domingo, 31 de marzo de 2013

LA POLITICA DEL PP MATA MAS GENTE QUE LA ETA

Una investigación revela que la crisis económica cuesta vidas en Europa

  • El auge de suicidios, los trastornos mentales y algunas enfermedades infecciosas es consecuencia directa de la recesión económica
  • La dificultad de mantener los servicios básicos ha provocado que en Grecia escaseen algunos medicamentos como los tratamientos contra la epilepsia
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Así lo demuestra un estudio divulgado por la prestigiosa revista médica británica The Lancet, que analiza los efectos derivados de la crisis económica que afectan a la salud de la población europea, especialmente en aquellos países que atraviesan más dificultades.

“Hay un claro problema en negar los efectos de la crisis en la salud, incluso aunque sean muy claros", afirma el destacado investigador Martin McKee, miembro del Observatorio Europeo de Políticas y Sistemas de Sanidad, un grupo respaldado por la Organización Mundial de la Salud.

La preocupación generalizada en torno a la vulnerable salud de las personas es uno de los múltiples daños colaterales provocados por la incertidumbre económica en Europa. Los datos confirman que hay una relación directa entre la recesión que han sufrido países como España y Grecia y el aumento alarmante de trastornos psicológicos, suicidios y enfermedades infecciosas como el VIH.

El informe explica que la población “más susceptible de padecer problemas de salud” radica en aquellos países que se enfrentan a mayores tasas de desempleo y recortes de presupuesto. Tanto la pérdida del empleo como el miedo a ser despedidos es un factor de riesgo para la salud mental, advierte The Lancet. Entre los años 2006 y 2010, el diagnóstico de trastornos mentales asociados a la ansiedad, el estado de ánimo y el consumo excesivo de alcohol sufrió un aumento significativo. Los datos confirman que el aumento más notorio se registró en los cuadros de depresión grave.

Según los datos contrastados, al menos la mitad del incremento de las consultas de pacientes con trastornos mentales tienen su origen en situaciones de desempleo personal o familiar así como de las dificultades de asumir gastos como las hipotecas a causa de la reducción de las rentas.

En el caso de España, el estudio pone de relieve la debilidad que sufre el sistema sanitario público que se refleja a través de cambios en el marco legal como el establecimiento del copago en medicamentos y la aprobación del Real Decreto que desde el pasado abril limita la cobertura a miles de inmigrantes. "Si a la reducción de los ingresos de las rentas, se le suma el aumento de los costes sanitarios, y el recorte de los servicios de atención médica, el resultado será que muchos pacientes no logren ser atendidos a tiempo".

En Grecia, los hospitales están teniendo dificultades para mantener los servicios básicos, lo que repercute en un aumento de las infecciones resistentes a antibióticos. Mientras tanto, los pacientes han sufrido la escasez de una serie de medicinas, entre ellos los tratamientos contra la epilepsia.

El ejemplo islandés

Sin embargo estas consecuencias que a diario se padecen en países como España, Portugal y Grecia, están muy lejos de ser inevitables. El caso de Islandia, otro de los países azotados por la crisis financiera, deja claro que existen alternativas. Aunque en la actualidad se recupera lentamente, la población rechazó en referéndum la propuesta del gobierno de impulsar políticas de austeridad en materia de sanidad. Gracias a las protestas generalizadas en contra de los recortes en sanidad, el gobierno islandés continuó invirtiendo en el sistema de bienestar social y desde entonces ha conseguido mantener bajo control los efectos de la crisis en  la salud de los ciudadanos.

La situación en Europa

La tasa de suicidios en personas menores de 65 años, que había retrocedido antes de 2007, no ha dejado de crecer desde entonces en la Unión Europea. La mayor parte de los países integrantes de la Unión Europea registraron su mayor tasa de suicidios entre los años 2009 y 2010, momento que coincide con el estallido de la crisis económica. En Inglaterra, los suicidios asociados al desempleo supusieron cerca de 1.000 muertes entre 2008 y 2010.

Aunque la Comisión Europea tiene la obligación de valorar los efectos de todas sus políticas, los investigadores siguen a la espera de una evaluación del impacto sobre la salud de las medidas de austeridad impuestas por la troika y argumentan que amenazas como estas, necesitan marcos fuertes de protección social, sobre todo en las crisis que sufren los países del sur de Europa, la más reciente en Chipre, y que ha destruido muchas de las redes de protección social.

Los expertos advierten que la creciente tendencia a retrasar las ayudas sanitarias tendrán costes superiores para los sistemas sanitarios a largo plazo y afectarán probablemente al bienestar económico de la población sana en el futuro.