jueves, 2 de agosto de 2012

LAS OLIMPIADAS SON CONTAGIOSAS

El deporte no siempre es salud

POR RICARDO ROA


Hace algunos años, la revista norteamericana Runners publicó en su correo de lectores la carta de una mujer: decía que su esposo, de 50 años, corría varias veces a la semana y q ue temía que muriese de un ataque al corazón.
A pedido de la revista, el jefe de cardiología de un hospital le contestó: “tengo una buena y una mala noticia para usted. La buena es que las personas como su marido, que practican deportes, estadísticamente viven más que las que no lo hacen. La mala es que a veces también se mueren de infartos masivos.” La actividad física ayuda, y mucho, pero está l ejos de ser un blindaje.
¿Quién puede saber lo que ocurrirá con su cuerpo y con su vida mañana?
La medicina reconoció al sedentarismo como un problema para la salud a fines de los 80, cuando se lo identificó como un serio factor de riesgo cardiovascular. Y sin embargo, nos movemos cada vez menos. Diego Iglesias, médico deportólogo del Hospital Italiano, señala que “una persona que trabaja en una oficina consume de 1.000 a 1.200 calorías contra las entre 4.500 a 8.000 que gastaba el Homo Sapiens. Tenemos un genoma preparado para consumir muchas calorías por día y que está decidido a no gastar de más y a ahorrar toda la energía que se pueda”.
Hay que vencer lo que llama “la trampa del sedentarismo”: nuestros genes nos mandan a estar quietos aunque el cuerpo necesite moverse más.
Encima, debemos pelear contra un arsenal infinito de opciones para pasarla bien, que tenemos a mano, sin movernos. Desde la TV con decenas de canales hasta Internet, también repleta de ofertas.
De todos modos, no es tan difícil que la gente practique alguna actividad deportiva: lo que cuesta es sostenerla . Como pasa con las dietas, muchos comienzan y abandonan. Y eso, por lo general, está asociado a que el sufrimiento supera largamente al disfrute.
Los médicos coinciden: todo debe ser hecho en su medida y armoniosamente. El exceso o la falta de cuidado o la elección de un deporte inadecuado pueden terminar en lesiones (ver: Crece el riesgo de artrosis por practicar deporte sin cuidado).
Hasta poco tiempo atrás, poco y nada se hablaba de la relación del deporte con el universo cardiovascular: era un asunto de los médicos. Para el resto, el deporte tenía que ver con el juego mucho más que con la salud . Hoy, la ecuación no es la misma.
Quizá el mayor ejemplo se vea en los parques y calles, llenos de gente que trota. El hábito de correr se ha incorporado al paisaje urbano como expresión de la búsqueda de una vida sana . Aunque también existen otras motivaciones, como propiciar el encuentro con el propio cuerpo o bajar de peso o no engordar.
La salud tiene códigos racionales pero también aleatorios. Juan Filloy, el inmenso escritor cordobés, reveló una vez su receta para llegar espléndido a los 105 años: comer la mitad de cuando era joven, moverse el doble y reírse tres veces más.