domingo, 9 de noviembre de 2014

las mujeres no desean que se hagan realidad

Las fantasías sexuales más comunes: qué desean ellas y qué desean ellos

    Emparejados, solteros, casados o arrejuntados, el estado sentimental nada tiene que ver con las escenas pasionales que generamos y visualizamos en nuestra mente. Deseos carnales imaginados que soñamos se hagan realidad: ¿o no?
    Según un estudio sobre las fantasías sexuales llevado a cabo en la Universidad de Montreal, parece que, al menos en el caso de las mujeres, no es así. Mientras que los hombres son más propensos a hacer realidad estos sueños, las mujeres prefieren que se quede en su mente.
    Para llegar a esta y otras conclusiones, contaron con una muestra de 1.500 adultos (mitad mujeres y mitad hombres) a los que hicieron cuestionarios sobre su vida sexual con el objetivo de conocer algunas de las fantasías sexuales más comunes  así como detectar aquellas excesivamente fuera de lo común.
    Los hombres a menudo desearían poder ver a sus parejas tener relaciones con otras personas o practicar sexo con otra mujerAnna Hodgekiss recoge en el Daily Mail algunas de las principales conclusiones que se deprenden de la investigación. Entre ellas, que imaginar y desear relaciones fuera del matrimonio se sitúa como una de las fantasías más comunes en ambos sexos o que las de las mujeres están relacionadas con la sumisión y sentirse deseas.
    Diferencias entre hombres y mujeres
    Mientras que las fantasías sexuales femeninas suelen estar protagonizadas por sus propias parejas, “los hombres suelen fantasear más acerca de las relaciones extramaritales”. Así lo explica Cristiano Joyal, principal autor del estudio, quien destaca que los hombres suelen coincidir en “soñar” con tener relaciones con personas diferentes a sus parejas.
    No sólo eso, mientras ellas suelen asociar sus fantasías a situaciones de sumisión y dominación (entre un 30% y un 60%, según la investigación), los hombres a menudo desearían poder ver a sus parejas tener relaciones con otras personas o practicar sexo con otra mujer.
    “Los hombres tienen más fantasías y los describen con mayor intensidad que las mujeres”, explica Joyal, y entre ellas no falta el clásico: hacer un trío con dos mujeres.
    Las mujeres en general distinguen claramente entre la fantasía y el deseoPor su parte, las de las mujeres “parecen estar asociadas con conseguir un mayor nivel de satisfacción” en situaciones en las que ellas son el principal objeto de deseo (el éxito de Cincuenta sombras de Grey no es casual).
    Ellas no quieren que se hagan realidad
    Es curioso que, según los resultados del estudio, mientras a la mayoría de los hombres les encantaría que sus fantasías se hiciesen realidad, las mujeres prefieren que estas escenas deseadas e imaginadas se queden en su mente.
    Joyal explica que esto se debe a que “las mujeres en general distinguen claramente entre la fantasía y el deseo”. Son conscientes de que algunas de esas “películas mentales” podrían no ser del todo agradables si se diesen en la vida real ya que muchas están relacionadas con situaciones de subordinación descontroladas (como, por ejemplo, ser dominadas por un desconocido).
    Tal y como observaron al realizar el estudio, “las mujeres que expresaban fantasías sexuales de sumisión más extremas, especificaban que no querían que se hiciesen realidad”, dice el autor.
    Fantasías inusuales 
    Otro de los objetivos de la investigación era determinar algunas fantasías sexuales desviadas más relacionadas con las parafilias (entendidas como una “intensa excitación sexual ante la idea de practicar sexo con objetos, situaciones o individuos atípicos”)
    Sin embargo, los resultados de sus encuestas demostraron que “hay más fantasías comunes que atípicas”. La cantidad de parafilias confesadas era mucho menor que aquellos deseos coincidentes como la sumisión en el caso de las mujeres, las relaciones fuera del matrimonio o el menage a trois.
    Como explica Joyal, “sólo unas pocas pueden ser consideradas estadísticamente raras, inusuales o atípicas”. Está claro que las fantasías sexuales de cada uno son diferentes, pero el estudio concluye que, al final, coincidimos en caer en tópicos y lugares comunes.