martes, 9 de abril de 2013

POR FIN ME LO RECONOCEN...

Evolución de los genitales masculinos

El tamaño del pene sí le importa a las mujeres heterosexuales

Modelos masculinos usados en el estudio. | PNASModelos masculinos usados en el estudio. | PNAS
Se acabó el mito de que el tamaño no importa. La afirmación bienintencionada que viene calmando las inseguridades masculinas desde hace décadas ya no se sostiene por más tiempo. Una investigación recién publicada por la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) no deja espacio para la duda: las mujeres heterosexuales se sienten más atraídas sexualmente por los hombres con penes grandes.
Pero también es cierto que no sólo la talla del miembro viril es lo determinante. Según el estudio realizado por científicos de la Escuela de Biología de la Universidad Nacional de Australia, las preferencias de las mujeres se basan en una combinación de la altura, las formas masculinas pronunciadas (relación entre ancho de cintura y de hombros) y el tamaño del pene.
"La postura erguida del ser humano y los genitales prominentes y no retráctiles de los hombres hacen que el pene sea particularmente llamativo, incluso cuando está flácido", detallan los investigadores en el artículo.

Selección evolutiva del pene grande

Los biólogos evolutivos han estudiado la importancia del tamaño del órgano sexual de los machos en diferentes especies y no parece haber duda de que el tamaño tiene un efecto positivo sobre la elección del macho por parte de la hembra, pero siempre se ha demostrado la selección postcopulatoria. Es decir, que las hembras eligen (de nuevo) a los machos con miembros grandes después de haber copulado con ellos.
La novedad del estudio dirigido por los científicos Brian Mautz y Michael Jennions en la Universidad Nacional de Australia, situada en Canberra, es que por primera vez se demuestra que las mujeres también se dejan llevar por el tamaño del pene si tienen la posibilidad de comprobar su tamaño antes del acto sexual.
Según los datos recabados por el equipo científico tras evaluar las preferencias de 105 mujeres australianas de distintas razas y procedencias, el tamaño del pene tiene un efecto positivo en la selección por sí mismo, pero este atractivo se ve potenciado si se combina con una altura mayor del varón. "El tamaño del pene tiene un efecto más fuerte sobre el atractivo en hombres altos que en hombres bajos", cita el estudio. Pero los datos sugieren que la proporción también es importante para el atractivo sexual. "Por ejemplo, el mismo tamaño de pene puede ser percibido de forma diferente en hombres bajos que en altos", explican los investigadores.

¿Mejor más largo o más ancho?

Los psicólogos también se han ocupado largo y tendido de este asunto sin obtener conclusiones determinantes al respecto. Sus estudios, basados en encuestas en las que se pregunta directamente sobre las preferencias de las mujeres, ofrecen resultados muy variados. Hay trabajos que muestran que ellas los prefieren más largos, otros que lo importante es el ancho y otros que aseguran que el tamaño del pene no es importante. No obstante, Mautz y Jennions aseguran que estos estudios están mal diseñados y muestran un número importante de sesgos que invalidan los resultados.
Los datos del estudio australiano reflejan que hay una correlación lineal entre tamaño y atractivo hasta que se llega a tamaños de pene por debajo de 7,6 centímetros en relajación, lo que está por debajo de la media, según una gran encuesta realizada en Italia. Por el contrario, lo que se considera el tamaño de pene con mayor atractivo sexual para las mujeres (combinado con la altura y una buena proporción corporal) ronda los 13 centímetros relajado.
Según los científicos australianos, estas preferencias femeninas son responsables, al menos en parte, de la evolución hacia penes más largos en humanos, cuyo tamaño es actualmente grande respecto del tamaño corporal si se compara con el de otras especies.
Sin embargo, no está todo perdido para quienes se aferraban como a un clavo ardiendo al dicho caritativo de que el tamaño no importa. Los científicos también destacan que las mujeres también eligen a sus parejas por la simetría facial, la altura y la forma corporal. Y, además, no queda demostrado que la preferencia provenga de que los penes largos sean capaces de provocar orgasmos vaginales con mayor facilidad. Los orgasmos femeninos están asociados con altos niveles de satisfacción sexual, cita el estudio. Y eso, de momento, no es tan sencillo de medir.





  Hiperexcitación sexual

'Intrusos' que causan orgasmos

  • La mujer experimenta una excitación genital sin un estímulo previo
  • No existen más de 1.000 casos diagnosticados en todo el mundo
  • Las mujeres tienen mayor capacidad de respuesta sexual de lo que se pensaba
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Apenas existen unos 1.000 casos diagnosticados en todo el mundo, pero lo cierto es que es casi imposible contabilizar los casos reales que hay debido a la falta de investigación y conocimiento que existe: tanto en la población en general como en los propios médicos y especialistas de la medicina. Pero a pesar de no conocer su incidencia real, se estima que un ginecólogo a lo largo de su vida puede ver entre uno y dos casos de este problema.
Así lo asegura a ELMUNDO.es la doctora Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sexología (FESS) quien presentó recientemente una ponencia sobre este trastorno, el Síndrome de la excitación sexual persistente (PSA) o Trastorno de la Excitación genital persistente (TEGP) en la Societat Catalana de Sexología de la Academia de Ciencias Médicas. Una revisión científica que pone todavía más en boga la urgencia y necesidad de investigación científica.
"La mujer experimenta todos los cambios genitales pero sin haber tenido la sensación de una excitación previa", explica. Es decir, aparece una excitación genital sin haber tenido antes un estímulo. "Es como si sensaciones intrusas invadieran tu cuerpo y te provocasen orgasmos", explica. Puede ocurrir de forma aislada a lo largo de la vida, pero el problema surge cuando esto se repite de manera continuada e interfiere gravemente en el día a día.

Historia, características y causas

El Síndrome de la excitación sexual persistente (PSA, por sus siglas en inglés) en la mujer fue descrito en 2001 por las investigadoras Sandra Leiblum y Sharon Nathan. Las características de este síndrome son: sensación de excitación genital sin un desencadenante sexual previo, que persiste durante períodos prolongados de tiempo, y no desaparece a pesar de tener uno o varios orgasmos. En las mujeres con este problema genera sentimientos de vergüenza o culpa, ansiedad y angustia personal. "Puede darse también casos de depresión", puntualiza Molero.
Más adelante, en 2003, se redefinió como "excitación genital espontánea intrusiva y no deseada en ausencia de interés sexual y deseo". Y por último, en 2005, Leiblum hizo una revisión del tema, tomando en cuenta los testimonios de cientos de mujeres que contestaron a una encuesta sobre el PSAS, publicada en la revista 'The Journal of Sexual Medicine'. Con estos datos, Leiblum planteó el problema como Desorden o Trastorno de la Excitación genital persistente (TEGP), ya que éste no se conceptualiza como un problema sexual sino como la generación incesante de sensaciones genitales.
No se saben las causas de este problema, que puede ocurrir en cualquier sitio y cualquier situación, aunque las investigaciones apuntan a un amplio abanico de posibilidades: factores neurológicos, vasculares, hormonales o por efectos secundarios de medicamentos.
El tratamiento más eficaz es la terapia cognitiva-sexual, pero, Molero matiza que "hay que trabajar y estudiar mucho en este terreno".
Por su parte, la doctora Lola Pérez Jaraíz, ginecóloga del Hospital San José de Madrid, insiste en que se trata de una patología de la que todavía se desconoce bastante y en la que todas las publicaciones coinciden en que son muy pocas las personas que vencen su vergüenza y confiesan este problema. Además, indica que no hay un tratamiento a seguir y que lo importante es controlar los síntomas. "En muchas ocasiones se utilizan fármacos psiquiátricos o sedantes que ayudan a calmar los síntomas. Pero, lo importante es controlarlos ya que, por el momento, no disponemos de cura para este síndrome".

Excitación y respuesta sexual

Todavía en el siglo XXI, lamenta la experta, cuesta hablar de sexualidad y mucho más de la femenina. A pesar de que la ciencia haya avanzado en este terreno y los tiempos estén cambiando, se necesitan más estudios, especialmente de la respuesta sexual femenina.
Los trabajos de Chivers y Bailey (2005) demuestran que las mujeres responden a una gama mucho más amplia de estímulos sexuales que los hombres y que además su respuesta de excitación es más sensible a las señales de actividad sexual que la masculina. Pero la diferencia está en la asociación que se hace, es decir, los hombres suelen manifestar mayor concordancia que las mujeres entre la excitación subjetiva (psicológica) y la genital.
"La investigación actual sugiere que las mujeres son capaces de una mayor capacidad de respuesta sexual de lo que se pensaba", apunta Molero, porque pueden experimentar sensaciones genitales de excitación sin sensación subjetiva de excitación. "Todos los estudios de sexología coinciden en señalar que las mujeres responden a una mayor gama de estímulos sexuales, miradas, olores, etc. Todo influye, y todo puede agudizar nuestro disfrute", añade Pérez Jaráiz.
Sin embargo, el problema real, concluye Molero, es detectar y saber diagnosticar el problema. Por ello, insiste en la investigación, en el deber de los médicos a la hora de preguntar y explorar por temas relacionados con la sexualidad y con las propias pacientes para que cuenten sus problemas y/o síntomas a sus médicos y ginecólogos.