domingo, 2 de junio de 2013

Entre la precariedad y la emigración

Los médicos jóvenes se enfrentan a las mayores tasas de paro

Se debaten entre reciclarse y repetir el MIR o hacer la maleta

Formarles cuesta hasta 200.000 euros

.
La de médico era hasta hace poco una profesión que esquivaba la crisis y el paro. Con mejores o peores contratos, más o menos estabilidad, un facultativo veía ante sí un futuro de trabajo en su país. Poco a poco esa imagen se difumina. En 2013 los recortes de las autonomías en personal están dejando cifras de paro médico inéditas. Las jubilaciones masivas de profesionales no se cubren, por lo que el tan cacareado relevo generacional no se produce. Con la marcha de los mayores se pierde experiencia y solidez profesional. Pero ¿qué pasa con los médicos jóvenes, los que están en la treintena? Todavía no son una generación perdida, pero desde luego son una generación precaria. Y emigrante. El éxodo médico se afianza año tras año. Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia se benefician de jóvenes profesionales con excelente formación que ha pagado España. Un tercer fenómeno entra en escena: el de los médicos que, huyendo de la incertidumbre laboral y el paro, vuelven a hacer el examen MIR y se embarcan en una nueva especialidad que, aunque cobrando mucho menos, les asegura cuatro o cinco años de contrato.
Países como Reino Unido, Alemania y Francia acogen a los españoles
“Hacer una segunda especialidad es actualmente una salida laboral”, constata Matilde Sánchez, de 36 años. Ella, que hace solo unos días se incorporó como residente de primer año de medicina interna al hospital de La Paz (Madrid), lo sabe bien. Acabó la carrera de Medicina en Zaragoza, se especializó en microbiología clínica en el hospital Gregorio Marañón y ahora, tras cinco años ejerciendo como especialista, vuelve a ser novata. Vuelve a cobrar poco y a trabajar mucho, como cuando empezó. La razón principal: “La precariedad laboral junto a la falta de reconocimiento del trabajo hecho, tanto asistencial como científico”. En los cinco años de trabajo tras el anterior MIR tuvo contratos de becaria, de investigadora y de sustitución.
Se puede considerar afortunada. Cada vez es más común pasar temporadas en el paro. Puede parecer poco, pero los 2.649 licenciados en Medicina que constaban en abril como parados suponen una de las cifras más altas nunca recogidas. En febrero, con 2.728, se tocó techo. Otros 4.000 figuraban como demandantes de empleo. Estos últimos, como explica Fernando Rivas, vocal de Médicos con Empleo Precario de la Organización Médica Colegial, son los que hacen sustituciones aquí y allá, con contratos de un mes, semanas y hasta días sueltos. En la mayoría de casos es la sanidad pública las que les contrata así. Ya es bastante sintomático que exista una vocalía de médicos precarios. Y más aún que el vocal, radiólogo oncoterápico de 30 años, esté él mismo en paro.
Daphne Castaño, de 33 años, es otra de esas especialistas jóvenes que prefieren volver a cobrar 1.500 euros al mes, incluidas cinco guardias, y esquivar los contratos basura y las negras perspectivas laborales durante un tiempo. Pasó cinco años como médico interno residente (MIR) en medicina intensiva en el hospital Severo Ochoa de Leganés y ahora empieza en el 12 de Octubre de Madrid una segunda especialización, esta vez en radiología. En su decisión han pesado distintas variables: ver a sus antiguos compañeros de más edad “muy quemados” por una especialidad que “da muy mala vida” y la situación del mercado laboral. “Conozco a muchos que se ganan la vida como guardieros; hacen guardias en dos, tres y hasta cuatro sitios distintos. Es dormir y trabajar, nada más”, explica. Las guardias suelen ser de 17 o 24 horas seguidas. Estos médicos abarcan mucho para asegurarse el trabajo, porque en cualquier momento los hospitales pueden prescindir de ellos. “Antes, al acabar la residencia se podía aspirar a contratos de guardias. Los que acaban ahora ya ni eso. La situación está mucho peor que antes”, dice Castaño.
“Los jóvenes que acaban ahora la residencia tienen dos opciones: el paro o emigrar”, sentencia Francisco Miralles, secretario general de CESM, la confederación que agrupa a los sindicatos médicos de toda España. “Con lo que cuesta formar médicos, no ya económicamente, sino por el esfuerzo personal, familiar y de todo tipo; con una formación que es la envidia en el mundo entero, que estas personas terminen y estén en el paro es una salvajada”, insiste. Sus previsiones son muy lúgubres. Cree que el paro médico puede llegar a los 15.000 antes de que acabe la crisis.
Hospitales suecos ofrecen sueldos de 5.000 euros brutos más guardias
“Una de las opciones que había, después de jubilar forzosamente a los 65, era ir reponiendo a esos médicos con gente joven, pero no se hace. Apenas hay contrataciones. Llegan ofertas de todo el mundo, así que preparamos a los jóvenes para dar valor al sistema sanitario español, pero se aprovechan otros sistemas”, insiste. Según cálculos de CESM formar a un médico cuesta entre 150.000 y 200.000 euros. Solo en 2011, el gasto en docencia MIR fue de 1.000 millones de euros, según datos del Ministerio de Sanidad.
“Desde luego, esta es una situación anormal”, afirma el vocal de empleo precario de la OMS. “Porque al paro médico hay que sumar la emigración. Puede parecer que 2.600 médicos en paro son pocos, pero solo en lo que llevamos de año se han ido 1.100 de España. El año pasado se fueron 2.400 y el anterior se habían ido 1.300. Estamos ante una subida muy pronunciada. La mayoría no se apunta al paro. Se van directamente”, asegura Rivas.
Matilde Sánchez ha hecho el MIR por segunda vez. / CRISTÓBAL MANUEL
Manuel Zurbarán, médico especialista en medicina preventiva, se marchó hace unas semanas a París. Este sevillano de 30 años había aprovechado su último periodo de formación para hacer una rotación externa en Francia y, tras analizar la situación de la sanidad española, se decidió. Ahora trabaja en el Institut de Veille Sanitaire, un organismo oficial dependiente del Ministerio de Sanidad francés. “Cuando terminas la residencia, en este contexto de crisis económico-moral como la que atraviesa España, te enfrentas a una especie de abismo profesional: decides recular y comienzas una nueva especialidad, sabiendo que es algo transitorio; o bien decides saltar para emigrar, sin saber muy bien dónde y cómo vas a caer; o caes por el abismo del paro (al que no todos los residentes tienen derecho) a la espera de algún contrato-basura”, explica.
Zurbarán da sus razones para emigrar, y recuerda que no son exclusivas de los médicos. Las comparten con otros profesionales cualificados, como investigadores o ingenieros: “Expectativas de trabajo funestas, remuneración devaluada de tu trabajo, nula posibilidad de desarrollo profesional, falta de respeto a la profesión por parte de la clase dirigente, situaciones familiares a las que hay que hacer frente económicamente...”. Pese a tener contrato temporal le ha compensado irse. “El trabajo está bien remunerado, me permite seguir desarrollando mi carrera y siento que se valora mi labor como profesional. En mi caso he pasado de estar en la marea blanca de la sanidad para sumarme a la marea granate de la emigración; porque no nos vamos, nos echan”, dice.
Jorge Sotoca, pediatra, y Mercedes López, oftalmóloga, llevan ya varios meses en Suecia. Les ha contratado un hospital de la localidad de Eskilstuna. Cuando EL PAÍS habló con ellos, antes de marcharse, pero ya con el contrato firmado y la guardería escogida para su hija de un año, se quejaban de la precariedad laboral y de las dificultades para conciliar su profesión con la crianza de un hijo. Ahora, ya establecidos, cuentan que están “muy contentos con el cambio”, que trabajan a gusto, que sus jefes les escuchan, que pueden seguir formándose. Cobran 45.000 coronas brutas al mes (unos 5.200 euros), de lo que les descuentan un tercio en impuestos. Las guardias se pagan aparte. Trabajan de 8.00 a 17.00, con 30 minutos para el café y 45 para comer. Se ficha. “Nada de que el que acaba antes se va”, apunta Sotoca.
“No nos vamos, nos echan”, alega un facultativo que acaba de emigrar
Los facultativos tienen 45 minutos para ver a un paciente nuevo; 30 si es una consulta sucesiva. Los cursos de formación se dan en horario laboral, nada de hacerlos en fin de semana. El servicio de López se reúne esta semana para decidir qué cursos, congresos o rotaciones hará cada médico el año que viene. En el de Sotoca hay 20 adjuntos, cinco de ellos superan los 65 años y dos tienen 70. En resumen, poco que ver con un hospital español. Desde que llegaron han entrado en contacto con otros médicos españoles en Suecia —en su hospital hay un traumatólogo— y han recibido muchas peticiones de información de compatriotas interesados en emigrar. Tantas que, “para no tener que repetir algunas de las cosas que la mayoría de la gente pregunta”, acabaron abriendo un blog (emigrantesensuecia.wordpress.com).
Muchos de los médicos extranjeros que se forman en España también se marchan. “La mayoría viene con el propósito de formarse, no de trabajar; pero hasta hace poco algunos decidían quedarse por arraigo o porque tienen ofertas de trabajo. Ahora no. El porcentaje de los MIR extranjeros que desean retornar a sus países o buscar otras opciones en Europa se ha disparado”, asegura Juan Pablo Ovalle, presidente de la Asociación de MIR extranjeros Amirex. Ovalle afirma, además, que hay un elemento de presión importante hacia el retorno: la burocracia. “La entrega del título puede tardar hasta un año y, hasta entonces, no se puede ejercer. En ese tiempo la mayoría de extranjeros no cobra el paro a pesar de que en la residencia sí cotizó”.
Algunos que se van desearían quedarse. A otros, profesionales bien formados en un sistema de prestigio, como el español, sus países de origen intentan volver a ficharlos; recuperarlos. Mientras, la joven medicina española se recicla o hace las maletas.

Catar, Brasil y otros cantos de sirena

“En los últimos años estamos viendo que aparecen destinos nuevos, como Australia y Nueva Zelanda, países árabes, latinoamericanos...”, enumera Fernando Rivas, vocal de Empleo Precario de la Organización Médica Colegial (OMC). Uno de los más llamativos, y que más expectativas ha despertado entre facultativos jóvenes y no tan jóvenes, es el de Catar. Hace unas semanas los medios de comunicación contaron que un hospital de Doha buscaba 5.000 profesionales sanitarios entre médicos, enfermeros e investigadores. Una delegación de Sidra Medical and Research Center, la firma que lo gestiona, iba a aterrizar en Madrid el pasado día 21 para explicar el proyecto. El día anterior se canceló la visita. “Problemas logísticos”, fue toda la explicación que dieron a Casa Árabe, donde se celebraba la conferencia. Para asistir había que inscribirse en una de las 150 plazas, que llevaban días agotadas.
“En el caso de los reclutamientos colectivos debe primar la cautela y la prudencia en la información”, dice Rivas, que está preparando una plataforma que ofrezca información clara y contrastada sobre ofertas de empleo en el extranjero, tanto de las colectivas como de las agencias de intermediación que proliferan al calor del aumento de la emigración de médicos españoles.
“Recientemente, la Asociación Médica Mundial lanzó una alerta para comunicar a los facultativos que había que tener cuidado al ir a trabajar a países como Emiratos Árabes”, explica Rivas. Se refiere al caso de Cyril Karabus, pediatra oncólogo, que fue encarcelado en este país por la muerte de un niño enfermo de leucemia. Pasó nueve meses retenido después de que le detuvieran en el aeropuerto, estando de paso, y le acusaran de homicidio por un caso sucedido 10 años antes. La asociación advirtió: “Hay que tener en cuenta las condiciones de trabajo y los riesgos legales” de los lugares a los que se va a trabajar. “No estamos diciendo que sean malas ofertas, pero tenemos que filtrarlas”, insiste Rivas.
Otro caso que genera dudas al vocal de la OMC es el de Brasil. Recientemente, este país ha anunciado que tiene 54.000 puestos de médico vacantes para cubrir con extranjeros, principalmente españoles, portugueses y cubanos. “Es importante saber que con Brasil tenemos problemas de convalidación de títulos. Así que lo primero que hay que preguntar es si lo van a convalidar”, explica. Le preocupan, además, las condiciones de trabajo. Brasil necesita cubrir plazas de médico en zonas despobladas y rurales del interior, a las que sus propios facultativos no quieren ir. “Hay que asegurarse de los medios materiales que habrá en estas consultas”, señala Rivas. Brasil ha anunciado que ofrecerá visados de trabajo de entre dos y tres años a extranjeros e impartirá cursos de portugués para aquellos que no hablan la lengua. “¿Y si los médicos se arraigan y quieren quedarse? ¿Podrán?”, se pregunta.
La oficina que la OMC quiere crear para ayudar a los médicos a escoger bien si salen al extranjero también se fijará en las agencias. En algunos foros de Internet se empieza a hablar de estafas y de promesas que nunca se cumplen. Jorge Sotoca viajó a Suecia con una agencia que cumplió todo lo que prometió. “Nunca nos han pedido un euro”, dice. Y añade que cada vez más hospitales contratan directamente, sin intermediarios.
BLOG YO, MONO | La evolución de los genitales

El tamaño sí importa

Un mono aúllador en el Parque Nacional de Corcovado (Costa Rica). | Pablo HerrerosUn mono aúllador en el Parque Nacional de Corcovado (Costa Rica). | Pablo Herreros
Los correos spam que con más frecuencia aparecen en nuestras bandejas de entrada, son los que ofrecen tratamientos y aparatos varios para alargar el pene. Esta amplia oferta se debe a la creencia de que el tamaño de los genitales influye directamente en la satisfacción sexual de la mujeres. Para pena de los más incrédulos, los científicos han descubierto que el tamaño de las partes nobles es fundamental, al menos, para explicar la historia evolutiva de nuestra especie.
Pero vayamos por 'partes'. Algunos ya habrán caído en la cuenta en el hecho de que el tamaño de los testículos que tenemos los humanos, en proporción al cuerpo, es pequeño. Cualquier comparación con nuestros parientes más cercanos, los chimpancés o los bonobos, es humillante. Hasta el propio Nacho Vidal o Rocco Sifredi se avergonzarían.
En varias sociedades de primates, las hembras copulan con más de un macho durante el corto periodo en que están sexualmente receptivas. Debido a que es posible que el esperma permanezca activo hasta cuatro días, los espermatozoides de diferentes individuos deben 'luchar' para poder fertilizar el óvulo. En estos casos, los machos que eyaculen mayor cantidad de esperma, tendrán mayores probabilidades de conseguirlo.
Cuando observemos a un mamífero con los testículos muy grandes, casi siempre es debido a la necesidad de albergar una mayor cantidad de espermatozoides en su interior que venzan en la carrera hacia el óvulo a los espermatozoides rivales. A este fenómeno lo denominamos competición espermática. Dado el pequeño tamaño de los testículos humanos, lo más probable es que no se haya producido este tipo de competición en los últimos millones de años de nuestra evolución.

La virtud del punto medio

Otras especies salen peor paradas que la nuestra en cuanto a tamaños se refiere. Los gorilas, por ejemplo, al competir por las hembras mediante la fuerza física y monopolizar un harem al completo, tienen unos genitales más pequeños que los nuestros, a pesar de su enorme cuerpo. Por esta razón, los machos favorecidos han sido los más corpulentos y no los que poseían mayor cantidad de esperma. Para los gorilas es cierto que el tamaño de los genitales no cuenta.
Pero el verdadero misterio de la humanidad reside en el pene. El miembro del 'Homo Sapiens' sí es más largo en comparación con el que tienen otros grandes simios. Una de las explicaciones posibles es que su forma y tamaño son perfectas para retirar el semen de otros machos tras eyacular. Se trataría de una adaptación anatómica para una época en la que las hembras copulaban con varios hombres con pocas horas o días de diferencia.
En unas pruebas con modelos de plástico, se comprobó que el pene humano era capaz de retirar el 92% del falso esperma tras eyacular en una copulación. Esto explicaría también el por qué de la existencia de un prominente anillo grande y flexible en la base del glande: otra de las características anatómicas que nos distingue de los primates.
Por muchas pruebas que poseamos para explicar la causa del tamaño y forma de nuestros genitales, el debate continuará porque siguen sin dar respuesta a una duda existencial para todos los varones: ¿las mujeres los prefieren grandes? Los resultados científicos al respecto son contradictorios. En un estudio con mujeres australianas, los resultados demostraron que éstas preferían los más largos. Pero otros estudios más recientes en Estados Unidos concluyeron que cuando los penes sobrepasan unas determinadas dimensiones, dejan de ser atractivos para las mujeres. Puede que una vez más, y como en tantos otros asuntos de la vida, la virtud está en el punto medio.

¿Realmente sólo usamos el 10% de nuestro cerebro?

 .
cerebro
Es asombroso cuántos mitos médicos rondan por ahí. Pero una parte del cuerpo parece atraer más que otras: el cerebro.
Uno de mis favoritos es el de que sólo usamos el 10% del cerebro. Es una idea atractiva pues sugiere que podríamos ser mucho más inteligentes, exitosos o creativos si lográramos aprovechar ese 90% que desperdiciamos.
Desafortunadamente, no es cierto.
En primer lugar, es importante hacer una pregunta: ¿10% de qué?
Si se refiere al 10% de las regiones del cerebro, es una afirmación fácil de refutar.
Usando una técnica llamada imagen por resonancia magnética funcional, los neurocientíficos pueden poner a alguien en un escáner y ver qué partes del cerebro se activan cuando hacen o piensan en algo.
Una simple acción, como cerrar y abrir el puño de la mano o decir unas pocas palabras requiere de la actividad de mucho más de una décima parte del cerebro. Incluso cuando se supone que no se está haciendo nada, el cerebro está haciendo mucho, ya sea controlando funciones como respirar y el palpitar del corazón, o recordando cosas por hacer. (1)

Nada ocioso

Actividad en el cerebro
Incluso al dormir, el cerebro se mantiene activo, como muestra esta imagen de la actividad al soñar.
Quizás el 10% se refiere al número de células del cerebro.
Pero de nuevo, no computa.
Cuando cualquier célula nerviosa se deja de usar se degenera y muere o es colonizada por otras áreas vecinas. Sencillamente, no permitimos que las células del cerebro estén ociosas. Son demasiado valiosas.
Por otro lado, si bien es cierto que la naturaleza a veces es misteriosa, evolucionar para tener un cerebro diez veces más grande de lo necesario sería muy extraño, particularmente teniendo en cuenta que su gran dimensión es tan costosa para la supervivencia, pues puede causar obstrucciones y la muerte de la madre durante el parto.
Además, el cerebro necesita muchos recursos: mantener el tejido cerebral vivo consume 20% del oxígeno que respiramos, según el neurocientífico cognitivo Sergio Della Sala. (2)

De dónde salió

Cerebro
El cerebro consume el 20% del oxígeno que respiramos.
¿Cómo puede una idea sin fundamento biológico ni fisiológico expandirse por todos lados?
Es difícil rastrear la fuente original.
El psicólogo y filósofo estadounidense William James escribió en el libro "Las energías de los hombres" que hacemos "uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos" (3). Era optimista y pensaba que la gente podía lograr más, pero él no se refiere al volumen del cerebro ni a la cantidad de las células, tampoco da un porcentaje específico.
La cifra del 10% aparece mencionada en el prólogo de la edición de 1936 del popular libro de Dale Carnegie "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", y a veces hay gente que dice que Albert Einstein fue la fuente. No obstante, Della Sala ha tratado de encontrar esa cita y ni siquiera los que trabajan en el archivo de Albert Einstein la han podido hallar. Así que parece ser otro mito.

Zona gris

Hay dos fenómenos que quizás expliquen el malentendido.
Nueve de cada diez células en el cerebro son lo que se denomina neuroglias o células gliales, que son células de apoyo y proveen asistencia física y nutricional al otro 10% de las células, las neuronas, que se encargan de "pensar".
Así que quizás la gente oyó que sólo el 10% de las células se ocupa del trajín duro y asumió que se podían aprovechar las neuroglias también. Sólo que esas células son totalmente distintas y no se podrían de repente transformar en neuronas para darnos más potencia mental.
Cerebro
El 10% piensa, el 90% ayuda a pensar.
Hay, no obstante, un grupo de pacientes cuyos escáneres revelan algo extraordinario.
En 1980, un pediatra británico llamado John Lorber mencionó en la revista Science (4) a unos pacientes con hidrocefalia que tenían muy poco tejido cerebral y sin embargo podían funcionar. El caso, sin embargo, no demuestra que el resto de nosotros podemos usar nuestros cerebros más de lo que lo hacemos, sino que esas personas se habían adaptado a circunstancias extraordinarias.
Es cierto, claro, que si nos lo proponemos podemos aprender nuevas cosas y cada vez hay más evidencia en el área de plasticidad neuronal, que muestra que eso cambia nuestro cerebro. Pero no es que estemos explotando un área nueva del cerebro. Creamos nuevas conexiones entre las células nerviosas o perdemos viejas conexiones cuando ya no las necesitamos.
Lo que me intriga más de este mito es cuánto desilusiona a la gente enterarse de que no es cierto.
Quizás la cifra del 10% es muy atractiva porque es tan baja que ofrece un potencial enorme para mejorar.
Todos queremos ser mejores. Y podemos serlo, si tratamos.
Pero no va a ser porque encontremos una porción de nuestro cerebro en desuso.