lunes, 14 de noviembre de 2011

A pesar de lo cual 925 millones de personas se encontraban en situación de hambre crónica en 2010

¿Cómo en un planeta con tal producción puede haber gente que pasa hambre?

Las paradojas de la globalización y del mundo en que vivimos. El planeta Tierra genera dos veces más alimentos de los que sus 7.000 millones de habitantes precisan para vivir, a pesar de lo cual 925 millones de personas se encontraban en situación de hambre crónica en 2010.

Así lo aseguró a Servimedia el director de la oficina de la FAO en España, Enrique Lleves, quien se preguntó “cómo en un planeta con tal producción puede haber gente que pasa hambre”.

A su juicio, “el libre juego de la oferta y la demanda no explica el hambre en el mundo”, y ni siquiera las últimas sequías y el crecimiento poblacional son motivo en vista de los datos.

Lleves apuntó a la falta de voluntad política de los Estados y a la especulación con el precio de los alimentos como las principales causas del problema, tal como recoge el libro “Especulación financiera y crisis alimentaria”, de José María Medina y Kattya Cascante.

Medina, director de la ONG Prosalus y coordinador de la campaña “Derecho a la alimentación. Urgente”, explicó cómo el índice de precios de los alimentos de la FAO permaneció constante entre 1990 y 2006, con oscilaciones entre 90 y 120 puntos y una media en torno a los 100 para todo el período.

Sin embargo, a finales de 2006 y principios de 2007 los precios comenzaron a subir de forma incesante y alcanzaron el índice 213 en 2008, señaló. Volvieron a caer en 2009, aunque en 2010 iniciaron otra subida (hasta los 214) y en 2011 llegaron a situarse en los 240 puntos, destacó Medina.

El libro también destaca que el mercado de materias primas alimentarias pasó de unos 35.000 millones de dólares en 2004 a acumular 350.000 millones en 2009.

Para Medina, “el bluf de la burbuja inmobiliaria atrajo a los fondos de inversión a este sector, que parece seguro y rentable”, lo que a su juicio explica el alza y la volatilidad en el precio de los alimentos.

A esto hay que añadir el acaparamiento del mercado en manos de unas pocas empresas, prosiguió este experto, y la acumulación de tierras, sobre todo en África, donde las multinacionales se están haciendo con grandes extensiones de terreno.

Cinco empresas controlan el 80% de la producción y el comercio de granos, cuatro el 100% de las semillas transgénicas, tres monopolizan el mercado mundial de lácteos y otras tres acaparan la producción de maíz en el mundo, apunta en el libro.

Por ello, exigió al G-20 aprobar una regulación internacional para limitar el porcentaje del mercado alimentario en manos de un solo grupo inversor; establecer una tasa contra los movimientos especulativos en este terreno; imponer una moratoria a la compraventa de tierras, y acabar con las primas a los agrocombustible.

Lleves señaló la falta de transparencia en este mercado, con gobiernos como los de China o India que no informan sobre su producción por ser secreto de Estado, lo que “solo beneficia a unas pocas empresas”, indicó.