jueves, 12 de enero de 2012

chupatelo todo

Hallan por qué el alcohol es adictivo

Científicos descubrieron diferencias en el cerebro que parecen explicar por qué algunas personas beben más que otras y porqué algunas se vuelven adictas al alcohol.

Bebida alcohólica

El cerebro de los bebedores excesivos es más receptivo a las endorfinas que producen placer.

Los investigadores de la Universidad de California, San Francisco, descubrieron que el cerebro de la gente que bebe en exceso parece ser particularmente receptivo a los compuestos que provocan la sensación de placer y recompensa tras una bebida.

Aunque esto se sospechaba desde hace décadas, es la primera vez que un estudio logra observarlo en el cerebro de seres humanos.

Y el hallazgo, afirman los científicos en la revista Science Translational Medicine (Science, Medicina Traslacional), podría conducir a nuevas herramientas para tratar el abuso de alcohol.

Se sabe que el alcoholismo es un trastorno causado por factores tanto biológicos como psicológicos.

Estudios en el pasado llevados a cabo con animales han mostrado que el abuso del alcohol produce cambios químicos en el cerebro que incrementan la tolerancia y, por consiguiente, la dependencia a la sustancia.

Hasta ahora, sin embargo, no se ha logrado entender cuáles son los mecanismos biológicos que intervienen en estos cambios de la estructura cerebral y que hacen que un individuo tenga la necesidad compulsiva de seguir bebiendo.

Más endorfinas, más placer

Igual que otras sustancias adictivas, como la cocaína y las anfetaminas, el consumo de alcohol provoca la liberación de endorfinas, unos compuestos químicos opioides que se adhieren a receptores en los centros de recompensa del cerebro provocando la sensación de placer que produce el alcohol.

Lo que hasta ahora se desconocía, sin embargo, son los mecanismos que subyacen a este proceso de consumo y recompensa, y por qué algunas personas sienten la necesidad de seguir bebiendo y otras no.

Para investigarlo, la doctora Jennifer Mitchell y su equipo sometieron a un grupo de 25 individuos -13 bebedores excesivos y 12 no bebedores- a escáneres cerebrales de tomografías PET (por emisión de positrones).

"Esto es algo que hemos especulado durante cerca de 30 años, basados en estudios con animales, pero hasta ahora no habíamos podido observarlo en humanos. Y nos ofrece la primera evidencia directa de cómo el alcohol hace a la gente sentirse bien"

Dra. Jennifer Mitchell

Las imágenes fueron tomadas antes y después de que ambos grupos de individuos consumieran una bebida alcohólica.

Los resultados mostraron que el consumo de la bebida alcohólica provocaba, tanto en los bebedores como en los no bebedores, la liberación de endorfinas en dos regiones particulares del cerebro: el núcleo accumbens y la corteza orbitofrontal.

Esto revela, afirman los autores, que independientemente de cuánto beba una persona, el consumo de alcohol produce la liberación de endorfinas en esas dos regiones cerebrales.

Observaron que cuantas más endorfinas se liberaban en el núcleo accumbens, mayor era el sentimiento de placer del individuo, tanto bebedor como no bebedor.

Sin embargo, cuantas más endorfinas se liberaban en la corteza orbitofrontal, mayor era el sentimiento de intoxicación que experimentaban los bebedores excesivos.

Pero esto no lo experimentaban los no bebedores.

Según los científicos, esto muestra cómo las endorfinas contribuyen a largo plazo al abuso del alcohol y cómo la liberación de grandes cantidades de endorfinas provoca que la bebida alcohólica sea más placentera.

Lo cual a su vez contribuye a querer beber más.

Tal como explica la doctora Mitchell, "esto indica que los cerebros de los bebedores excesivos o bebedores con problemas van cambiando en una forma que los hace encontrar el alcohol cada vez más placentero".

"Y esto puede ser la clave de cómo se desarrolla, en primer lugar, el problema del alcohol".

"Porque ese sentimiento cada vez más grande de recompensa los hacer beber cada vez más", agrega.

La investigadora sostiene: "Esto es algo que hemos especulado durante cerca de 30 años, basados en estudios con animales, pero hasta ahora no habíamos podido observarlo en humanos".

"Y nos ofrece la primera evidencia directa de cómo el alcohol hace a la gente sentirse bien".

La investigación fue financiada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y el Fondo para la Investigación sobre Abuso de Drogas y Alcohol del Estado de California.

¿POR DONDE CIELO?

El extraño caso de la joven británica con dos vaginas

Hazel Jones tiene una malformación congénita que afecta a una de cada millón de mujeres


El extraño caso de la joven británica con dos vaginas

Hazel Jones es una guapa joven británica de 27 años con una rara condición: tiene dos úteros, dos cérvix y dos vaginas. la razón de esta anomalía es que Hazel convive con una malformación congénita denominada útero didelfo, pero en su versión más insólita, que afecta a una de cada millón de mujeres.

Una circunstancia a la que no puso nombre hasta los 18 años. En la pubertad sufría fuertes calambres y abundantes hemorragias durante la menstruación, pero no fue al médico hasta que su novio de entonces le dijo que tenía algo «diferente» en sus genitales.

«Desde que lo sé, se lo cuento a todo el mundo. De hecho, si una mujer quiere echarle un vistazo, se lo enseño sin problemas. No es algo que me avergüence», confesaba la joven este miércoles en el magazine matinal «This morning» de la cadena británica ITV.

Debido a su extraña condición ha vivido situaciones tan extraordinarias como perder la virginidad «dos veces», según reveló durante la entrevista. Además, los médicos le han advertido que tendrá que ser cuidadosa cuando quiera concebir porque tiene un mayor riesgo de sufrir un aborto espontáneo, parto prematuro o hemorragias durante la gestación. Y, si se queda embarazada, deberá evitar quedarse en estado al mismo tiempo en el otro útero.

A pesar de estas contraindicaciones, Hazel no ha querido operarse para corregir esta malformación porque el postoperatorio es «muy desagradable y deja una gran cicatriz». Tampoco parece tener problemas en «otros» aspectos: «Mi vida sexual es estupenda».

UN PARTO NO ES UNA ENFERMEDAD


María dice:

Hola Miguel,

Vengo del blog de Lady Vaga. Es importante que empecemos a darle bombo y platillo a ciertos asuntos sobre parto y embarazo, porque las mujeres occidentales nos creemos muy liberadas y lo cierto es que ignoramos mucho sobre nuestros cuerpos. Así nos va, claro. Si un ginecólogo u obstetra cree que un bebé es lo mismo que un apéndice infectado y putrefacto, tiene una severa confusión mental.

El parto es una función más del cuerpo humano, igual que comer, respirar, defecar, orinar, sudar… ¿Por qué esa obsesión en medicalizarlo? No lo sé. Siempre se dice que antes las mujeres se morían como moscas en el parto, igual que ahora en el mundo subdesarrollado. Sí, claro. También se morían como moscas los niños, de desnutrición e infecciones. Y llegar a los 60 años era una proeza, porque la gente adulta no-embarazada también se moría de enfermedades e infecciones. Las mujeres tenían 10 hijos porque, con suerte, sobrevivían la mitad. Antes la mortalidad era alta en general: mujeres, hombres y niños se morían porque estaban mal alimentados, no había antibióticos ni vacunas, vivían hacinados y en malas condiciones, y no se conocía la higiene ni el agua corriente.

Muchas muertes en el Tercer Mundo están relacionadas con diarreas, por ejemplo. Las diarreas se producen casi siempre por consumir agua no potable. Así que beber agua es peligroso. Beber es peligroso. Todos deberíamos ir por la calle con una vía profiláctica en vena, recibiendo hidratación de una bolsa de suero, porque beber es peligroso.

Hace nada hubo un brote de E.Coli en Alemania y muchos murieron o sufrieron daños renales severos por comer vegetales crudos contaminados. Algunas personas se atragantan con la comida y mueren asfixiadas. Otras mueren por ataques de alergia a ciertos alimentos. Es decir, comer es peligroso. Por eso, mejor que nos inserten una sonda nasogástrica y recibimos alimentación artificial controlada.

Mucha gente tiene apendicitis. Hacer la digestión es peligroso, podríamos morir de una peritonitis!. Deberíamos de operarnos TODOS, para extirpar nuestros apéndices, aunque estemos sanos y sin síntomas de infección. Porque claro, así en el futuro evitamos ese riesgo.

Mucha gente se muere en accidente de tráfico. Conducir es peligroso. Así que, antes de entrar en el coche, vamos a ponernos una vía intravenosa y evitaremos comer o beber en 24 horas, por si tienen que operarnos después de un accidente de tráfico.

En los países desarrollados la principal causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares (el 69%, según la OMS). Es decir, nuestros corazones y sistema circulatorio son ineficientes, es peligroso dejarles que vayan a su aire. Deberíamos tomar medicamentos para el colesterol como profilaxis, no vaya a ser que nos dé un infarto dentro de 10 años. Espera, todavía mejor! Vamos a hacernos todos un triple bypass por si, en el futuro, nuestro corazón fallase. Así nos aseguramos de que está en buen estado. O nos podemos poner un marcapasos preventivo, aunque estemos sanos, porque en el futuro podríamos enfermar del corazón y morirnos!

¿Absurdo, verdad? Estaríamos dañando gravemente nuestro cuerpo sin motivo. Bueno, pues con el parto lo mismo. La vida humana en realidad es muy frágil y estamos rodeados de amenazas, pero vivir con miedo es una enfermedad que se llama hipocondría. ¿Por qué la sociedad nos convierte a las mujeres en hipocondríacas cuando nos quedamos embarazadas? Es absurdo someternos a un montón de intervenciones “por si acaso”, cuando lo cierto es que nuestros cuerpos de mujer están preparados de serie para gestar, parir y amamantar un bebé. Llevamos haciéndolo miles de años, sin médicos. Y la especie humana ha sobrevivido, así que tan defectuosas no debemos estar.

Lo normal es que, si estamos sanos, nuestros pulmones funcionen, nuestro corazón funcione, nuestro sistema digestivo funcione y nuestro útero funcione. Claro, no existe un 100% de certeza! Nunca. Nuestro corazón puede fallar, puede darnos un ataque de asma, podemos tener una crisis de alergia, podemos ser atropellados, caernos y rompernos una pierna, contagiarnos de una enfermedad mortal, tener un infarto cerebral, me puedo cruzar con un asesino que me acuchilla o con un pistolero que me dispara para robarme. En esos casos de desviación de la salud, la medicina interviene. A veces nos salva la vida y recuperamos la salud. Otras veces no funciona. Pues con el embarazo y el parto, lo mismo: si estamos sanas, lo más seguro es que todo salga bien, sin necesidad de intervención médica. A veces las cosas fallan y en esos casos la medicina ayuda, pero otras veces el bebé muere o nace con defectos que no se han podido detectar ni corregir. Los médicos no son dioses. Ni superhéroes. La medicina tampoco es infalible.

Imaginemos. Un día entro en la consulta de mi médico de familia para una revisión y me dice: “No se preocupe, señora, que gracias a mí, a la ciencia médica y a los medicamentos, NUNCA MÁS se va Ud. a enfermar y le garantizo que no se va a morir”. ¿Qué otra cosa puedo pensar más que al pobre doctor le dio un delirio? Porque lo que me está diciendo no es cierto y promete cosas imposibles. Entonces… ¿por qué los ginecólogos y obstetras nos aseguran que, gracias a ellos, nuestros cuerpos podrán dar a luz y nuestros bebés serán absolutamente perfectos? A mí me parece igual de falso y pretencioso.
La vida no tiene garantías y lo único que podemos hacer es cuidarnos para mantenernos sano.


Gracias a Miguel Jara por su blog y a María por colaborar.No siempre la gente se anima.

Publicado por Miguel Jara el 10 de enero de 2012

Ayer comentaba el caso de los catorce bebés muertos en Argentina tras un ensayo clínico de vacunas desarrollado por el laboratorio GlaxoSmithKline. El país andino parece convertirse en un gigantesco ensayo clínico. Allí se da la extraña circunstancia que es obligatoria (además de gratuita) una vacuna como la del virus del papiloma humano que en España es de aplicación voluntaria y eso sí sufragada por la Administración pública pese a la necesidad de una moratoria en su aplicación.

Me cuenta el médico Juan Gérvas, conocido por los lectores habituales de este blog por ser uno de sus más prolíficos colaboradores que esto de las epidemias de sobrevivientes de cáncer es una cosa llamativa. “Nada como lo de Cristina Fernández (presidenta de Argentina) que no tiene cáncer de tiroides… ¡ni tiroides tras la intervención a la que ha sido sometida hace unos días…!“. Es lo que considera el galeno “los excesos de la medicina”:

“Cristina Fernández ha logrado sobrevivir a los médicos, no hay duda… Bueno para su salud (que va a quedar “marcada” de por vida, con hipotiroidismo quirúrgico), malo para las miles de personas que en Argentina, por efecto “imitación” están siendo sometidas a “cribado” de cáncer de tiroides (sin fundamento científico…). Podrá presidir sin duda la República de los Sobrevivientes al Cáncer, como deseaba…”

Respecto al melanoma también hay mucho sobrediagnóstico y sobretratamiento y sobrecribado como es de esperar dada la baja calidad del diagnóstico de melanoma, pues la concordancia entre los mejores anatomopatólogos sólo es un poco mejor que el azar.