en los 40.

"También hemos empezado a documentar algunos hijos de los afectados que han estado infectados. Aunque no tienen síntomas de sífilis, la enfermedad todavía está activa en ellos", explica Mejía.

El gobierno de Guatemala sostiene que hay además otra decena de personas con vida que podrían haber sido inoculadas y que aún no fueron estudiadas en detalle.

Paralelamente, dos firmas de abogados han iniciado sendas demandas colectivas en contra del gobierno de EE.UU. por los problemas de salud derivados de los experimentos.

De acuerdo al gabinete estadounidense Parker Waichman Alonso, al menos una docena de víctimas sobrevivientes de los experimentos y familiares de pacientes ya fallecidos han iniciado un proceso legal para pedir una compensación económica a Washington.

"Experimentos del demonio"

Marta Orellana, una guatemalteca de 74 años, asegura haber padecido constantes experimentos cuando, con 9 años, se encontraba en el hospicio nacional para huérfanos de Ciudad de Guatemala.

"Cuando hacíamos algo mal, ella nos decía de la suerte que teníamos de no haber pasado por lo que ella sufrió"

Luis Vásquez, hijo de Marta Orellana

Aunque no se encuentra entre los 15 sobrevivientes analizados por la comisión oficial guatemalteca, ella sostiene que sufrió pruebas médicas abusivas durante su estancia en el orfanato a manos de doctores guatemaltecos y extranjeros.

Su hijo, Luis Vázquez, le cuenta a BBC Mundo que nunca habían imaginado que su madre pudiera encontrarse entre los cientos de afectados.

"Cuando hacíamos algo mal, ella nos decía de la suerte que teníamos de no haber pasado por lo que ella sufrió. De los experimentos del demonio", dice. "Fue cuando escuchamos el perdón del presidente Obama cuando relacionamos el caso de mi madre. Y todo coincidía: las inyecciones en sus genitales, las pruebas médicas continuas, la enfermedad…".

Al menos 83 de los guatemaltecos que participaron en los experimentos murieron antes de 1953. De acuerdo con la presidenta de la comisión de investigación en Washington, Amy Gutmann, los doctores involucrados en aquellos estudios "ni siquiera mostraron un respeto mínimo por los derechos humanos y la moral".

LA MAFINDUSTRIA MEDICA

Sobredosis de publicidad

Por Pedro Lipcovich

La Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM) denunció “la proliferación de publicidades de medicamentos de venta libre, que alientan la automedicación e ignoran los efectos nocivos de estos productos”, pidió que el Estado efectúe un control previo de estas propagandas, que actualmente se fiscalizan cuando ya están emitiéndose. La entidad criticó también que –pese a la ley nacional que lo prohíbe– continúa la venta de medicamentos en kioscos de la ciudad de Buenos Aires, gracias a amparos judiciales. La denuncia, también –haciendo eco a la advertencia de un instituto universitario especializado– señala que la pseudoefedrina, precursora de drogas ilícitas, forma parte de medicamentos de venta libre. En una década, los remedios de venta libre pasaron desde el 14 a casi el 27 por ciento del mercado en la Argentina. Un experto señaló que, como las obras sociales no cubren estos productos, “los pobres terminan pagando más por el cuidado de su salud” y abogó por “la adhesión a normas internacionales para definir qué medicamentos pueden ser de venta libre, en vez de que cada país deba manejarse ante las presiones de la industria”.

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La AAPM efectuó su presentación ante la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). En la denuncia, “observa con preocupación el incremento de publicidades de medicamentos de venta libre, a través de los canales de televisión abiertos, las señales de cable y la publicidad en la vía pública y en las estaciones de subterráneo”.

La entidad sostiene que el Programa de Monitoreo y Fiscalización de Publicidad –creado este año por la Anmat– “resulta insuficiente para evitar que los consumidores tomen decisiones equivocadas basadas en afirmaciones falsas o engañosas”. Esto se debería a que “se sigue cometiendo el error de permitir que se publiciten medicamentos sin evaluar previamente” el contenido de las publicidades, que sólo son examinadas por la Anmat cuando ya están en los medios.

“Incluso se efectúan publicidades de medicamentos de venta bajo receta, lo cual está prohibido por las normas vigentes –advierte la AAPM–: así ocurre con el Viagra, de Pfizer, y el Voltaren, de Novartis.” Además, “el Voltaren, como muchos otros, viola la obligación de que –como indica la Ley de Prescripción por Nombre Genérico– el nombre genérico de la droga figure en el envase con igual tamaño y tipografía que la marca de fantasía”.

Por eso, “ante la reiteración de estos episodios, la AAPM insiste en la necesidad de un monitoreo previo y no posterior, que puede resultar tardío o superfluo”.

En este marco, “planteamos que las propagandas de medicamentos, además de insistir en las ventajas, adviertan también sobre los riesgos”, destacó José Charreau, secretario de acción social de la AAPM. La presentación ante la Anmat ejemplifica con “los efectos adversos” de “Aspirineta, Anaflex, De-senfriol, Ibupirac, Refrianex” y otros productos de venta libre.

Charreau citó el caso del ibuprofeno: “Este producto era de venta bajo receta y su presentación de 200 miligramos pasó a venta libre con el argumento de que, al ser una dosis más baja, presentaba menos riesgos; pero ahora incluso la presentación de 600 miligramos es de venta libre”.

La AAPM recuerda que, según un estudio de la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides, “el uso inapropiado y el consumo abusivo de fármacos sería responsable de 22 mil muertes al año en la Argentina, equivalentes al 7,5 por ciento del total de defunciones”.

La presentación de los agentes de propaganda médica cita un documento del Centro de Información de Medicamentos (CIME) de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, según el cual “la tendencia mundial de la industria es ampliar cada día más el número de medicamentos de venta libre, ya que la industria se siente libre para publicitar y promocionar de la manera indiscriminada y sin más límites que la ‘creatividad’ de sus publicistas”.

1700 millones

Según los números aportados por la AAPM, “la venta libre de medicamentos “creció un 12,05 por ciento entre noviembre de 2009 y el mismo mes de 2010, de acuerdo con estadísticas aportadas por la propia industria”. En cambio, el llamado mercado ético (de venta bajo receta) sólo creció “un 8,24 por ciento en el mismo período”.

“En 2001, el mercado de venta libre representaba el 14 por ciento del total de las ventas, con 49.925.961 unidades. En 2008, marketing publicitario mediante, ese mismo mercado había trepado al 26,6 por ciento, con 133.500.296 unidades, y en 2010 llegó a unos 150 millones de unidades, con una facturación de casi 1700 millones de pesos”, señala la AAPM.

De este modo, “el expendio de medicamentos de venta libre se incrementó un 196,69 por ciento en unidades, entre 2001 y 2010, y 466,47 por ciento en facturación”, ya que “el precio promedio aumentó desde 5,71 a 10,90 pesos”. En cambio, en el mismo período, el incremento en productos bajo receta fue menor: “Creció 34,50 por ciento en unidades y 313 por ciento en dinero”.

Federico Tobar –consultor del BID y el Banco Mundial en políticas de salud, cuyos trabajos son citados en la denuncia de la AAPM– destacó a este diario que “cuando un medicamento pasa a ser de venta libre, le queda habilitada la posibilidad de hacer propaganda directa al público –prohibida para los remedios bajo receta–: las grandes inversiones publicitarias se traducen en la fidelización de los consumidores a esa marca, lo cual la preserva de la competencia por precios que fomenta la Ley de Prescripción por Nombre Genérico. Además, las obras sociales no cubren los medicamentos de venta libre, que así son financiados fundamentalmente por medio del gasto de bolsillo: con los medicamentos de venta libre, los pobres pagan mucho más caro por el cuidado de su salud”.

Para el mismo investigador, “así como existe la Red Panamericana para la Armonización de la Reglamentación Farmacéutica (PARF), a fin de que las normas para autorizar medicamentos sean iguales en los distintos países, deberían armonizarse los criterios para definir qué medicamentos pueden ser de venta libre; pero esto se maneja en cada país, en relación con las presiones de la industria”.

Por lo demás, “el problema de los medicamentos de venta libre integra el más vasto tema de la comercialización de medicamentos en la Argentina, que es desastrosa: no hay control de que efectivamente se cumpla la venta bajo receta en farmacias y los precios están liberados y son más caros que en Europa”, resumió Tobar.

Efedrina, libre y precursora

La denuncia de la AAPM advierte también sobre “la cantidad de medicamentos con efedrina y pseudoefedrina existentes en el mercado, más de cincuenta, de los cuales algunos figuran en la categoría de venta libre”. Mariana Caffaratti –investigadora de la Facultad de Ciencias Químicas de Córdoba, coautora del trabajo “Efedrina y pseudoefedrina: usos y abusos”– explicó a este diario que “en la Argentina no se ha prohibido la pseudoefedrina que, al igual que la efedrina, puede usarse en la producción ilegal de metaanfetamina. En México se prohibieron todas las especialidades medicinales que contengan tanto efedrina como pseudoefedrina. En Estados Unidos, la venta se halla restringida por un sistema que registra quién es el paciente que la compra y en qué cantidad, no pudiendo superar una determinada dosis. La pseudoefedrina puede reemplazarse por la fenilefrina, que tiene sus mismos efectos, pero no sirve como precursora de metaanfetamina”.

Roberto Lede –director de Planificación de la Anmat– contestó que la admisión de medicamentos con pseudoefedrina “depende de las concentraciones” y destacó que “toda solicitud es analizada por una comisión que incluye a profesores universitarios de farmacología”.

Remedios en los kioscos

“Los kiosqueros de la ciudad de Buenos Aires siguen vendiendo, por igual, cigarrillos, caramelos y medicamentos”, deplora, en su denuncia ante la Anmat, la Asociación Agentes de Propaganda Médica (AAPM). Según el texto, “la Cámara Agentina de Productores de Especialidades Medicinales de Venta Libre (Capemvel) impulsó desde las sombras el recurso de amparo de una afiliada a la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) contra la Ley Nacional 17.565, de 2009, que prohíbe la venta de medicamentos fuera de las farmacias”. La jueza en lo contencioso-administrativo Elena Liberatori respondió al recurso de amparo dejando en suspenso la aplicación de la ley en la ciudad, lo cual fue apelado por la Confederación Farmacéutica Argentina; por su parte, el juez Guillermo Scheibler, del mismo fuero, ratificó la aplicación de la ley y el tema deberá ser dirimido en una instancia judicial superior.

Jimena Worcel, asesora médica de Capemvel, dijo a este diario que “los medicamentos de venta libre deben estar accesibles: ya que el Estado considera que la gente está capacitada para la utilización de estos medicamentos sin que deba ir necesariamente al médico, entonces entendemos que deberían ser accesibles en otros comercios, no sólo las farmacias”.

–Pero en los kioscos los medicamentos suelen venderse fraccionados, sin prospecto y sin que conste la fecha de vencimiento… –observó Página/12.

–Si eso ocurre, no está bien –contestó Worcel–. El medicamento no se debe dispensar fraccionado y debe ir acompañado por la información sobre el producto, tanto si se expende en la farmacia como fuera de ella.

AHORA SI QUE LA CAGAMOS

¿Se extinguen las mujeres?

Así lo indican recientes estudios. Las causas.

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El escalofriante estudio vaticina la extinción de la humanidad a causa de la caída en la tasa de natalidad | Foto: Cedoc


Estadísticas provenientes de diversos censos realizados en el mundo revelan que la tasa de fertilidad decayó y que podría continuar descendiando en las próximas centurias si la denominada "huelga de matrimonio" no se revierte. El primer riesgo, la extinción de las mujeres y la consecuente extinción de la humanidad.

Estas cifras, que proyectan una imagen catastrófica para la raza humana, fueron proyectadas por la revista británica The Economist. En el estudio se revela que si la tendencia de baja en las tasas de natalidad de los países desarrollados se mantienen, el mundo podría quedarse sin mujeres dentro de cinco milenios.

Sucede que muchas mujeres le habrían declarado la guerra al matrimonio, al optar por la vida de soltera. Según los datos aportados por el semanario, ésta sería la principal razón por la cual la cantidad de hijos e hijas estaría disminuyendo.

Incluso en países, con una alta tasa de natalidad, la no procreación está en alza. En cuanto a las mujeres específicamente, según datos de las Naciones Unidas, en 83 países las mujeres no tienen suficientes hijas para reemplazar a la generación anterior.

En Hong Kong, por ejemplo, que está en la cabeza de la lista, un grupo de 1000 mujeres ahora espera dar a luz a tan solo 547 niñas. Si nada cambia, las 547 hijas tendrán, a su vez, 299 hijas, y así sucesivamente.

De continuar estas tendencias, se teme por una extinción de la humanidad a causa de la falta de mujeres. Se estima que solo se necesitarían 25 generaciones para que la población femenina, dejara de existir.

En su informe, The Economist calculó que lo que le queda de vida a cada nación: 2000 años para España, 3700 años para China, y 5000 años para Brasil.

El premio Nobel de Química de 2009 Thomas Steitz (EE.UU.) ha denunciado este viernes que los laboratorios farmacéuticos no invierten en investigar en antibióticos, que puedan curar definitivamente, sino que prefieren centrar el negocio en medicamentos que sea necesario tomar durante "toda la vida".

El premio Nobel de Química de 2009 Thomas Steitz (EE.UU.) ha denunciado este viernes que los laboratorios farmacéuticos no invierten en investigar en antibióticos, que puedan curar definitivamente, sino que prefieren centrar el negocio en medicamentos que sea necesario tomar durante "toda la vida".

"Muchas de las grandes farmacéuticas han cerrado sus investigaciones sobre antibióticos porque curan a la gente y lo que estas empresas quieren es un fármaco que haya que tomar toda la vida. Puedo sonar cínico, pero las farmacéuticas no quieren que la gente se cure", ha enfatizado.

Investigador del Instituto Médico Howard Hughes de la Universidad estadounidense de Yale, Steitz asiste en Madrid al Congreso Internacional de Cristalografía (estudio de la estructura ordenada de los átomos en los cristales de la naturaleza).

En el caso de la tuberculosis, Steitz ha averiguado el funcionamiento que debería seguir un nuevo antibiótico para combatir cepas resistentes a esta enfermedad, que surgen sobre todo en el sur de África.

El desarrollo de este medicamento precisa una gran inversión económica y la colaboración de una farmacéutica para avanzar en la investigación, ha comentado en rueda de prensa. "Nos resulta muy difícil encontrar una farmacéutica que quiera trabajar con nosotros, porque para estas empresas vender antibióticos en países como Sudáfrica no genera apenas dinero y prefieren -ha lamentado- invertir en medicamentos para toda la vida".

Por el momento, según Steitz, estos nuevos antibióticos son "sólo un sueño, una esperanza, hasta que alguien esté dispuesto a financiar el trabajo".

Steitz, Enrique Gutiérrez-Puebla y Martín M. Ripoll, ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han hecho un llamamiento a que los países inviertan más en ciencia. En el caso de los antibióticos, la resistencia de las bacterias a ellos hará necesario continuar investigando "indefinidamente".

Steitz ha logrado desvelar cómo funciona el ribosoma, la parte de la célula encargada de fabricar proteínas a partir de los aminoácidos, lo que le hizo merecedor del Nobel junto a sus compañeros Ada E.Yonath y Venkatraman Ramakrishnan.

Este descubrimiento ha abierto una nueva línea de investigación en antibióticos, al conocer el mecanismo por el que las bacterias se vuelven resistentes a ellos.

Sus investigaciones se centran ahora en determinar las regiones del ribosoma hacia las que dirigir y fijar los antibióticos, es decir los "puntos de la diana" en los que el medicamento sería más eficaz.

En la actualidad, además de en la tuberculosis, el laboratorio de Steitz trabaja en varios compuestos para combatir cepas resistentes de la neumonía o el estafilococo áureo resistente a la meticilina, que causa más muertes que el VIH en algunos países como los EE.UU.

la ciencia yanqui avanza así

Salen a la luz más horrores de ensayos médicos de EE.UU. en Guatemala

En los años 40, se inocularon graves enfermedades a miles de personas.


Una conducta inhumana y cruel tuvo lugar en Guatemala: a los pacientes les abrieron heridas y se las infectaron con bacterias, meningitis y neurosífilis, entre otras enfermedades”. Con estas palabras, Anita Allen, integrante de una comisión investigadora estadounidense, reveló ayer en la ciudad de Atlanta nuevos y macabros detalles del experimento médico que Washington realizó en el país centroamericano en la década de 1940. Uno de ellos muestra toda la perversión desplegada: a una mujer que padecía una enfermedad terminal le inocularon gonorrea, para ver cuánto tiempo sobrevivía.

Los experimentos se realizaron entre 1946 y 1948, provocaron la muerte de al menos 83 personas en forma directa y ya es considerado como uno de los episodios más sombríos de las investigaciones médicas en la historia estadounidense. Las víctimas de este aberrante ensayo fueron 5.500, entre ellas niños huérfanos, pacientes con problemas mentales, indígenas, soldados, prostitutas y enfermos . A 1.300 de ellos se les inocularon enfermedades venéreas.

Estos estudios fueron realizados por médicos del Servicio de Salud Pública de EE.UU. y de la Oficina Sanitaria Panamericana, junto con organismos del gobierno guatemalteco. Todo fue pagado con fondos del gobierno estadounidense.

El método era simple: se exponía en forma deliberada a miles de personas a enfermedades de transmisión sexual, como sífilis, gonorrea y chancroide , para así determinar si la penicilina –entonces relativamente nueva– podía detener y combatir la infección.

El episodio se mantuvo oculto por décadas y recién se descubrió el año pasado, gracias a que la historiadora médica Susan Reverbydel, del Colegio Wellsley, halló expedientes de los pacientes entre unos documentos del médico John Cutler, director del experimento.

En ese momento el presidente Barack Obama ofreció disculpas a Guatemala y ordenó que una comisión de bioética, compuesta por notables, revisara lo ocurrido. En la presentación preliminar del informe, la directora de ese grupo de especialistas, Amy Gutmann, sintetizó el caso con dos palabras: “Escalofriantemente atroz” .

Al igual que Josef Mengele, el médico nazi de los pavorosos experimentos en los campos de concentración del nazismo, Cutler no tenía escrúpulos ni medía el espanto de sus experimentos. Por ejemplo, siete mujeres con epilepsia, que estaban alojadas en el Asilo de Alienados, fueron inyectadas con sífilis abajo de la nuca . Así trataban de comprobar la hipótesis de que la nueva infección podría de alguna manera curarles la epilepsia. Cada una de las mujeres enfermó de meningitis bacteriana, posiblemente por el uso de material sin esterilizar.

Quizá los detalles más perturbadores se refieren a una paciente femenina de sífilis, que se encontraba en estado terminal. Los investigadores, interesados en ver el impacto de una nueva infección en un cuerpo debilitado, le inocularon gonorrea en los ojos y en otras partes de su cuerpo. Murió seis meses después, en forma espantosa.

Según la comisión, la nueva información indica que los médicos tuvieron una insólita actitud inmoral, incluso si el hecho fuera puesto en el contexto histórico de la época: “Los investigadores colocaron en primer lugar sus propios avances médicos y en un distante segundo lugar al decoro humano; estos son graves violaciones a los derechos humanos ”.

El gobierno de Guatemala, que dio a conocer este caso, está haciendo su propia investigación. Quiere saber qué consecuencias tuvieron los pacientes y sus familias a raíz de las infecciones a que los sometieron. Ya logró ubicar a cinco sobrevivientes, de entre 84 y 85 años. Antes, la prensa había localizado a una mujer llamada Marta Orellana, a la que incluyeron en los fatídicos experimentos cuando tenía sólo 9 años.

En Guatemala, el descubrimiento impactó con fuerza en la opinión pública. “Todo ciudadano estadounidense consciente sentirá vergüenza. Todo guatemalteco sentirá dolor y rabia”, comentó el conocido diario Prensa Libre.



No hay diferencias con los experimentos de Mengele con Hitler en los niños judios,ni con los de Franco con los prisioneros republicanos.Por suerte no se descubrieron "experimentos"con soviéticos,que sino estaríamos hasta las narices leyendo y viendo reportajes sobre el salvajismo comunista.