miércoles, 25 de marzo de 2015

LA MODA ARGENTINA DE PASEAR DESNUDAS


“El desnudo es más que un piquete”

Paula Brindisi .Protagoniza intervenciones sorpresivas en las que se pasea sin ropa. “Estoy a favor de anular la mirada perversa”, dice.
Contame qué significa cruzarse una mujer en bolas.
Es un símbolo de libertad y alegría. Igual, mi proyecto pone en juego personas de ambos sexos. Es cuestionarse sobre el propio pudor y la ridiculez de estar vestidos.
¿Para qué sirve desnudarse en la calle una o dos veces por mes?
UrbaNudismo-desnudArte es un proyecto fotográfico itinerante. No es una o dos veces al mes, sino que son intervenciones sorpresivas que ni yo sé cuándo se dan. Podemos protestar desnudas porque, precisamente, el morbo y el voyeurismo convocan y llaman la atención. Desnudarse es más efectivo que un piquete. Podemos convocar a grupos que se animen a desnudarse pacíficamente para protestar. Por otra parte es hacer realidad el típico sueño de salir desnudos a la calle y cuestionarse qué sucede con todo eso. Sirve para plasmarlo en fotografías y en arte multimedial, con el fin de imprimir un libro. La idea básica del Urbanudismo es la de poder romper con el concepto policial y religioso de que el cuerpo de la mujer es una fuente inagotable de pecados, y que cuánto menos ropa se tiene se va convirtiendo en una exhibición cada vez más obscena hasta llegar a una suerte de “indecencia” insólita.
¿Vos decís que sigue llamando la atención el famoso “desnudo artístico”?
Definitivamente sí. El cuerpo es bello, estético, llamativo, da curiosidad al espectador.
Te confieso que cuando veo una mujer leyendo “Cincuenta sombras de Grey” me caliento un poco.
No lo leí, pero me dijeron que es malísimo.
¿Cómo podrías hacer para vivir desnudándote un poquito cada día?
No entiendo la pregunta. Mi proyecto no apunta a algo erótico ni tiene intenciones de calentar a la gente. Es más bien un proyecto sociológico. ¿Te sirve igual para la nota?
¡Totalmente! Sólo me interesaba saber si podrías vivir de esto.
No vivo de esto. Soy modelo de desnudos para diferentes artistas como Arturo Aguiar y Edgardo Delfino, y trabajo como productora general para el fotógrafo Alejandro Ferrer. Yo soy de las que todavía no entiende por qué no se puede hacer topless en una playa argentina sin que venga un guardavidas, un concesionario de playa o alguna vieja mojigata a retarnos. ¿Mostrar los pechos con los que amamantamos es obsceno? ¿Una malla “hilo dental” que muestra las nalgas y el monte de venus es aceptable y la desnudez no?
¿Contra qué protestás?
Contra nada. Es a favor de quitarse prejuicios y anular la mirada perversa sobre el cuerpo desnudo. No asociar el desnudo con lo sensual. También para que se pueda realizar el sueño que tenemos todos de salir a la calle desnudos y para que vivamos una experiencia única de libertad en su máxima expresión.
¿Es lógico pensar que las feministas de suplementos como “Las 12” te desprecien o algo así?
Para mí el proyecto no tiene como objetivo agradar, por ende eso queda al criterio de cada uno.
¿Pero el feminismo banca o muerde?
Las feministas aún no se hicieron escuchar con respecto a UrbaNudismo.
¿Qué te pondrías para calentarme un poco?
La verdad es que no quiero calentarte ni un poco, ni mucho. Lo que hago yo se opone a la exhibición del cuerpo de la mujer con fines morbosos, en definitiva comerciales. Dejemos de lado la hipocresía.
En tus performances, ¿el criollo promedio te confunde con una “puta” o con una “loca”?
Con eso y mucho más... Hay preguntas que no entiendo bien dónde apuntan.
Vos imaginá que soy el inconsciente colectivo. ¿Qué pasa cuando te reconocen vestida?
Me preguntan de todo, me retan, me aconsejan, me felicitan y algunos me dicen que quieren participar de un desnudo masivo... La verdad es que me miran como si fuese un extraterrestre, una amenaza a la sociedad, un monstruo.
¿Y qué sos?
Soy nada más que una mujer práctica y resolutiva que va al frente.
¿Si no estuvieras así de buena te animarías a mostrarte?
Siempre y cuando me sienta cómoda, no me importa cómo me encuentre físicamente. No busco cuerpos bonitos, busco mostrar los cuerpos tal cual son y la variedad de estilos... En realidad pongo en juego historietas que leí de Milo Manara en mi adolescencia.
¡Milo Manara!: “El Click”, “El perfume de lo invisible”. Ese fue mi porno temprano.
Prefiero El camino oculto: una mujer que sólo puede vivir si logra representar sus obras por distintos lugares, algunos urbanos.

El comico argentino Pinti analiza "cosas de viejitos"



El tiempo corre, la vida pasa y, con una ayudita de la suerte, los genes, la disciplina individual, los adelantos de la medicina preventiva y la actividad física cultivada como método permanente, los seres humanos podemos llegar a edades avanzadas.  En un mundo lleno de contradicciones vemos aumentar el promedio de vida en unas comunidades y crecer en forma alarmante la mortalidad infantil, en otras. Pero, contradicciones aparte, experimentamos sensaciones a las que nuestros abuelos no estaban acostumbrados. Una de ellas es la relación gobernantes-gobernados, un índice del supuesto adelanto moderno que marca nuestra época.
Lo que ocurría cuando el que esto escribe era un niño es que los gobernantes tenían la edad de nuestros abuelos. O sea, eran señores mayores con mentalidades acordes a sus épocas que no coincidían necesariamente con lo que los niños y jóvenes pensábamos del mundo circundante.

En un mundo lleno de contradicciones vemos aumentar el promedio de vida en unas comunidades y crecer en forma alarmante la mortalidad infantil, en otras

Cumplidos y superados los cuarenta años nos enfrentamos a contemporáneos. Es decir, gente que había pasado por los mismos avatares que nosotros. Estábamos y nos sentíamos iguales o al menos muy semejantes, podíamos discutir, polemizar, coincidir o discrepar desde experiencias comunes. Nuestra memoria colectiva sufría las mismas lagunas, los mismos baches y las mismas contradicciones que los que estaban "allá arriba" en esa especie de torre de marfil, mezclada con torre de Babel, por lo confusa, y de Pisa, por lo torcida e insegura.

Sin embargo, los adelantos, las medicinas y la suerte nos permitieron a muchos y muchas de la clase 1930-1950 llegar sin demasiadas alteraciones mentales a superar los sesenta, los setenta y los ochenta. Y experimentar, no como una minoría insignificante de viejos chotos que deliran en geriátricos, sino como ciudadanos activos, informados y con una amplia experiencia de vida, sensaciones concretas que fueron desde el déjà vu -

o sea, esta película ya la vi, este discurso ya lo oí y a estos los tengo junados de varias administraciones- hasta el asombro incrédulo de situaciones nuevas que pensábamos no ver jamás en nuestra sociedad.

Ahora los que nos gobiernan o intentan hacerlo en un futuro razonablemente próximo tienen la edad de nuestros hermanos menores, nuestros hijos

Ahora los que nos gobiernan o intentan hacerlo en un futuro razonablemente próximo tienen la edad de nuestros hermanos menores, nuestros hijos y, si la ciencia sigue avanzando tendrán la edad de nuestros nietos. Y, más allá de sus ideologías, métodos y matices políticos, representarán a un mundo dramáticamente distinto al nuestro. No se trata solamente de redes sociales, Twitter, Facebook, lenguajes y velocidades diferentes, sino de concepciones de vida y refundación de pautas de conducta, códigos de convivencia y maneras de enfrentar los eternos conflictos humanos que pasan por lo geopolítico, lo económico y lo social y que, en eso los tiempos no cambian desgraciadamente, desembocan en guerras, espionajes siniestros, ambiciones sin límites y necesidad de dominar al más débil y explotar al indefenso.

Cada vez quedan más atrás en la historia y más borrosos, confusos y contradictorios atropellos a la dignidad humana como la esclavitud, los fanatismos religiosos, las crueldades, los circos romanos, las persecuciones raciales, los abusos de todos los supuestos países civilizados y las catástrofes y agresiones a la naturaleza. Solo los muy viejitos tienen frescos esos horribles recuerdos y sienten el pavor de saber a qué conducen esos extremos. Sin embargo, de poco sirve nuestra palabra y nuestra sospechosa memoria, nuestro testimonio se toma como un delirio o una exageración.

"El mundo es distinto hoy en día", nos repetirán hasta el cansancio y sí, lo es, pero la base esencial no cambia, te lo dice un abuelo que todavía está en sus cabales..