miércoles, 18 de junio de 2014

Expertos en salud pública determinan que en 2012 nacieron 40.000 niños menos por la crisis

  • El desempleo y la falta de perspectivas económicas están entre las causas, según un estudio 
  • El documento revela  que en un 20% de las relaciones esporádicas no se usan barreras contra enfermedades de transmisión sexual 

Bebé recién nacido en un hospital andaluz.  EP
Bebé recién nacido en un hospital andaluz. EP
La crisis económica también tiene consecuencias sobre la natalidad. Así lo pone de manifiesto el trabajo científico Salud sexual y reproductiva y crisis económica en España realizado por expertos de salud pública de la Universidad del País Vasco y el Departamento de Salud del Gobierno Vasco. Según este estudio, incluido en un informe de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) presentado este miércoles en Madrid, en 2012 nacieron40.000 niños menos de los esperados como consecuencia del "empeoramiento del contexto económico y social". Eliminando otros factores explicativos del descenso de la natalidad no relacionados con el contexto económico, como el descenso en el número de personas en edad reproductiva, los autores señalan entre las causas de este descenso al desempleo y a la falta de perspectivas económicas.

Desde el punto de vista individual, los autores señalan que esta bajada de nacimientos puede estar suponiendo un deterioro de la salud reproductiva de personas que desean tener descendencia pero que se enfrentan a condiciones de vida que no permiten su materialización. Y explican que ha sido en las personas de edades más jóvenes, en las que el desempleo ha tenido más impacto, en las que la fecundidad ha tenido un mayor descenso. Por el contrario, aseveran, se ha producido un aumento de los nacimientos de mujeres de mayor edad, de manera que en 2012 los nacimientos de madres de 40 años y más aumentaron un 29% respecto a 2008. Asimismo, señalan que no hay que olvidar las consecuencias, en términos de salud de la madre y de su criatura, que supone este retraso en la edad a la maternidad.

Según los autores, esta pérdida de nacimientos tiene "importantes implicaciones desde el punto de vista social". "Con frecuencia –señalan– las respuestas para paliar sus efectos se han centrado en políticas restrictivas, como la remodelación del sistema de pensiones basado en recortes de derechos y prestaciones, y en la merma del bienestar de la población, sin que factores importantes que afectan al descenso de la natalidad hayan formado parte del debate".

Los niños de la crisis 

Además del citado, los estudios que componen el informe vienen también a poner de manifiesto el impacto que tendrá la crisis en los niños, uno de los grupos "más vulnerables". Señalan que ese impacto se traducirá en un mayor riesgo de desarrollar enfermedades a largo plazo que, en muchos casos, se prolongará hasta la edad adulta. Los diferentes trabajos evidencian que los niños que viven en entornos familiares enriesgo de pobreza tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, trastornos cognitivos y problemas de salud mental de adultos.

En España la tasa de riesgo de pobreza ha aumentado desde el inicio de la crisis, en especial entre la población infantil, según el informe de SESPAS, que recoge datos de 2011 que mostraban como hasta un 27 por ciento de los menores de 16 años se encontraban en riesgo de pobreza. Esto se traduce en problemas de nutrición, la falta de una escolarización temprana y un mal ambiente familiar, ya que muchos de sus padres llevan mucho tiempo en paro y hay quienes comienzan a perder la prestación por desempleo, lo que también agrava el riesgo de sufrir trastornos mentales --principalmente ansiedad y depresión-- y acaba afectando a sus hijos.

Además, el informe recuerda que hay varios estudios epidemiológicoscon perspectiva de trayectoria vital que encuentran que las experiencias de pobreza en la infancia tienen efectos negativos sobre la salud a lo largo de la vida, aumentando (entre otros trastornos) el riesgo de retardo de crecimiento, asma y mala salud general en la infancia.

Enfermedades de transmisión sexual 

El mismo informe Salud sexual y reproductiva y crisis económica en España también revela que hay un descenso en el uso de anticonceptivos desde 2007. Y desvela que en un 20% de las relaciones esporádicas no se usan barreras contra enfermedades de transmisión sexual. "Esta realidad, junto con una incidencia creciente de sífilis, gonococia o VIH en algunos colectivos, evidencia la necesidad de incidir en las estrategias de sexo seguro", señalan los autores.

Relacionan el maltrato infantil con cambios en la materia gris del cerebro

Investigadores del King's College de Londres han descubierto un déficit significativo en varias regiones del cerebro que podrían estar relacionadas con este problema


Relacionan el maltrato infantil con cambios en la materia gris del cerebro
El maltrato infantil tiene consecuencias físicas en el cerebro, según un estudio GYI

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Madrid.  Investigadores del King's College de Londres (Reino Unido) han analizado mediante técnicas de neuroimagen la materia gris del cerebro de personas que habían sufrido algún tipo de maltratodurante la infancia y han descubierto un déficit significativo en varias regiones que podrían estar relacionadas con este problema.
Hasta el momento los estudios de neuroimagen estructural habían sido inconsistentes pero en este nuevo trabajo que publica la revista American Journal of Psychiatry se ha observado como el maltrato"produce una cascada de cambios fisiológicos y neurobiológicos que podrían provocar alteraciones permanentes de la estructura cerebral".
Así lo ha reconocido a SINC Joaquim Radua, investigador del centro británico y de la Fundación para la Investigación y la Docencia (FIDMAG) de las Hermanas Hospitalarias, que también ha participado en el estudio.
Para comprender cuáles son las anomalías más robustas en el volumen de sustancia gris, el equipo investigador, del que también forma parte la Universidad Nacional de Singapur, ha realizado un metaanálisis de los estudios de morfometría basada en vóxel (VBM) sobre el maltrato infantil.
La VBM es una técnica de análisis en neuroimagen que permite investigar diferencias focales en la anatomía del cerebro comparando las resonancias magnéticas cerebrales de dos grupos de personas. El estudio incluyó doce conjuntos diferentes de datos que comprendían un total de 331 individuos (56 niños o adolescentes y 275 adultos) con historia de maltrato infantil, más 362 sujetos no maltratados (56 niños o adolescentes y 306 adultos).
Para examinar las regiones cerebrales con menor o con mayor volumen de sustancia gris en los individuos maltratados, se usó un método metaanalítico de neuroimagen tridimensional llamado signed differential mapping (SDM), desarrollado expresamente por Radua.
En comparación con los sujetos no maltratados, los individuos expuestos a maltrato infantil tenían un volumen significativamente menor de sustancia gris en varias zonas del cerebro: el giro orbitofrontal y temporal superior derecho que se extendía a la amígdala, la ínsula y los giros parahipocampal y temporal medio, así como en los giros frontal inferior y poscentral izquierdos.
Anomalías no relacionadas con ninguna medicación
"Los déficits en las regiones orbitofrontal-temporal-límbica derecha y frontal inferior izquierda también se observaron cuando solo se incluyeron participantes no medicados, indicando que estas anomalías no estaban relacionadas con la medicación sino con el maltrato", ha apuntado Radua.
Por el contrario, las anomalías en el giro poscentral izquierdo solo se observaron en los individuos maltratados de mayor edad. Estos hallazgos demuestran que las anomalías de sustancia gris más consistentes en individuos expuestos a maltrato infantil se encuentran en las regiones prefrontal ventrolateral y límbica-temporal.
Estas regiones tienen un desarrollo relativamente tardío, es decir, después del maltrato, y su disfunción podría explicar el déficit afectivo y cognitivo que pueden sufrir las personas con historia de maltrato infantil.
"Estos datos muestran las graves consecuencias de las adversidades ambientales infantiles en el desarrollo cerebral", añade Radua, que confía en que los resultados de este estudio ayuden a minimizar el riesgo ambiental en la infancia y a desarrollar tratamientos para normalizar estas alteraciones morfológicas", concluye.


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