miércoles, 19 de marzo de 2014



EN PARÍS

Una científica argentina, premiada en París por estudiar la comunicación rápida neuronal

Cecilia Bouzat recibió hoy en París el premio "La mujer en la ciencia" como estímulo a la investigación sobre mutaciones de receptores que afectan la comunicación rápida en el sistema nervioso y causan problemas en procesos de aprendizaje, memoria y musculares.
El premio es otorgado por la empresa francesa de cosmética L`Oreal y la entidad de Naciones Unidas para la Educación-Unesco.

"Nuestra pregunta es cómo funcionan unos receptores que intervienen en una rápida comunicación neuronal, y entre una neurona y un músculo, y cómo puede modificarse ese mecanismo en algunas enfermedades", explicó Bouzat a Télam.

El receptor es una molécula, "pero es como un aparatito que funciona en forma perfecta: reconoce un neurotrasmisor muy específico que le corresponde y genera un cambio en la proteína".

Los receptores se ubican en la membrana de la célula y poseen una zona externa que une el neurotransmisor y un poro que permite que iones pasen del exterior al interior celular.

El poro solamente se abre cuando el neurotransmisor se une a la zona extracelular y esta apertura permite el flujo de iones que desencadena la respuesta eléctrica, permitiendo la comunicación.

Varias enfermedades -como algunos tipos de epilepsia, síndromes miasténicos y esquizofrenia- son producidas por mutaciones en los receptores que le impiden funcionar adecuadamente y modifican la comunicación neuronal.

El objetivo de esta investigación es determinar el mecanismo molecular por el cual una vez que se une el neurotransmisor se produce la apertura del poro, y cómo cambia este proceso en receptores mutados que se observan en ciertas patologías.

La comunicación rápida y precisa entre neuronas es fundamental para procesos como movimiento muscular, aprendizaje, memoria y se realiza a través de las sinapsis, proceso por el cual las neuronas liberan neurotransmisores que activan receptores específicos de células vecinas y generan una respuesta eléctrica.

Los receptores sinápticos, cuyo rol es clave en la transmisión nerviosa, son blancos de drogas como la nicotina y de fármacos como benzodiacepinas, barbitúricos, relajantes musculares y anestésicos, que se unen al receptor y modifican su función, estimulándola o disminuyéndola.

Varias enfermedades -como algunos tipos de epilepsia, síndromes miasténicos y esquizofrenia- son producidas por mutaciones en los receptores que le impiden funcionar adecuadamente y modifican la comunicación neuronal


Bouzat planteó que "el objetivo es entender cómo funcionan los receptores en estados normales y de enfermedad" para contribuir al desarrollo de fármacos selectivos y terapias.

A veces, "ese funcionamiento normal es el que uno quiere como efecto terapéutico y, otras veces, aparece como efecto adverso de un fármaco que se usa para otros fines", precisó.

Bouzat, quien compitió para el galardón internacional por la región América Latina, dio una conferencia científica en la Academia de Ciencias de Francia y recibió el premio en la universidad de La Sorbona.

La investigadora, que ganó en 2007 la primera edición del premio L`Oreal-Unesco en Argentina, se graduó en la Universidad Nacional del Sur e hizo su doctorado en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas sobre biología molecular, que siguió en Clínica Mayo.

Tiempo después, la científica instaló su propio laboratorio y formó un equipo de investigadores que trabaja en cooperación con Clínica Mayo y la británica Universidad de Oxford.

Bouzat contó que "actualmente, otra línea de investigación es estudiar estos receptores en un organismo modelo, que es un nematodo (gusano) que se usa como modelo de enfermedades humanas y envejecimiento, porque es un organismo vivo muy bueno para hacer testeo de drogas ya que tiene el 60% de los genes iguales a los de los humanos".

"Entonces muchos procesos de enfermedades están conservados y muchos de nuestros genes están en el gusano, por ejemplo: la neurotrasmisión está totalmente conservada, y estos receptores humanos que nosotros estudiamos, también están en el nematodo".

Experta en investigaciones de largo aliento, Bouzat consideró que "se puede hacer buena ciencia en Argentina porque tenemos personal capacitado, prestigio internacional como investigadores, una universidad pública y una carrera de Investigador Científico del Conicet que da un apoyo invalorable para la ciencia".

"Tenemos mucha riqueza en el país y entonces me parece que sí en los últimos años hubo una jerarquización de la ciencia, que se abrió la entrada a más investigadores jóvenes y becarios", dijo.

"Creo que eso es bueno pero (el país) debe seguir dándole la importancia que tiene, con los recursos tecnológicos y humanos que siempre hacen falta porque la ciencia cambia todo el tiempo", opinó.

En ese sentido, que siga una política de apoyo a los científicos supone para la investigadora que "gente joven ingrese y permanezca en carrera, porque hay que conservar a la gente buena y que sea un país atractivo para los investigadores".
ESTUDIO INTERNACIONAL

El coeficiente de inteligencia depende del grosor de la corteza cerebral

La investigación, en la que ha participado la UPF, supone un "cambio de paradigma" en el estudio de las capacidades cognitivas del cerebro

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EFE / Barcelona
Combo de imágenes que muestran el proceso de maduración del cerebro.
El coeficiente de inteligencia (CI) de una persona está correlacionado con el grosor de su corteza cerebral, según concluye una investigación internacional en la que ha participado la Universidad Pompeu Fabra (UPF). El estudio, realizado durante dos años por científicos de EEUU, España, el Reino Unido y Canadá con 188 niños y adolescentes, indica que la tasa de variación del grosor del córtex cerebral "es relevante". Los resultados los ha publicado este lunes la revista 'NeuroImage'.
Según ha explicado el investigador del grupo de Adquisición del Lenguaje y Percepción (SAP) del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la UPF, Miguel Burgaleta, la corteza cerebral es una capa delgada de células nerviosas, de pocos milímetros de espesor, que interviene en funciones cognitivas como la percepción, el lenguaje, la memoria o la conciencia.
Según Burgaleta, la investigación significa "un cambio de paradigma en el estudio de las capacidades cognitivas y contribuye a entender el aspecto dinámico y plástico del cerebro y, por tanto, de las capacidades cognitivas de los humanos".

Fluctuaciones en el coeficiente de inteligencia

La corteza cerebral se va reduciendo a partir de los cinco o los seis años como parte del proceso normal de desarrollo, pero el significado de estos cambios no están bien establecidos. En este trabajo, los investigadores han estudiado al grupo de niños y adolescentes mediante resonancias magnéticas y han descubierto la relación entre los cambios en el grosor cortical cerebral y los cambios en el desarrollo del coeficiente de inteligencia.
Uno de los resultados principales del trabajo es que una reducción importante de la corteza cerebral correlaciona con una disminución significativa del coeficiente de inteligencia.
"Nuestra investigación indica que estas fluctuaciones en el coeficiente de inteligencia también esconden cambios genuinos en la inteligencia, ya que correlacionan con cambios en la estructura cerebral, un resultado que no se debería encontrar si las fluctuaciones fueran espurias o fruto del error de medición, como se había dicho anteriormente", ha manifestado Burgaleta.

Implicaciones sociales

Según el investigador, "esto tiene implicaciones serias en cuanto al uso social del coeficiente de inteligencia". "Por ejemplo, a la hora de considerar el CI como criterio de admisión o diagnóstico. Aunque por supuesto no niega su poder predictivo, que se ha replicado en múltiples ocasiones, en cuanto a rendimiento académico o laboral", ha puntualizado el científico.
Los resultados de este estudio pueden tener, según Burgaleta, implicaciones "de amplio alcance" en el ámbito pedagógico y también en el ámbito judicial, por ejemplo en situaciones en que el CI interviene en el establecimiento del veredicto final. "En EEUU, las personas con un CI por debajo de 70 no son elegibles para la pena capital", han recordado los autores de la investigación, entre los que figuran también profesores de la Universidad Autónoma de Madrid e investigadores de la Fundación CIEN-Fundación Reina Sofía.

Cinco cosas que quizás no sabe sobre la cera de los oídos

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La cera o cerilla de los oídos es uno de esos productos corporales que pocos quieren discutir en público.
En el pasado, esta sustancia llegó incluso a ser usada como bálsamo para labios y cataplasma para heridas.
Pero la cera de los oídos tiene otras muchas cualidades. Algunos estudios recientes señalan que funciona como un indicador de la acumulación de sustancias tóxicas en el organismo e incluso podría ayudar a diagnosticar ciertas enfermedades.
BBC Mundo explora cinco secretos de la cerilla que tal vez muchos lectores desconozcan.

1. Cómo sale

Las células del canal auditivo son únicas porque pueden migrar.
Las células dentro del canal auditivo son únicas en el organismo, ya que pueden migrar. "Si colocáramos una gota de tinta junto al tímpano veríamos que poco a poco se desplaza hacia afuera en cuestión de semanas por el movimiento de estas células", explicó Shakeel Saeed, médico del Royal National Throat, Nose and Ear Hospital de Londres, un centro especializado en otorrinolaringología.
Si ese movimiento no tuviera lugar el canal auditivo se taparía con células muertas producto del proceso natural de renovación celular.
Este fenómeno impulsa hacia el exterior a la cera y se cree que el movimiento de la mandíbula al hablar o comer ayuda en ese proceso. La cera es producida por glándulas especiales en la piel del canal auditivo. El nombre técnico para esta materia cerosa es cerumen.
Saeed señala que la cerilla puede ponerse más oscura con la edad. Los hombres, por otra parte, pueden tener más pelos en la oreja cuando envejecen y esto puede dificultar la salida natural de la cera.

2. Tiene propiedades antimicrobianas

La cera de los oídos contiene aceites, pero está constituida en gran parte por queratinocitos, células epiteliales muertas además de otras sustancias.
Entre 1.000 y 2.000 glándulas producen péptidos antimicrobianos (un tipo de moléculas), mientras que las glándulas sebáceas cercanas a los pelos aportan a la mezcla alcoholes, una sustancia oleosa llamada escualeno, colesterol y triglicéridos.
La producción de cera no varía mucho entre hombres y mujeres. Tampoco entre jóvenes o viejos. Pero un nuevo estudio indicó que el contenido de triglicéridos sí que baja en el hemisferio norte de noviembre a julio.
La cera también contiene lisozima, una enzima con propiedades antibacterianas. Otros investigadores no están de acuerdo y aseguran que la cera es un medio perfecto para la proliferación de bacterias.

3. De dónde venimos importa

Una mujer se extrae la cera de los oidos
Utilizar un hisopo o bastoncillo de los oídos para obtener cerilla es más barato que un análisis de ADN.
Las personas de origen asiático producen un tipo diferente de cerumen, de acuerdo a científicos del Instituto Monell en Philadelphia. Un pequeño cambio en el gen ABCC11 es responsable de una cera más seca y de olores menos intensos en las axilas de individuos de China, Japón y Corea.
El estudio del Instituto Monell midió la concentración de 12 compuestos orgánicos volátiles en la cerillas de individuos caucásicos y asiáticos.
En 11 de los 12 compuestos la cera de las personas blancas tenía más sustancias productoras de olores.
Kate Prigge, investigadora de Monell, explicó que los científicos analizan el olor de la cera, como un primer paso para determinar si ese aroma podría servir para detectar enfermedades.
El instituto estudia una enfermedad de causas genéticas llamada enfermedad de la orina de jarabe de arce, que puede ser diagnosticada fácilmente a través del aroma de los compuestos de la cera. Utilizar un hisopo (copito de algodón, bastoncillo de los oídos) para obtener una muestra de cerilla es mucho más barato que realizar un análisis de ADN.
El doctor Prigge reconoce que su trabajo genera reacciones de sorpresa. "Si le cuento a alguien que me dedico a estudiar los olores corporales generalmente se ríe. Pero cuando explicamos cuánta información puede obtenerse a partir de esos aromas la gente entiende por qué me dedico a esto".

4. Mejor un vacío que una jeringa

Un doctor examina el oido de un paciente.
La producción de cera no varía mucho entre hombres y mujeres.
Carrie Roberts tiene poco más de 40 años y desde hace tiempo tiene un problema de cera excesiva en sus oídos. Ya su médico retiró la cerilla en múltiples ocasiones con una jeringa. Cuando intentó usar un remedio casero de aceites tibios acabó con los oídos tapados.
Roberts decidió pagar por un tratamiento de micro-succión, en el que el canal auditivo es limpiado por una especie de mini-aspiradora.
Saeed prefiere utilizar en su hospital este método al de la jeringa. "Con la jeringa uno va a tientas y ciegas, sin visión directa. Si uno usa agua hay que hacer que el agua pase más allá de la cera para que pueda expulsarla al salir".
"Si el agua no tiene por donde pasar no hay que forzarla. No es común que se dañe el oído durante este procedimiento pero puede suceder”.
En la micro-succión, en cambio, el especialista mira el canal auditivo a través de un microscopio.
Carrie dice que tratamiento no le causó ningún dolor y fue muy rápido.
"Se siente un poco como esos tubos de succión que le ponen a uno en la boca cuando va al dentista, solo que en esta ocasión se trata del oído. Para mí es mucho mejor que la jeringa ya que fue más rápido, no me sentí mareada y no tuve usar aceites durante una semana luego del tratamiento".

5. Puede ser un indicador de la contaminación

oreja con cera
Existen algunas enfermedades del metabolismo que afectan a la cerilla.
La cera de los oídos, como otras secreciones, puede tener trazas de ciertas toxinas en el cuerpo, por ejemplo, de metales pesados.
Existen también algunas enfermedades del metabolismo que afectan a la cerilla.
Uno de los hallazgos científicos más notables relacionados con esta secreción fue un tapón de cera de 24 cm en una ballena azul.
A diferencia de los seres humanos, que expulsan su cera y sus células epiteliales muertas, estas ballenas la retienen. Así, se registra la historia del animal al igual que los anillos en el tronco de un árbol revelan la variación de épocas de lluvia o sequía a lo largo de su historia.
La cera de la ballena fue analizada por Sascha Usenko, un científico de la Universidad Baylor en Waco, Texas. Usenko y sus colegas determinaron en base a la cera del cetáceo que en sus 12 años de vida había entrado en contacto con 16 tipos diferentes de contaminantes como pesticidas.
La mayor exposición a sustancias tóxicas fue en el primer año de vida, lo que sugiere que esas sustancias fueron transferidas a la ballena durante el embarazo o a través de la leche de su madre.
Cuando el animal llegó a la madurez sexual, la cera muestra altos niveles de cortisona, la hormona del estrés, resultado probablemente de la competencia con otros machos por aparearse.

CHOCOLATE CON 70 % DE CACAO


Desvelan la razón precisa de los beneficios del chocolate negro


Algunos compuestos del chocolate, al entrar en contacto con las bacetrias del estómago, se trasnformar en sustancias antiinflamatorias

Desvelan la razón precisa de los beneficios del chocolate negro
FOTOLIA
Todos hemos oído hablar de los beneficios de comer chocolate negro; sin embargo, la razón exacta que hace que el cacao sea una alimento tan saludable permanecía oculta. Pero ahora parece que por fin se ha revelado el misterio. La causa está en ciertas bacterias de nuestro estómago que, al engullir el chocolate, fermentan en unos potentes compuestos antiinflamatorios que protegen nuestra salud cardiovascular.
Los datos presentados en la Reunión Nacional de la Sociedad Americana de Química confirman los que ya se sabía, pero van más lejos, al explicar las razones. «Hemos encontrado que hay dos tipos de bacterias en el intestino: las ‘buena’ y las 'malas'», explica Maria Moore, de la Universidad Estatal de Louisiana, en EE.UU.. «Las buenas , como bifidobacterium y las bacterias del ácido láctico, participan en la ‘la fiesta’ del chocolate». según Moore, cuando comemos chocolate negro, «estas bacterias crecen y fermentan, generando compuestos que son antiinflamatorios. En cambio las otras, están asociados con la inflamación y pueden causar gases, hinchazón, diarrea y estreñimiento. Estos incluyen algunos clostridios y algunas E. coli».
Lo que no sabíamos es cuando comemos chocolate negro, los compuestos antiinflamatorios fabricados por las bacterias ‘buenas’ fermentadas «son absorbidos por el organismo y así disminuyen la inflamación de tejido cardiovascular, reduciendo el riesgo a largo plazo de un accidente cerebro o cardiovascular», explica John Finley, coordinador del trabajo. Según Finley este estudio es el primero en examinar los efectos del chocolate negro sobre los diversos tipos de bacterias en el estómago.

Tracto digestivo

El equipo probó tres diferentes tipos de cacao en un modelo de tracto digestivo, compuesto por una serie de tubos de ensayo modificados, para simular la digestión normal . Se sometieron entonces los materiales no digeribles a la fermentación anaeróbica utilizando bacterias fecales humanas.
Finley explica que el cacao en polvo, un ingrediente de chocolate, contiene distintos compuestos polifenólicos o antioxidantes, como la catequina y epicatequina, y una pequeña cantidad de fibra dietética. Ambos componentes son mal digeridos y absorbidos pero, cuando alcanzan el colon, las bacterias ‘buenas’ tomar el relevo. «En nuestro estudio hemos encontrado que la fibra se fermenta y que los grandes polímeros polifenólicos se metabolizan en moléculas más pequeñas, que son más fáciles de absorber. Y estos polímeros más pequeños presentan actividad antiinflamatoria», detalla Finley.
Y añade: «es muy probable que la combinación de la fibra en el cacao con prebióticos mejore la salud general de una persona y ayude a convertir los polifenoles en el estómago en compuestos antiinflamatorios. Finley explica que cuando se ingieren los prebióticos, «las bacterias intestinales ‘buenas’ aumentan, mientras que disminuye la de los microbios no deseados en el intestino , como los que causan problemas de estómago». Los prebióticos son carbohidratos que se encuentran en alimentos como el ajo y harina de trigo integral cocida que los humanos no pueden digerir, pero que son beneficios para las bacterias, y que se encuentran en suplementos dietéticos.
Para termina Finley señala que el chocolate negro es más saludable si se combina con frutas, como las granadas que la gente pudiera experimentar aún más beneficios para la salud cuando el chocolate negro se combina con frutas sólidas como las granadas y el acaí, una fruta exótica. Por eso, el próximo paso, afirma, sería que la industria del chocolate trabajara en esta dirección.