viernes, 1 de marzo de 2013

LA VERDADERA DACION EN PAGO

Cuerpos desnudos e indefensos

La discusión sobre la prostitución queda irresuelta porque no se buscan las raíces del conflicto. La polémica, según el autor de la nota, abunda en argumentos sobre lo sagrado, la explotación de los cuerpos y el derecho al goce sexual en la sociedad.

POR Manuel Cruz

A ciertos sectores de la izquierda parece reconfortarles mucho atribuir a sus adversarios electorales de la derecha las actitudes más cerriles e hipócritas en cualesquiera ámbitos de la vida social, como si esa sola atribución bastara para liberarles a ellos de la necesidad de especificar y justificar su posición ante los mismos asuntos. Parecería como si el argumento de fondo, nunca del todo explicitado, que les proporcionara tan pasmosa tranquilidad fuera de un orden análogo a éste: cualquier cosa que podamos proponer siempre será –casi por definición– mejor que lo que propongan esos otros.
Quizás uno de los problemas ante los que semejante actitud se hace más evidente es ante el problema de la prostitución. No basta con decir que lo que hacen los conservadores es tapar el problema, intentar esconderlo sin ir a las raíces.
Ni siquiera es suficiente con señalar la necesidad de tomar en consideración las condiciones sociales que se encuentran en el origen de un fenómeno como el del comercio sexual, por más que esta indicación resulte del todo inexcusable para un adecuado tratamiento de la cuestión. Es necesario también explicitar los supuestos teóricos, el punto de vista y los valores desde los que se está hablando.
Por supuesto que al decir esto último no se está haciendo referencia al hecho de que, en una enorme (según algunas estadísticas, casi abrumadora) cantidad de casos, las condiciones en las que se lleva a cabo la prostitución son de auténtica explotación, pudiendo ésta llegar a alcanzar unos niveles que merecerían la calificación de esclavitud. No creo que a nadie se le plantee alrededor de este asunto el menor problema de orden doctrinal.
Cuando éste si parece plantearse es cuando se examina el mismo fenómeno desde otro ángulo, tal y como ha hecho en alguna ocasión el filósofo y todavía eurodiputado por la Italia de los valores, Gianni Vattimo.
A juicio del pensador italiano lo que está expresando el generalizado y espontáneo rechazo de la prostitución es el hecho de que en nuestras sociedades, a pesar de las apariencias, el sexo no está todavía desacralizado, desecularizado, siendo la tendencia dominante la de verlo como algo que pertenece a la órbita de lo religioso.
Una cosa parece ser cierta: si realmente de lo que se tratara fuera únicamente de una cuestión de explotación abusiva, el problema quedaría resuelto a base de regular y organizar la actividad, homologándola a cualquier otra prestación de servicios. Desde esta perspectiva, incluso cabría avanzar en propuestas –según quienes las plantean, inequívocamente progresistas– como la de, una vez convertida la prestación en tan libre como cualquier otra, promover la organización de cooperativas de prostitutas.
Probablemente lo más útil de la propuesta sea que permite afrontar el problema ideológico de fondo que aquí parece encontrarse en juego. La hipótesis de una relación de intercambio de sexo por dinero no mediada por la explotación (o, al menos, no por más explotación que la existente en el resto de las actividades sociales) acaba por convertir en ineludible la pregunta: ¿se puede considerar la prostitución bajo el mismo modelo que cualquier otra “relación entre adultos” o, por el contrario, debemos entender más bien que el vínculo que en ella se establece es en sí mismo degradante y, en consecuencia, la figura bajo la que esa transacción debe ser analizada es bajo la figura de situaciones como las de los malos tratos, que la sociedad considera condenables en sí mismas, por más que los involucrados las admitan?
Regresemos al principio. Sin duda, a más de uno (y, sobre todo, una) le parecerá que, en las actuales circunstancias, reparar en esta dimensión, casi especulativa, del problema no constituye en absoluto una prioridad. Pero tal vez que sea o no una prioridad depende en gran medida de la situación de cada cual.
El propio Vattimo lo planteaba en unos términos francamente descarnados, pero no por ello menos dignos de atención: “Cuando tienes una cierta edad, no es fácil hallar sexo. ¿Hay que condenar sin sexo a millones de personas sólo porque sigue divinizado, secuestrado por lo sagrado?”.

¿CUAL ES EL PEOR DOLOR?

El peor dolor es el que se sufre sin esperanza

Lo dice un experto que escribió el libro "La historia cultural del dolor". Asegura que el sufrimiento se agudiza cuando se pierde la fe.
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El peor de los dolores. Ese que rompe el corazón en mil pedazos. El que no deja respirar y devora el alma con angustia. Es el que sufre sin esperanza.
El historiador español Javier Moscoso, autor de "La historia cultural del dolor" (2012) explicó hoy tras una conferencia de prensa que el peor de los dolores es aquel que se atraviesa sin ningún tipo de esperanza.
En declaraciones en Bogotá, donde hoy impartió una conferencia en la Universidad de los Andes, Moscoso subrayó que durante los diez años de investigación para su libro las historias y testimonios que más le impactaron son los de "personas sometidas a un infierno de dolor del que saben que no tienen salida".
El historiador, investigador del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) formado en Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Alemania, abarca en su libro un periodo que va del siglo XVI a mediados del siglo XX.
Interesado desde siempre por la historia del cuerpo y las emociones y por la objetivación de experiencias consideradas subjetivas, Moscoso eligió el dolor como materia de investigación porque es un "ejemplo paradigmático, con implicaciones en la moral y la política".
Su objetivo es arrojar luz sobre cómo son los mecanismos para hacer compartibles el dolor y las experiencias en este terreno de una persona con otras.
Antes del libro, en 2004, organizó en el Museo de la Ciencia de Londres una exposición sobre el dolor que recibió unos 200.000 visitantes y que reunió objetos y otros materiales de muy variada temática con tres ejes: la pasión, la sensibilidad y la compasión.
"El dolor demanda siempre espectadores", afirma este estudioso al explicar el contenido del eje de la compasión.
Como ejemplo afirma que está científicamente probado que los niños de los orfanatos lloran menos que otros niños, porque nadie los escucha.
Otra de las conclusiones de su investigación es que de manera general los que sufren quieren creer que el dolor es algo transitorio y tiene solución, pero el sufrimiento se agudiza cuando pierden esa fe.
El componente psicológico del dolor es muy fuerte y a veces determinante, pero no el único, agrega Moscoso, quien no está de acuerdo con la idea de que hay culturas u orígenes que hacen a las personas aguantar mejor o ser menos sensibles al dolor.
En su opinión, son estereotipos que se han usado con sesgos ideológicos y para justificar castigos y recuerda que en el sur de Estados Unidos se alegaba que los esclavos negros no sufrían de la misma manera que los blancos y que incluso en los inicios del uso de la anestesia a los afroamericanos se les negó su aplicación, porque era solo para personas de "alta sensibilidad".

EL TOXICO DE PLASTICO MAS COMUN


Vinculan la exposición al bisfenol A con el asma infantil

El bisfenol A se utiliza para dar rigidez a los plásticos.El bisfenol A se utiliza para dar rigidez a los plásticos. | Jordi Soteras
Científicos del Centro de Salud Ambiental de los Niños en la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York (Estados Unidos), han detectado una asociación entre la exposición infantil al químico bisfenol A (BPA), un componente presente en algunos plásticos, un elevado riesgo de asma en los niños pequeños, según los resultados de su investigación, publicados en 'Journal of Allergy & Clinical Immunology'.
"La prevalencia del asma ha aumentado dramáticamente en los últimos 30 años, lo que sugiere que algunas exposiciones ambientales, que aún no se han descubierto, pueden estar implicadas. Nuestro estudio indica que una exposición puede ser al BPA", dice la autora principal, Kathleen Donohue, profesora asistente de Medicina en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia e investigadora en el Centro para la Salud Ambiental Infantil.
Donohue y sus colegas siguieron a 568 mujeres madres y sus recién nacidos inscritas en el estudio sobre exposiciones ambientales. La exposición al BPA se determinó midiendo los niveles de un metabolito de BPA en muestras de orina tomadas durante el tercer trimestre de embarazo y en los niños de edades de 3, 5 y 7 años. Los médicos diagnosticaron asma en niños de 5 a 12 años en base a los síntomas de la enfermedad, una prueba de función pulmonar y la historia médica, además de un cuestionario validado para evaluar las sibilancias.
Después de ajustar por tabaquismo pasivo y otros factores que se sabe están asociados con el asma, los investigadores encontraron que después del parto la exposición al BPA se asoció con un mayor riesgo de sibilancias y asma y, durante el tercer trimestre del embarazo, se asoció inversamente con el riesgo de sibilancias a la edad de 5 años. El aumento del riesgo de sibilancias y asma fue visto en dosis bajas de exposición al BPA, señaló el doctor Donohue, quien explicó que no ven una clara relación lineal dosis-respuesta.

Bisfenol en sus cuerpos

En los tres puntos en el tiempo, más del 90% de los niños del estudio tenía niveles detectables del metabolito de BPA en sus cuerpos, un hallazgo que está en consonancia con investigaciones previas, pero que no significa que todos ellos desarrollan asma. "Al igual que el fumar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, pero no todo el que fuma tiene cáncer de pulmón, no todos los niños expuestos al BPA se desarrollarán asma", concreta Donohue.
Así, el mecanismo biológico detrás de la conexión del BPA y el asma no está claro, ya que el estudio no encontró evidencia de que la exposición a BPA aumentara el riesgo de que el sistema inmune desarrollara más anticuerpos a alérgenos comunes en el aire. "Otras vías posibles pueden incluir cambios en el sistema inmune innato, pero esto sigue siendo una pregunta abierta", afirma el doctor Donohue.
"Es muy importante contar con sólida investigación epidemiológica como la nuestra para dar a los reguladores la mejor información posible sobre la que basar sus decisiones acerca de la seguridad del BPA", dice el autor principal, Robin Whyatt, DrPH, profesor de Ciencias de Salud Ambiental y subdirector del Centro de Salud Ambiental de los Niños de Columbia.
No se trata del primer estudio que relaciona la exposición al bisfenol A con alguna patología. Investigaciones previas han mostrado que esta sustancia genera un mayor riesgo de disfunción sexual, con mayor riesgo de desarrollar diabetes, y con defectos cromosómicos. Debido a esta evidencia, Francia ha prohibido su uso en los productos que estén en contacto con alimentos infantiles y Canadá lo ha añadido en la lista de sustancias tóxicas.



¿Para cuando la prohibicion de usarlo?