sábado, 31 de agosto de 2013

VOS Y YO ,LOS DOS EN CURDA

Un vaso de vino al día reduce el riesgo de tener una depresión

Un estudio con más de 5.000 personas sin antecedentes descubre este valor de este componente de la dieta mediterránea

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El estudio Predimed (prevención con dieta mediterránea) que analizó el efecto de la dieta mediterránea en la salud continúa dando información. El último fruto que se ha publicado es que un consumo moderado de alcohol (de dos a siete vasos a la semana, el equivalente a una copa al día) reduce el riesgo de caer en depresión. Lo ha publicado un equipo dirigido por Miguel Ángel Martínez-González, de la Universidad de Navarra, en la revista BMC Medicine.
Los investigadores hicieron durante siete años el seguimiento de un grupo de 5.500 bebedores con consumos ligeros y moderados de alcohol, de entre 55 y 80 años. “Los hallazgos mostraron una asociación inversa entre estos niveles bajos-moderados de alcohol y la ocurrencia de nuevos casos de depresión”, indica Martínez-González.
En verdad, el estudio Predimed estaba enfocado a medir el efecto protector de la dieta mediterránea, reforzada con aceite de oliva virgen y nueces, en las enfermedades cardiovasculares, y determinó que las personas que seguían esas pautas de alimentación tenían un riesgo un 30% inferior de sufrir un infarto de miocardio o un ictus.
Pero la amplitud del ensayo (10 años de seguimiento a 7.500 personas) ha permitido obtener otras conclusiones aparte del objetivo principal del trabajo. Por ejemplo, también se ha observado que la dieta interactúa y consigue compensar la predisposición genética al ictus. Es decir, actúa a un nivel epigenético incluso en la población con más riesgo de enfermar.

UN GRAN AVANCE EN LAS IMAGENES MEDICAS

Un científico logró retroceder el tiempo a nivel microscópico

Por Marcelo Bellucci

El experimento serviría para que Internet sea más segura y para mejorar los diagnósticos.
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Desde tiempos inmemoriales, la acción de viajar se asoció con la fascinación por lo desconocido. Viajar a través del espacio y el tiempo son ejemplos de esta odisea. Mientras los vuelos espaciales se convirtieron en realidad, la máquina del tiempo quedó en una especulación literaria. Buscando quebrar esta barrera, tras años de estudios y experimentación, un científico argentino logró volver el tiempo atrás a escala microscópica.
En el Laboratorio Nacional de Investigación y Servicios de Resonancia Magnética en Sólidos (LANAIS) del Conicet, el equipo de Horacio Pastawski busca los límites y las formas de controlar el tiempo.
Para este experimento utiliza cristales orgánicos moleculares –granos diminutos que contienen hidrógeno– generando una especie de mancha formada por ondas magnéticas. Sobre su avance, Pastawski comenta que “es un proceso complejo porque hablamos de millones de átomos que se comportan como brújulas que se influencian mutuamente por la propia interacción. Nosotros tuvimos un grado de control en estas interacciones y logramos una reversión temporal”.
Para entender como se desarrolla este proceso temporal, Pastawski cita un ejemplo. “Pongamos el caso de una gota de tinta que cae en un tacho de agua y se dispersa. El camino inverso: que la tinta diluida se concentre en una gota, parece imposible. Por lo tanto, irreversible. Pero si se pudiera controlar el movimiento de cada uno de los átomos, la tinta volvería a la gota inicial. Esto se logra en los núcleos magnéticos de una molécula, o incluso en un cristal”.
En este caos cuántico hay límites y la mínima imperfección en la ejecución de esta máquina del tiempo, genera una imperfección en el rejuvenecimiento. “En el caso de la gota de tinta, quizás se pueda volver a concentrar en una partícula, aunque no va a ser perfecta. Y llegado el caso, si uno lograra un control absoluto de todas las energías, no únicamente las magnéticas, descubriría que la barrera esta más cerca de lo se supone”.
Esto ponen en evidencia otra restricción en una reversión temporal a escala humana. Y que mientras más complejo es el sistema más inestable es y más predispuesto al caos. Un error ínfimo repercutiría de manera catastrófica en todo el sistema.
“Por ahora es imposible crear una máquina del tiempo para que alguien vaya al pasado”, argumenta Pastawski.
Su trabajo es reconocido mundialmente por establecer una nueva escala de tiempo que se denomina T3. “La T3 permite mejorar las imágenes de las resonancias magnéticas. Las placas van a tener más nivel de detalle.
Estos desarrollos van en paralelo en todo el mundo, lo bueno de producirlo acá es que abre más posibilidades para realizar aplicaciones locales ”, indica.
Además de mejorar imágenes de resonancia magnética, esta técnica sirve para una reversión temporal de ultrasonidos para cálculos renales y destrucción de tumores. Revertir una onda de Wi-Fi para que se concentre en la PC y lograr una Internet más segura. Nuevamente las reflexiones caóticas de una señal, que usualmente causan los indeseados “puntos ciegos”, se usan para favorecer la comunicación personalizada.
El equipo de Pastawski no fue el primero en hacer el experimento de reversión temporal, sí en demostrar la existencia del caos dinámico en mecánica cuántica.
Algo que se conoce mundialmente como Eco de Loschmidt, o la certeza de que en cada sistema hay un umbral de tiempo después del cual se pierde el control, es decir que existe una limitación natural.
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