miércoles, 23 de abril de 2014

El dolor no puede con el deseo sexual masculino

.

Un nuevo estudio realizado con ratones ha descubierto que los machos siguen tratando de copular incluso cuando sienten un dolor tan intenso como el de una quemadura solar

La creencia popular de que los hombres desean mantener relaciones sexuales bajo cualquier circunstancia, mientras que ellas parecen requerir ciertos condicionamientos para sentir el deseo, puede tener una base biológica. Un nuevo estudio realizado con ratones ha descubierto que los machos siguen tratando de copular incluso cuando sienten un dolor tan intenso como el de una quemadura solar. En cambio, las hembras se inhiben y solo vuelven a estar interesadas cuando se les administra medicamentos dirigidos a los centros de placer en el cerebro. Los hallazgos, publicados en The Journal of Neuroscience, podrían arrojar luz sobre la naturaleza de la libido en varias especies animales.
Los investigadores de la Universidad de McGill en Montreal (Canadá) identificaron parejas de ratones dispuestos a pasar un rato entretenido. Para ello, organizaron una serie de «citas» entre machos y hembras durante 30 minutos. Los que dedicaron la mayor parte del tiempo a copular demostraron ser más compatibles y fueron ubicados en una jaula con habitaciones separadas. Una pequeña puerta permitía a la hembra cruzar a la segunda cámara para encontrarse con su amado, pero no a este, que al ser más grande, no cabía por el pasadizo.
Entonces, los científicos indujeron dolor en los ratones mediante la aplicación de una pequeña dosis de compuestos inflamatorios en la mejilla, la cola, las patas o los genitales. La sensación era muy similar a la de una quemadura solar, explica Melissa Farmer, responsable del estudio, en la web de la revista Science.
Los ratones hembra que sufrían los dolores en cualquier parte del cuerpo disminuyeron un 50% el tiempo que pasaban con sus parejas masculinas, lo que implica una disminución de la motivación sexual.
Después, los investigadores colocaron a los roedores en una jaula sin barreras, lo que permitía a los machos acceder a las hembras sin problemas. Resultó que los machos desearon tener tanto sexo como si no sufrieran dolor, sin ninguna diferencia.
Se considera que las mujeres son más cautas o reacias a mantener relaciones sexuales por una cuestión de normas sociales, cultura o religión, pero la nueva investigación, aunque la conclusión es muy controvertida, podría apuntar a un principio biológico de las hembras a la represión sexual en determinados contextos. Obviamente, no somos ratones y los seres humanos tenemos voluntad y una conducta compleja, pero la investigación puede servir para iniciar un interesante debate.