jueves, 29 de marzo de 2012

Nueva prueba que detecta superbacterias en heridas


Un análisis para detectar si una lesión o herida está infectada con superbacterias, incluida el estafilococo dorado resistente a la meticilina (EDRM), fue desarrollada por científicos británicos.

Estafilococo dorado resistente a la meticilina (EDRM)

La infección de EDRM se desarrolla principalmente en hospitales poniendo en riesgo a los pacientes.

El diagnóstico puede ayudar a elegir medicamentos más efectivos para tratar al paciente y evitar que la infección se propague, dicen los investigadores de la Universidad de Edimburgo, Escocia.

La prueba consiste en tomar una muestra de una herida o úlcera para posteriormente analizarla con una cinta que contiene diminutos sensores eléctricos.

Las bacterias resistentes a los antibióticos, como el EDRM, se están convirtiendo en un grave problema porque quedan muy pocos fármacos disponibles para tratarlas.

El EDRM es una cepa de estafilococo que primero desarrolló resistencia a la penicilina y posteriormente a la meticilina, uno de los antibióticos más poderosos disponibles.

La bacteria se produce principalmente en infecciones contraídas en hospitales, lo cual está causando graves problemas en muchos países.

Aunque la infección de estos microorganismos en un individuo sano por lo general no causa complicaciones, en pacientes con heridas graves o que padecen otras enfermedades puede ser letal.

Actualmente, las pruebas para diagnosticar la infección de EDRM son costosas y lentas. Y, cuando se detecta, muchas veces la infección ya se ha propagado y resulta muy difícil combatirla, algo que pone en riesgo al paciente.

Rápida y costo efectiva

La nueva prueba, dicen los científicos, es rápida y barata y permitirá saber de forma inmediata si la lesión está infectada y con qué tipo de patógeno.

"Al desarrollar una prueba rápida y relativamente economica, sabremos de inmediato qué tipo de infección está presente, lo cual mejorará las posibilidades de éxito para tratar la infección."

Dr. Tim Bachmann

Tal como explica el doctor Till Bachmann, quien dirigió la investigación, "la resistencia a los antibióticos se está convirtiendo en un problema urgente de atención a la salud y estamos en un grave peligro de entrar en la era postantibiótico".

"Al desarrollar una prueba rápida y relativamente económica, sabremos de inmediato qué tipo de infección está presente, lo cual mejorará las posibilidades de éxito para tratar la infección".

La prueba todavía deberá ser perfeccionada porque, por ahora, las muestras de la herida deben procesarse en el laboratorio para incrementar el número de bacterias presentes y poder detectarlas con los sensores.

Pero en el futuro, dicen los científicos, esperan poder evitar este proceso mejorando la sensibilidad de la cinta eléctrica, lo cual permitirá que la prueba pueda llevarse a cabo en las clínicas de salud y en las casas de los pacientes.

En el estudio, el doctor Bachman y su equipo tomaron muestras de úlceras de pié diabético de pacientes en el Hospital Royal Infirmary de Edimbrugo.

Según los científicos, estos pacientes serán unos de los principales beneficiados por el nuevo análisis, ya que permitirá evitar la propagación del trastorno.

Cuando la infección en estas úlceras se propaga, muchas veces, es necesario amputar la extremidad para reducir el riesgo de muerte del paciente.

Actualmente, con las técnicas de análisis disponibles, es necesario esperar un día para poder detectar el EDRM u otra superbacteria en una herida.

Los científicos esperan utilizar una tecnología similar para controlar las señales que las bacterias se envían unas a otras para propagar su infección y controlar los compuestos químicos que se producen en la herida y que indican la presencia de una infección.

Si se logra entender por qué las bacterias liberan ciertas moléculas como parte de este proceso, los científicos podrán identificar el comienzo de una infección y tratarla de forma inmediata.

Los resultados de la investigación fueron presentados durante la conferencia de Avances en Biodetección y Biosensores que se celebra en Edimburgo.

CUANDO SE MATA A UN HIJO...

Entrevista a Andrés Rascovsky. Pte. de la Asoc. Psicoanalítica argentina

.Eduardo anguita y Horacio Del Prado
“El cuidado de la infancia recién se descubrió hace un par de siglos”. Para el psicoanalista, a lo largo de la historia humana, en civilizaciones tan distintas como la incaica, la judía y la romana, se justificaba el filicidio.

El homicidio de Martín Vázquez, el chico de seis años que murió en manos de su madre en un country de San Vicente, en el sur del Gran Buenos Aires, puede ser abordado desde diversas disciplinas. Una de ellas es el psiconanálisis. Por eso, en el programa Hoy más que nunca –que se emite por Radio Nacional de lunes a viernes de 7 a 9– fue entrevistado Andrés Rascovsky, psiquiatra y presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
–El 28 de enero de 1978, en el diario El País un artículo firmado por Arnaldo Rascovski, su padre, refiere al filicidio. Allí se consigna: “Las figuras paternas se convierten en un agente represor a través de lo que esta cultura se perpetúa, pero la represión no tiene por qué ser tan represiva y filicida. El buen padre prohíbe el incesto, reprime el instinto con amor ofreciendo otra alternativa instintiva al hijo, la identificación con él. En este caso el padre fuerza al hijo a la renuncia por amor y no por miedo logrando la identificación del niño con esta imagen paterna, ante el padre bueno el niño renuncia fácilmente”. Interpreto que su padre expresó que nosotros en nuestra condición tenemos dos tendencias: a la identificación a través de la eliminación y la identificación a través del amor.
–A lo que se refiere mi padre es al complejo de Edipo y el pasaje de la naturaleza en estado salvaje a un estado más cultural que se produce por la represión del vínculo materno-infantil. Es decir, que el padre interviene ofreciéndose como modelo y que representaría la construcción de la masculinidad. En ese texto, mi padre se refiere a la violencia que pueden tener los padres. Él creó la teoría del filicidio, que probablemente sea una de las contribuciones psicoanalíticas más originales de nuestro país y América latina. Es decir, que el origen de la cultura está en la limitación, también, de esa tendencia primitiva que tiene el hombre a destruir a sus hijos porque todas las religiones abrhamánicas –la mahometana, el judaísmo y el cristianismo– comienzan con el mito del mandato que Dios le da a Abraham de matar a su hijo Isaac y esto seguramente conforma el núcleo de la problemática padre-hijo. Se trata de una tendencia destructiva para con el hijo. Dios después manda un ángel para impedir que Abraham, una vez confirmado que acatará la orden de Dios, mate a su hijo. Sin embargo, este mito revela la tendencia instintiva primitiva del hombre pre cultural, podríamos decir, a destruir a sus hijos. La historia de los hijos a lo largo de la humanidad es muy dramática, la infancia y su cuidado se descubrió, solamente, hace un par de siglos. Antes se instauraba y se instalaban los chicos de los ocho años a trabajar igual que los padres y eran, a veces, considerados parte del patrimonio. La patria potestad romana decía que el padre que le había dado la vida le podía quitar la vida. La cultura ha tenido una relación de sacrificio privilegiado con el hijo, así tenemos los chicos inmolados por los incas en Los Andes, el mito de Ifigenia ante los griegos que para invadir Troya le impusieron a Agamenón que mate a su hija y tenemos el mito de Abraham que tenía como mandato asesinar a Isaac. El sacrificio de los hijos ha atravesado todas las culturas y es el objeto de sacrificio por excelencia. Hay una tendencia primitiva.
–¿Cuánto tienen que ver estos hechos culturales antropológicos con situaciones puntuales donde un padre o una madre producen la muerte de alguno de sus hijos? Cuando usted aborda estos casos, ¿son hechos que hay que analizarlos puntualmente o es necesaria esta mirada de la cultura?
–Ambas cosas son necesarias porque nosotros hemos instalado, seguramente en parte con la colaboración del psicoanálisis con su mirada sobre la relación padres e hijos, una ética para con los hijos distinta que otras culturas. Nuestra cultura se ha preocupado hace varias décadas, incluso con el tema del filicidio, en observar el maltrato que los padres generamos a nuestros hijos, es decir, hay distintas formas de maltrato y de filicidio larvado: excesiva severidad, castigos corporales, insultos. Se genera un fenómeno regresivo a estados delirantes, que le acontecen a personas que pueden destruir a su propia progenie. El sujeto vuelve al odio primitivo infantil y dentro de sí, por múltiples razones traumáticas, tiene un manantial de odio que se puede descargar y desplazar de un lado a otro.
–¿Qué mirada tiene usted si se analiza el tema desde la posibilidad de que los hijos eliminen a sus padres?
–Esa es la gran revelación freudiana, la tendencia que tienen los hijos a querer apoderarse de la madre, que ha sido su primer objeto de amor, de placer y erótico. Los hijos buscan desplazar al padre. Es decir, que el parricidio está también en el origen de la cultura, el parfilicidio-parricidio conforma lo que todo hombre tiene que resolver. El destino del Edipo y de la relación padre-hijo tiene que ser la alianza padre-hijo, es decir todo occidente está sostenido por la alianza padre-hijo. Las tendencias parricidas son parte de lo que dio origen a la cultura porque ese padre que míticamente, en un lejano estadio precultural, fue muerto porque tenía todo el poder y todos los hijos quisieron reemplazarlo, después fue internalizado y conformó esa parte de conciencia moral culposa que todos llevamos adentro. El origen, seguramente, de lo que en el psicoanálisis se llama el superyo, que es la conciencia moral y los ideales, es consecuencia de atravesar esta situación de rivalidad con el padre e internalizar sus leyes y sus normas.
–Cuando hay casos resonantes como el de una madre que mata a su nene, o hijos que asesinan a los padres, ¿cómo repercute eso sobre la sociedad, sobre nosotros?
–La parte sana de nosotros hace una reflexión sobre el maltrato al que están sometidos nuestros hijos, tratamos de ser mejores padres. Nos cuestionamos sobre la problemática cultural de cuánto tiempo le dedicamos a nuestros hijos, el maltrato al que lo someten las instituciones.
–En las notas periodísticas se enfatiza respecto que este caso ocurrió en un country importante, con un padre que es gerente de una empresa de Moyano, mostrando un ambiente de ricos que no se quieren. También se trata de una manera de demonizar diciendo qué raro que esto haya pasado entre gente rica que puede tener mucamas que cuiden a los chicos, haciendo la operación de que, en hogares pobres, esto pasa sin problemas, se matan, se drogan… El nivel de ingresos, ¿ayuda en algo o todos somos iguales a la hora de una regresión a ese estado primario?
–El nivel de ingresos influye en el sentido de que situaciones extremas generan enormes conflictos familiares. Sin embargo, indudablemente la pobreza psíquica de la que Freud habla está presente en el country y en las villas. Pero también en muchas situaciones precarias se ha conservado el amor, la solidaridad familiar, ese cariño primario, y no ha intervenido tanto el drama social y la rivalidad y la violencia. En unos y en otros casos hay que mirar la historia personal, el nivel de cuidado que se ha tenido y las pobrezas y el desarrollo insuficiente de la estructura psíquica.
–¿Cómo puede percibir uno esta pobreza psíquica?
–Uno podría mirar a su propia familia y ver la problemática que hay, los síntomas de los hijos hablan de la problemática familiar. Uno puede responder a través de un espacio de calidez, si hay un buen vínculo padre-hijo, madre-hijo; las familias en conflicto dan infinidades de síntomas, a veces no son escuchados, o son simplemente anestesiados con una pastilla. El psicoanálisis desarrolla un combate cultural contra estrategias de adormecimiento; dudamos de la eficacia de la medicación porque muchas veces borran los síntomas pero no resuelven los conflictos.