lunes, 12 de enero de 2015

La ira puede ser beneficiosa para la salud

.

La expresión de enfado es un fenómeno complejo, probablemente motivado por una variedad de factores, muchos de los cuales podrían ser específicos de la cultura

REUTERS/KIM HONG-JI
La directiva de Korean Airlines Cho Hyun-ah
Al contario de lo que se piensa, la ira podría tener un efecto beneficioso para nuestra salud, al menos para determinadas personas. Según un trabajo que se publica en «Psychological Science», son las circunstancias que rodean a un ataque de ira, más que éste en sí mismo, las que parecen ser malas para la salud.
«Muchos de nosotros creemos ingenuamente que el enfado es malo para la salud, pero nuestro estudio sugiere que únicamente lo es para la cultura occidental, donde la ira se considera como una señal de frustración, pobreza, bajo estatus y todo lo que potencialmente pone en peligro la salud», afirma Shinobu Kitayama, autor del estudio y profesor de la Universidad de Michigan (EE.UU.).
Algunos estudios previos de Kitayama y su equipo ya habían apuntado que la ira funciona como una señal de elevado estatus y privilegio en Asia y, a partir de ahí, establecieron la hipótesis de que una mayor expresión de este sentimiento puede asociarse con una mejor salud entre los asiáticos. Prueba de ello, explica este experto, sería el incidente que protagonizó recientemente en un vuelo de Korean Air la exvicepresidenta de la aerolínea e hija del presidente, Cho Hyun Ah, que montó en cólera cuando el asistente de vuelo le ofreció indebidamente una bolsa de nueces de macadamia. En un ataque de ira, ordenó al piloto dar media vuelta para que el auxiliar fuera despedido. Esta expresión de ira, que puede parecer desproporcionada en relación con la situación, es una muestra típica de privilegio y poder, dice Kitayama, y por tanto podría estar vinculada con una mejor salud.

Marcadores inflamatorios

En esta trabajo los investigadores han examinado los datos de ciudadanos estadounidenses y japoneses de mediana edad participantes en sendas encuestas de salud y calidad de vida en las que se analizaban biomarcadores de inflamación y el funcionamiento cardiovascular, que se asocian con la ira y cuya combinación sirvió para medir su salud biológica. Además, complementaron el estudio midiendo otros aspectos como la frecuencia con que los participantes decían enfadarse y expresarlo a través de comportamientos agresivos, tanto verbales como físicos.
Los resultados fueron contradictorios: mientras que una mayor expresión de la ira se asoció con un mayor riesgo para la salud biológica entre los participantes de EE.UU., para los japoneses la ira se asoció a una reducción del riesgo para su salud. Según los investigadores esta relación que no se explica por factores relacionados como la edad, el género, la presencia de una enfermedad crónica, el tabaquismo y el consumo de alcohol, la condición social y la experiencia de emociones negativas en términos más generales.
De hecho, los investigadores no encontraron un vínculo entre otras facetas de la ira, como la propensión crónica hacia la ira o el grado en el que los participantes suprimen estos sentimientos, con los resultados de salud, lo que sugiere que podría tener diferentes consecuencias en función del contexto cultural.
Así, señalan los autores, mientras en EE.UU. la manifestación de ira puede vincularse con situaciones negativas, en Japón parece reflejar un golpe de autoridad o en qué medida una persona se siente autorizada para expresar su malestar. «La expresión de la ira es un fenómeno complejo, probablemente motivado por una variedad de factores, muchos de los cuales podrían ser específicos de la cultura. Estos factores culturales se deben tener en cuenta para lograr una plena comprensión de la relación entre la ira y la salud», afirman.
alfonso-alonso-hepatitis-c

CATALUNYA ES VANGUARDIA EN LA SANIDAD

Los trasplantes de órganos baten su marca histórica en Catalunya

También ha aumentado el número de donantes, que pasa de los 207 del 2013 a los 218 del pasado año

Una de las salas de trasplantes del Hospital Clínic, en una imagen tomada en el año 2011.
ARCHIVO / Jonathan Grevsen
Una de las salas de trasplantes del Hospital Clínic, en una imagen tomada en el año 2011.
.
Catalunya batió en el 2014 su récord histórico de trasplantes, con 908, gracias al aumento de donaciones con respecto al año anterior. Según el balance de trasplantes y donaciones que ha hecho este lunes el Departament de Salut de la Generalitat, esta cifra supera a la conseguida en el 2011, con 892 trasplantes, y rompe la tendencia a la baja de estas intervenciones, con 61 operaciones más con respecto al año 2013.
También ha aumentado el número de donantes, que pasa de los 207 de 2013 a los 218 del pasado año, unas cifras calificadas "de primer nivel" por el conseller de Salud, Boi Ruiz, que ha asegurado asimismo que hacen que Cataluña "sostenga una cuarta parte de todos los trasplantes realizados en España".
Según los datos facilitados por Salud y por la Organización Catalana de Trasplantes, Catalunya dispone de 23 hospitales autorizados para la extracción de órganos, 8 para la realización de trasplantes, y hasta 22 programas de trasplantes.
En la presentación de los datos de actividad de donación y trasplantes del pasado 2014 también han participado el director del OCATT (Organización Catalana de Trasplantes), Jaume Tort; la Jefa del Servicio de Cuidados Intensivos del Hospital XXIII de Tarragona, Maria Bodí, y el vicepresidente de la Sociedad Catalana de Trasplantes, Antonio Román.
De los 908 trasplantes realizados en Catalunya, los trasplantes renales o de riñón marcan un aumento del 12,1 % y se sitúan en 604, así como los trasplantes cardíacos han pasado de 52 a 56, lo que supone un aumento del 7,2 %.
Por otro lado, los trasplantes hepáticos y pulmonares disminuyen levemente, mientras que los trasplantes de páncreas se han mantenido de un año para otro, con 19 operaciones.
El director del OCATT, Jaume Tort, ha destacado que los 218 donantes son una noticia "muy positiva", puesto que ha recordado que si antes había más donaciones de cadáver en Cataluña (hasta 265 en 2009), esta reducción no se debe a la indisposición de donantes, sino a la reducción de la tasa de accidentes de tráfico y laborales.
El principal aumento en el número de donantes se encuentra en las donaciones en muerte por asistolia, que ha doblado el número de donantes válidos con relación al año anterior, con un total de 36 más.
Respecto a los donantes vivos, Salud ha indicado que se mantiene la actividad con respecto al año anterior, con 174 donantes, un 44 % del total, evolución marcada por una tendencia positiva en los últimos años.

El Clínic, el que más

El Hospital Clínic de Barcelona es el centro que más trasplantes con donantes vivos ha realizado durante 2014 en toda España.
El 'conseller' Boi Ruiz ha reafirmado que este aumento de trasplantes "responde al criterio de política sanitaria" que sigue la conselleria, que tiene el objetivo de "atender a todo el mundo dando prioridad a quien más lo necesite, pero sin excluir a nadie".
Aun así, pese a estos aumentos, destaca el porcentaje de negativas familiares a la donación de órganos, una tendencia al alza que lleva tres años subiendo de forma anecdótica pero que el último año ha subido casi un 2 % y se sitúa en el 19,7 % de los casos, en la mayoría de ellos por expreso deseo del donante (43 %) o por la negativa de la familia sin más razón (38 %).
Pese a los datos positivos tanto en trasplantes como en donaciones, el vicepresidente de la Sociedad Catalana de Trasplantes, Antonio Román, ha pedido que la sociedad "no baje la guardia" y ha asegurado que el reto es que esta "normalidad en los trasplantes" se mantenga.
Las estrategias para incrementar la sensibilización para la donación este 2015 son la introducción de un distintivo en la Carpeta Personal de Salud que "puede llegar a sustituir el carné de donante", y la incorporación de información, testimonios y actividades alrededor de la donación a través de las redes sociales para llegar a sectores más jóvenes.