Ya van dos suicidios en 15 días -junto a otro intento fallido- por los desahucios. El primero, un varón de 53 años que se quitaba la vida ahorcándose en su casa del barrio de la Chana en Granada antes de ser desahuciado. El segundo, el de la exconcejala del PSE de Eibar, que se subió a lo alto de un silla y se dejó caer al vacío desde el cuarto piso en el que vivía cuando la comitiva judicial que iba a desahuciarla intentaba entra en su vivienda. Un hombre de Valencia quiso hacer lo mismo el pasado 26 de octubre, morir tirándose al vacío, pero no consiguió su propósito; acabar con su vida.
ESTRELLA DIGITAL habla con Juan Carlos Pérez Jiménez, autor del libro 'La Mirada del Suicida', doctor de Ciencias de la Información y sociólogo sobre las personas que deciden acabar con su vida y los motivos.
Una persona se quita la vida porque “un mal día” su universo psíquico le hace sentir que su muerte es inevitable
“Situaciones de crisis como el desempleo, la inseguridad, la pérdida de ingresos, la enfermedad grave o degenerativa, cualquier circunstancia que contribuya a la ruptura de lazos familiares, la emigración y el aislamiento mental y físico influyen en la conducta suicida”, cuenta Pérez Jiménez. Según este sociólogo una persona se quita la vida porque “un mal día” su universo psíquico -pasado, presente y percepción del futuro- le hace sentir que su muerte es inevitable.
Es como vivir en la cárcel de un cuerpo que no visualiza salida futura. “Ruina económica y marginación” son otros de los motivos que abocan a la persona al suicidio. A pesar de que el suicidio es la primera causa de muerte violenta en nuestro país, los medios siempre han evitado hacerse eco de ellos bajo la responsabilidad de evitar el efecto imitación. Pero los últimos casos se han tratado informativamente justo para lo contrario; denunciar una situación para prevenir que se repitan. Según Juan Carlos Pérez, la OMS pide ya acabar con este tabú: “Su programa de prevención del suicidio tiene como uno de sus objetivos precisamente romper el tabú que rodea al suicidio y reunir a autoridades nacionales con la población de forma integrada para superar este gran desafío”.
La crisis y las cifras
El sociólogo Pérez Jiménez asegura que es muy probable que se aprecien aumentos del número de suicidios en situaciones de crisis sociopolítica, recesión económica y con unas cifras de desempleo elevadas. “Cada día mueren en nuestro país cerca de 10 personas por suicidio. Al igual que sucede en la mayoría de países, estamos mal preparados para afrontar los conflictos emocionales y por eso esta realidad nos sobrepasa y nos sorprende siempre”.
España tiene una proporción estadística de suicidio bastante baja con respecto a la media mundial
España tiene una proporción estadística de suicidio bastante baja con respecto a la media mundial, con una tasa de 8 suicidios por cada 100.000 habitantes, cuando la media mundial es justo el doble. En cualquier caso, se ha convertido en la primera causa de muerte violenta en nuestro país, por encima de los accidentes de tráfico.
“Con los últimos datos que tenemos, que son de 2010, no se puede afirmar que en España la tasa de suicidios haya aumentado, de hecho ha disminuido con respecto a 2009. El problema es que las estadísticas de suicidio tardan casi dos años en publicarse”, lamenta Pérez Jiménez.
En momentos como este, en el que se sospecha que la crisis económica se está cobrando vidas, la información no está lo suficientemente actualizada para poder reaccionar: “En Grecia e Italia, las autoridades ya han dado la voz de alarma y también en nuestro país se empieza a oír ese mensaje de alerta que reclama iniciativas de prevención”.
Religión y frío, factores que determinan los suicidios
La cifra desciende entre los que practican la religión musulmana o la católica, y aumenta en las poblaciones de religiones orientales, entre los protestantes y los ateos, aunque sobre este último punto hay divergencia de opiniones y la afirmación que hizo Durkheim en 1888 de que los católicos se suicidan menos que los protestantes es rebatida en la actualidad, si es que en algún momento llegó a ser verdadera, nos avisa el autor de ‘La Mirada Suicida’.
Del mismo modo, y como tendencia general, los países de clima templado arrojan cifras más bajas que los de clima frío y, al menos en el hemisferio norte, los meses de abril, mayo y noviembre son los de mayor incidencia, coincidiendo los cambios estacionales con una mayor frecuencia en los trastornos del ánimo.
Y otro dato muy relevante es el sexo, los hombres se suicidan tres veces más que las mujeres en todo el mundo, con la excepción de China, donde se suicidan 500 mujeres cada día.