sábado, 5 de abril de 2014

ERA SUECO,NO ESPAÑOL

Médico erra diagnóstico e quase 'mata' paciente em coma  

.Um médico sueco quase matou seu paciente em coma por antecipar o diagnóstico de morte cerebral e ter pedido a doação dos órgãos à família.
Jimi Fritze, 43 anos, só teve a vida salva porque outro médico, que retornou de férias, achou conveniente avaliar melhor suas condições, descobrindo que ele não estava “tão mal”, segundo informações do Daily Mail.
Sueco errou no diagnóstico de morte cerebral e chegou a pedir a doação dos órgãos à família
Sueco errou no diagnóstico de morte cerebral e chegou a pedir a doação dos órgãos à família
Numa situação atípica e rara, o paciente conseguiu se recuperar após três semanas do diagnóstico errado depois de receber tratamento com cortisona – o que fez seu cérebro desinchar. Fritze conta que se lembra de ouvir o médico perguntar à sua namorada se os órgãos poderiam ser doados, mas não conseguia reagir, paralisado.
Fritze sofreu uma hemorragia cerebral durante uma viagem e demorou a ser hospitalizado. Ele conta que, por sorte, sua namorada é enfermeira e conseguiu mantê-lo acordado enquanto esperavam ambulância. O paciente disse que quer processar o hospital pelo erro médico que quase o matou.

El exceso de Omeprazol podría producir daños neurológicos

Es el inhibidor de secreción ácida gástrica más utilizado. De venta libre, según un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association, su consumo prolongado –más de dos años- provocaría diferentes efectos colaterales: conocelos.

Salud.
El Omeprazol es uno de los inhibidores de la secreción más utilizados para tratar la gastritis y la acidez estomacal. Si bien los médicos lo recetan por períodos breves de tiempo ya que puede generar algunos efectos colaterales, al ser un medicamento de venta libre, los pacientes lo siguen consumiendo sin control y sin tener en cuenta los riesgos que eso puede acarrearles.
Un estudio realizado por el Kaiser Permanente Institute (USA) y publicado en la revista Journal of the American Medical Association reveló que la toma prologada -durante dos años o más- está vinculada con un diagnóstico posterior de deficiencia de Vitamina B12. ¿Por qué? Porque la reducción del ácido gástrico impide la normal asimilación de ésta que, a su vez, se ingiere a través de la carne animal. Y es esta falta de Vitamina B12 la que puede derivar en demencia, daño neurológico, anemia y otras complicaciones.
Se estima que entre un 10% y un 15% de los adultos mayores de 60 años tienen deficiencia de esta vitamina. Para su absorción desde la dieta se requiere del buen funcionamiento del estómago, del páncreas y del intestino delgado. El ácido gástrico es clave, ya que libera esta vitamina de los alimentos, lo que permite que se una a ciertas proteínas.
Si el ácido del estómago disminuye, algo que sucede cuando se toman estos inhibidores de la bomba de protones, esa unión no se produce ni tampoco la absorción completa de la vitamina. Ese déficit prolongado, de no tratarse clínicamente, podría derivar en múltiples problemas, como los ya mencionados.

La investigación, en detalle
El trabajo se llevó a cabo con 25.956 pacientes que presentaron un diagnóstico de bajo nivel de vitamina B12.
La primera conclusión a la que llegaron los profesionales es que quienes tomaron diariamente inhibidores de la bomba de protones (como Omeprazol o Exomeprazol) durante dos o más años presentaron un 65% más de probabilidades de tener niveles bajos de Vitamina B12 que quienes no habían ingerido estos fármacos durante un período tan extenso de tiempo.
Además, también aquellos que tomaron antagonistas de los receptores H2 (Ranitidina o Famotidina) presentaban un riesgo 25% mayor de padecer este déficit vitamínico.
En cuanto a las dosis, se comprobó que tomar 1.5 comprimidos diariamente presenta un riesgo 95% superior a sufrir esta deficiencia en comparación con los casos en los que la ingesta diaria es inferior a 0.7 píldoras.
En este punto valen dos aclaraciones. Por un lado, los expertos insisten en que no hay que confundir este tipo de fármacos con los comúnmente conocidos como “antiácidos”, y que sirven para eliminar la acidez luego de comer o tomar mucho. Además, aseguran que hay otras formas alternativas de combatir la secreción ácida sin tomar una medicación continuada, como un cambio de dieta, entre otras cosas.


¿Realmente la cafeína deshidrata?

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Café en el desierto
Siempre se ha relacionado a la cafeína con el efecto diurético del café o el té, pero estudios recientes sugieren que tal vez se deba a otras sustancias presentes en estas bebidas.
Todos los días, alrededor del mundo, se toman aproximadamente 1.600 millones de tazas de café: casi el doble de lo que el planeta consume de té.
¿Por qué? Por varias razones. Una de ellas puede ser el sabor, o simplemente su poder para ayudar a despertarse. ¿Quién no ha visto a los aficionados al café en la mañana, buscando con desespero una humeante taza para empezar el día con las baterías bien cargadas?
Pero nos han dicho que tenemos que ser precavidos con las dosis.
La ciencia médica también nos ha recomendado tomar siete u ocho vasos de agua al día para estar bien hidratados, pero las tazas de infusiones no cuentan para cubrir esa cuota porque la cafeína deshidrata.
Sin embargo, ¿qué evidencia existe de que eso es así? ¿Realmente la sustancia que hace único al café tiene un fuerte poder deshidratante?
clic Lea: ¿Adiós al café de la mañana? Llega la cafeína en spray

Más allá de la cafeína

Aunque el café y el té contienen distintas sustancias, las investigaciones por lo general se han enfocado en estudiar su componente más popular: la cafeína.
vasos de agua
Para mantenerse bien hidratado se recomienda tomar ocho vasos de agua al día, sin mezclarlos con café o té.
Sobre este tema, el estudio que se cita repetidamente es uno que data de 1928, cuando se investigó el consumo de cafeína con una muestra de sólo tres personas durante el curso de dos inviernos. (1)
El proceso consistía en pedir a los participantes que tomaran cuatro tazas de café al día, después se les daba té y finalmente se les pedía que se abstuvieran de consumir infusiones o se les suministraba agua con cafeína pura.
Mientras tanto, se iba midiendo el volumen de la orina a intervalos regulares.
Los investigadores concluyeron que si el ser humano consume agua con cafeína pura, después de un período de dos meses de abstinencia de café y té, el volumen de su orina se incrementaba en un 50%.
En cambio, cuando tomaban café regularmente otra vez, su cuerpo se volvía resistente a los efectos diuréticos.

No es un diurético

Se sabe que grandes dosis de cafeína incrementan el flujo de sangre hacia los riñones e inhiben la absorción de sodio, lo cual puede explicar sus potenciales cualidades diuréticas.
Pero el mecanismo exacto de cómo ocurre este proceso todavía es materia de debate.
Por ejemplo, cuando se revisan estudios hechos con cantidades más contundentes de cafeína, el efecto diurético no parece ser tan claro.
Una revisión de una decena de reportes sobre el tema realizada por Lawrence Armstrong, académico de la Universidad de Connecticut, concluyó que la cafeína es, como máximo, un diurético moderado, con 12 muestras de 15 que dieron como resultado que las personas orinaban la misma cantidad sin importar si el agua que bebían tenía cafeína o no. (2)
Entonces, ¿por qué mucha gente sigue percibiendo que debe ir al baño más seguido cuando han consumido té o café?
Tal vez, según revela el estudio, se deba a que durante las pruebas la gente bebe agua con cafeína añadida, en lugar del té o el café que se toman en la casa.
Taza de café
Estudios indican que no hay relación directa entre la cafeína pura y el volumen de orina.

Los otros ingredientes

¿Puede ser entonces que haya algo en los otros componentes del té y el café que marca la diferencia?
Esta investigación poco habitual puede dar una buena respuesta: durante 12 horas, un grupo de personas se dedicó a beber té y nada más que té. Otros en el grupo de control bebieron agua hervida. La observación concluyó que, al final de las 12 horas, ambos grupos tenían los mismos niveles de hidratación. (3)
Después se hizo el mismo proceso con gente tomando café. Uno de los estudios dio como resultado un aumento del 41% en la cantidad de orina, junto con un incremento en la eliminación de sodio y potasio.
Sin embargo, esos participantes se abstuvieron de tomar cafeína antes del estudio, lo que no nos permite saber qué es lo que realmente pasa con las personas que están acostumbradas a tomar café habitualmente. (4)
Un segundo estudio no halló diferencias en los niveles de hidratación de quienes bebían agua y quienes consumían café, lo que contradice los resultados anteriores. (5)
Teteras. (Foto: Beverley Goodwin/Flickr)
El consumo hogareño de café no se replica por completo en los ensayos
de agua con cafeína, dicen algunos (Foto: Beverley Goodwin/Flickr).
Luego vinieron los resultados de una investigación más reciente, realizada por la Universidad de Birmingham en Reino Unido y publicada en enero de este año, que no sólo midió el volumen de la orina sino que también analizó la sangre para medir el funcionamiento de los riñones y calculó la cantidad de agua que había en el cuerpo de cada participante. (6)
A los participantes se les hizo beber cuatro tazas de café por día, mucho más de lo que consume un aficionado al café promedio. Sin embargo, no se pudo determinar que los que bebieron sólo café estuvieran más deshidratados que los que tomaron agua.
Cabe aclarar que la investigación de la Universidad de Birmingham fue financiada por el Centro de Información Científica sobre el Café, cuyos miembros son compañías productoras de café, pero su publicación se hizo en una revista especializada, cumpliendo con el proceso de revisión de científicos que es habitual en este tipo de trabajos. Los autores confirman que la organización cafetera no tuvo influencia alguna en la recolección o análisis de datos del artículo.
Entonces, aunque notemos que necesitamos ir al baño más seguido cuando estamos tomando café, nuestro error de percepción se debe a que estamos comparando haber tomado café con probablemente no haber tomado nada. Si eligiera beber la misma cantidad de agua que el café que se tomó desde la mañana, seguramente el efecto "diurético" sería el mismo.

Cómo se descubrió al responsable de la enfermedad del beso

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beso
Un 95% de la población ha sido infectada con el virus y vive perfectamente sana.
Fue la excepción a la puntualidad británica la que permitió que Anthony Epstein e Yvonne Barr descubrieran por accidente un extraño virus que resultó estar presente en un 95% de la población y que en circunstancias especiales puede derivar en complicadas enfermedades: el Epstein-Barr virus, o VEB.
Un avión que se atrasó, una muestra que no llegó a tiempo y el inicio de un fin de semana que pasaría a la historia.
Hace 50 años un equipo de investigadores en Londres le presentó al mundo el extraordinario virus, cuya identificación fue el resultado de años de investigación... y un golpe de suerte.
Anthony Epstein recordó el accidentado descubrimiento en conversación con el programa Health Check.

Un extraño cáncer en Uganda

En 1961 Epstein escuchó una conferencia de un médico de Uganda sobre un extraño cáncer infantil.
Relacionado con su campo investigativo, los casos llamaron la atención de Epstein.
"Inmediatamente decidí parar todo lo que estaba haciendo y concentrarme en el virus detrás de este extraño tumor", le cuenta Epstein a la BBC.
Se trasladó a Uganda a tomar muestras de los linfomas, pero dar con el virus no fue fácil.
"El problema era que cada muestra que tomábamos y examinábamos con los métodos de diagnóstico existentes daban negativo. No había nada".
"Incluso miramos en microscopios electrónicos, lo cual era muy inusual en esa época. Yo estaba muy decepcionado de que esta nueva y moderna herramienta no nos mostrara nada".
Fueron dos años sin resultados. Hasta que ocurrió el milagro.

Un golpe de suerte

Anthony Epstein
Epstein explicó que un "milagro" dio con el virus responsable.
Uno de los vuelos que llevaba muestras desde Uganda hacia Londres, donde estaba Epstein, se atrasó por neblina y fue desviado a Manchester, 264 kilómetros al norte de Londres.
No llegó a la capital inglesa hasta un viernes en la tarde. "El 5 de diciembre de 1963", recuerda Epstein.
El fluido en el que la muestra estaba suspendida estaba turbio, lo que sugería que, de alguna manera, había sido contaminado durante el viaje. Los investigadores pensaron que se había llenado de bacterias y tendrían que desecharlo para la investigación.
"Pero antes de botarlo a la basura, tomar mis cosas y disponerme a pasar un buen fin de semana, fui y lo miré bajo una solución de WRIPT en el microscopio de luz. Y en vez de ver bacterias, vi una enorme cantidad flotante de células de tumor que parecían saludables que se habían sacudido y liberado del borde de la muestra durante el largo viaje.
El científico recordó que la mayoría de los linfomas sólo crecen en este tipo de ambientes de suspensión, donde células singulares flotan "libres" y no sobre una base de vidrio de apoyo.
Las probó sobre células humanas y crecieron. La técnica es ahora reconocida y utilizada a nivel mundial para investigar este tipo de células.
Sin embargo, se topó con un nuevo problema: identificar el tipo de virus que tenía al frente.
La prueba estándar de esa época para reconocer los virus conocidos no funcionó esta vez. Así que tuvieron que encontrar una nueva herramienta para identificar el virus.
"Era muy biológicamente inerte, así que lo miré a través del microscopio electrónico, no habían más maneras de encontrar virus esos días, era completamente poco ortodoxo", comenta.
Finalmente logró reconocer una de las células como de la familia de los herpes.

La enfermedad del beso

Virus
El virus pertenece a la familia de los herpes.
Cerca de un 95% de la población ha sido infectado con el virus, pero la mayoría permanece sana sin mayores complicaciones.
Sin embargo en algunas personas y bajo determinadas circunstancias el virus puede causar una serie de enfermedades aparentemente ajenas entre sí, desde linfoma de Burkitt en niños africanos hasta cáncer nasal en el sur de China. Y, por supuesto, mononucleosis, la consecuencia más directa de este virus.
El VEB se transmite por un estrecho contacto personal, a través de fluidos corporales, principalmente la saliva.
En ella se mantiene activo durante varias horas. Gracias a esta forma de transmisión, la principal enfermedad relacionada con su contagio, la mononucleosis, es conocida mundialmente como la "enfermedad del beso" o "fiebre de los enamorados".
"Normalmente, uno está diseñado para vivir tranquilamente con este virus. Pero si tú alteras de alguna manera el equilibrio del virus anfitrión, entonces cambia de lugar lo que conlleva consecuencias muy poco placenteras", explica Epstein.
Normalmente en los países no desarrollados, donde la población vive más hacinada, la infección tiende a producirse los primeros años de vida y en los niños el virus no presenta mayor cambio.
Sin embargo, "en los países desarrollados, con altos estándares de higiene y particularmente en las clases más acomodadas", la infección con el virus generalmente se atrasa hasta la adolescencia.
"Cuando eso pasa la respuesta de los adolescentes es más exagerada que la de los niños y desarrollan fiebre glandular o mononucleosis", explica Epstein.
La mononucleosis es una enfermedad donde se inflaman los ganglios linfáticos y ocasiona modificaciones en los glóbulos blancos. Se caracteriza por la manifestación de amigdalitis, fiebre, debilidad general y otros trastornos.