lunes, 16 de febrero de 2015

Inflamación de la próstata

Esta inflamación de la glándula prostática aqueja comúnmente a hombres jóvenes y adultos mayores
Profesor Osvaldo Cantero Calderón. Foto: Maylin Guerrero Ocaña
La próstata es una glándula de secreción interna en el hombre, situada por debajo de la vejiga, en forma de una castaña.  En su in­terior se ubica la uretra prostática y en su ba­se desembocan los conductos eyaculadores por donde salen los espermatozoides en la eyaculación. Tiene diversas funciones, siendo la fundamental la reproducción, pues sus secreciones son básicas para la vitalidad de los espermatozoides.
Nuestro entrevistado es el profesor Os­val­do Cantero Calderón, especialista de primer grado en Urología, jefe del Servicio de esta especialidad del prestigioso Hospital Universitario General Calixto García, de La Habana.
—¿La prostatitis es la dolencia más frecuente de las que se originan en esta glándula sexual masculina?
—Sí, y esta inflamación de la glándula prostática, que puede ser aguda o crónica de­bido a diversas causas, aqueja comúnmente a hombres jóvenes y adultos mayores. No obstante, la mayor importancia de las afectaciones prostáticas se centra en los tumores malignos y benignos.
—¿Cuáles son las causas principales que desencadenan la prostatitis?
—Las infecciones del tracto urinario in­ferior por gérmenes Gram negativos, como la Escherichia coli, Proteus y otras enterobacterias conocidas como  prostatitis bac­­te­riana. También existen otras causas no in­fec­ciosas que producen similar cuadro clí­nico debido a  traumatismos, a toxinas que pue­den estar en la orina. Es frecuente la prostatodinia donde prima el dolor peri­neal (es­­pacio que media entre el ano y las partes sexuales) y su­prapúbico (parte inferior del vientre), sin que se demuestren gérmenes en los estudios de orina ni en el líquido prostático.
—¿Y en cuanto a los factores de riesgo?
—Los más importantes son los procesos infecciosos, sobre todo del  tracto urinario in­ferior, como cistitis, uretritis, infecciones por coito anal sin protección, instrumentaciones de la uretra, presencia de sondas uretrales y cirugía transuretral que de forma re­trógrada llegan a la próstata. En ausencia de gérmenes se invocan factores inmunológicos, traumatismos uretrales e incluso trastornos sicológicos.
—¿Podría mencionarse también el uso de pantalones o cinturones muy ajus­tados?
—No está demostrado que sea un factor para provocar prostatitis, aunque pueden encontrarse pacientes con dolor suprapúbico y perineal.
—¿En qué edades suelen manifestarse las inflamaciones de la próstata de causa bacteriana o no?
—Las bacterianas agudas o crónicas, más difíciles de curar, se suelen ver en edades jó­venes, en adultos de mediana edad, y también mayores por las causas mencionadas; y las no bacterianas pueden estar presentes a cualquier edad, por lo que decimos que es una afección frecuente en los hombres sin rango de edades.
—¿Es curable?
—Sí, cuando aplicamos un tratamiento adecuado y resolvemos la causa que la de­sen­cadenó. De lo contrario puede hacerse cró­nica y es más difícil de curar.
—¿Ante qué síntomas y signos debemos acudir al médico?
—Síntomas como dificultad y ardor miccional, dolor suprapúbico o hipogástrico están en el cuadro clínico de la prostatitis. El signo más importante se encuentra al tacto rectal cuando la próstata está aumentada de ta­maño y muy dolorosa, a diferencia de otras afec­ciones de la próstata.
—¿Las primeras manifestaciones de un crecimiento prostático benigno son si­milares a las que produce el cáncer?
—Los síntomas que presenta el paciente tanto por hiperplasia prostática benigna co­mo por cáncer son similares, pues se de­ben a  la obstrucción de la salida de orina de la vejiga, presentando polaquiuria (aumento del número de micciones), esfuerzo miccional, chorro débil. El diagnóstico de una u otra entidad está dado por los hallazgos en el tacto rectal. En la prostatitis existe aumento de volumen y dolor, en la hiperplasia pros­tática benigna la glándula es elástica, bien delimitada, movible e indolora; y en el cáncer prostático la consistencia es dura, pé­trea, mal delimitada, fija e indolora.
—¿Qué procederes se emplean para el establecimiento de un  diagnóstico de certeza?
—El antígeno prostático específico (APE/PSA) es un marcador tumoral que en cifras elevadas apoya el diagnóstico de cáncer prostático. El diagnóstico de certeza lo determina la biopsia prostática.
—¿Existe alguna relación entre los tras­tornos de la próstata, su tratamiento quirúrgico, con la pérdida de la potencia se­xual y la infertilidad?
—Los trastornos de la próstata influyen en la potencia sexual, la cual puede estar disminuida por el grado de dificultad miccional. El tratamiento quirúrgico en la hi­perplasia prostática benigna consiste en la ex­tir­pación del adenoma prostático, lo cual provoca disminución del eyaculado seminal y eya­culación retrógrada. En el cáncer de prós­tata la extracción total o de parte de la glándula prostática puede conllevar a le­siones nerviosas y afectar la potencia sexual y la fertilidad