domingo, 27 de noviembre de 2016

"Milonga para Fidel" Orquesta de CARLOS QUILICI, con LEONEL CAPITANO

EN LA REGION MAS RICA DEL PLANETA


Con motivo del Día Mundial de la Infancia del próximo 20 de noviembre, la Oficina Europea de Estadística, conocida como Eurostat, ha hecho público un informe en el que señala que uno de cada cuatro menores de edad en la Unión Europea (UE) se encuentra en riesgo de exclusión social y de pobreza, cifra que ha aumentado en los países del sur de Europa.
Según el instituto europeo, el 26,9 por ciento de la población entre 0 y 17 años está amenazada de pobreza o de exclusión social
"En 2015, unos 25 millones de menores en la UE, es decir, el 26,9 por ciento de la población entre 0 y 17 años, se encontraban amenazados de pobreza o de exclusión social".
Mientras que en 2010 y 2015, la cantidad de menores en riesgo descendió levemente en el conjunto del bloque europeo, del 27,5 por ciento al 26,9 por ciento, aumentó sin embargo en los países del sur de Europa, como por ejemplo en España -del 33,3 por ciento al 34,4 por ciento, hasta casi 2,9 millones- o en Portugal -del 28,7 por ciento al 29,6 por ciento, unos 536.000 menores en total en 2015, según AFP.
Entre los países que lideran el aumento de pobreza infantil en la UE en 2015 se encuentran Rumania, Bulgaria y Grecia con el 28,7 por ciento en 2010 al 37,8 por ciento cinco años después, alcanzando los 710 mil niños en 2010, tras el programa de rescate financiero y sus duras reformas.
Los índices de valoración de Eurostat son los hogares en riesgo de pobreza económica y en situación de grave privación material, aquellos que no pueden pagar el alquiler o la calefacción, y las familias donde sus miembros trabajan menos del 20 por ciento del tiempo máximo estipulado.
La pobreza se sirve en una copa de Champaña
 
La distribución de la riqueza mundial tiene, paradójicamente, forma de copa de champagne. El 60% de la población mundial apena recibe el 5.6% del dinero, conformando un largo y flaco tallo, mientras el 20% más rico guarda el 82.7%  tomando la forma de un cáliz.
La imagen, que habla más que mil palabras, resume uno de los grandes temas a tratar en Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible que comenzó en Río de Janeiro con la presencia de delegaciones de 192 países en Río de Janeiro, centenares de periodistas, representantes de Ongs, empresarios y activistas sociales: pobreza y economía verde.
“Continuar con los negocios de la forma tradicional no es una opción en un mundo de escasez, crecientes incertidumbres económicas e inequidad”, sentencia el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en uno de sus documentos sobre economía verde presentado para ambientar la creación de nuevo indicador de crecimiento (Inclusive Wealth Index)  con el que se pretende reemplazar el obsoleto Producto Interno Bruto.
Luego de revisar centenares de programas que apuntan a la economía verde, los expertos del PNUMA están convencidos de que los negocios verdes podrían traer más bienestar en términos de empleo e ingresos a las naciones.
Según el informe de Economía Verde, son 3.000 las corporaciones a nivel global  que operando con un modelo tradicional de negocios le están costando al planeta pérdidas ambientales por 2.2 trillones de dólares.
Los cálculos de los expertos señalan que con una inversión del 2% del PIB en iniciativas innovadoras relacionadas con economía verde se lograría dar vuelta a la actual situación. El problema, como ha sucedido en otras cumbres internacionales, es que la mayoría está esperando a actuar hasta que los demás lo hagan.
En ese sentido, los coreanos llegan a Río+20 a dar ejemplo. En 2008, decidieron seguir la recomendación de invertir el 2% del PIB en negocios verdes. La filosofía que los guía es sencilla: “Yo primero”.  Y como lo recordó su presidente, Lee Muyng-Bak: “Con demasiada frecuencia en el pasado la necesidad de movilizar medidas a nivel mundial para proteger el medio ambiente  ha sido obstaculizada por reticencias de las naciones para actuar antes de que actúen las otras”.
Para los coreanos es otra la lógica que debería guiar este tipo de negociaciones, una que promulgó Confucio: “Si alguien realiza cosas adecuadas voluntariamente, no es posible que los otros no le sigan”.
Fuente: El espectador - Pablo Correa
11 datos sobre la pobreza mundial
El hambre es la principal causa de mortalidad en el mundo, y se lleva más vidas que el sida, la malaria y la tuberculosis en conjunto.
Aproximadamente la mitad de la población humana vive con 2,5 dólares o menos al día, según la organización Compassion Internacional, mientras que solo el 0,7% de la población mundial controla el 45,6% de la riqueza del planeta.
En los últimos seis años los más ricos han visto como sus fortunas se duplicaban, al mismo tiempo que las capas más pobres se han empobrecido aún más.
Si esta tendencia se mantiene, las élites mundiales se apoderarán de casi de todos los recursos planetarios y el resto de la población se quedará sin nada, según un experto del portal VestiFinance.
1. Casi la mitad de la población humana, o más de 3.000 millones de personas, viven con solo 2,5 dólares o menos al día. Más de 1.300 millones sufren pobreza extrema, es decir, viven con 1,25 dólares al día.
2. Unos 1.000 millones de niños en todo el mundo son pobres. Conforme a datos de UNICEF, 22.000 niños muerencada día a causa de la pobreza.
3. En todo el mundo hay 805 millones de personas que pasan hambre.
4. Más de 750 millones de personas no tienen garantizado el acceso a agua dulce. La diarrea a causa de la falta de agua y las malas condiciones sanitarias e higiénicas matan a 842.000 personas al año, o aproximadamente 2.300 personas al día.
5. En 2011 la cantidad de niños de cinco años o menos a los que se les diagnosticó cese de crecimiento y desarrollo debido al hambre crónica fue de 165 millones.
6. Las enfermedades prevenibles como la diarrea o la neumonía se cobran la vida de 2 millones de niños al año. Son niños que viven en la pobreza y no tienen acceso al tratamiento apropiado.
7. Según cifras de 2013, 21,8 millones de bebés (de un año o menos) no fueron vacunados contra la difteria, el tétano y la tos ferina.
8. Una cuarta parte de la población humana, o 1.600 millones de personas, viven sin electricidad.
9. El 80% de la población mundial vive con menos de 10 dólares al día.
10. Según Oxfam, para combatir la pobreza se necesitarían 60.000 millones de dólares al año, o menos de una cuarta parte de las ganancias de las 100 personas más ricas del mundo.
11. El hambre es la principal causa de mortalidad en el mundo, y mata a más personas que el sida, la malaria y la tuberculosis en conjunto.

¿PORQUE LAS ENFERMEDADES DE AUTOINMUNIDAD SE DAN ENTRE LOS POBRES?

El estatus social de los macacos influye en su sistema inmune


Como ocurre en los grupos humanos, los macacos Rhesus están condicionados por su situación social, un hecho que puede incluso perjudicar su salud. Un experimento con hembras demuestra que el estrés generado por permanecer en una categoría baja conlleva una inflamación crónica y una serie de enfermedades que se pueden revertir si el estatus social mejora.
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<p>Las interacciones sociales afectan al sistema inmune, según ha comprobado un estudio realizado con macacos Rhesus. / Lauren Brent</p>
Las interacciones sociales afectan al sistema inmune, según ha comprobado un estudio realizado con macacos Rhesus. / Lauren Brent
En las sociedades humanas, las diferencias entre pobres y ricos se reflejan en parte en la esperanza de vida, que puede variar en 10 años entre unos y otros. Hasta ahora, se pensaba que las desigualdades socioeconómicas generadas repercuten en la salud porque las personas con menos recursos tienen menor atención sanitaria y hábitos menos saludables.
Incluso ante la ausencia de factores de riesgo, el sistema inmune se altera cuando los individuos están en las categorías más bajas del grupo
Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, demuestra en macacos Rhesus (Macaca mulatta), que forman grupos jerárquicos similares a los humanos, que incluso ante la ausencia de factores de riesgo, el sistema inmune se altera cuando los individuos están en las categorías más bajas del grupo. El responsable es el estrés crónico.
“Si tu estatus social es bajo, puedes tener menos control y un entorno menos predecible, así como una mayor cantidad de elementos diarios estresantes. Y esto conlleva a la activación crónica de la respuesta del estrés, que normalmente actúa para incrementar fuertemente la función inmune y la inflamación”, explica a Sinc Noah Snyder-Mackler, autor principal del trabajo e investigador en la Universidad Duke en Durham (EE UU).
Al estar en esta desafortunada posición, la vía del estrés se activa de forma crónica, y “el sistema se vuelve loco y no se puede apagar la respuesta al estrés”, detalla Snyder-Mackler, para quien en realidad el individuo se vuelve insensible a la respuesta al estrés.
“Esto provoca una inflamación crónica, que puede conducir a una serie de enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes y muchas más, todas ellas asociadas a altas tasas de mortalidad”, recalca el investigador. Pero el estudio revela además que las mejoras en el estatus social o el apoyo social puede revertir la situación. 
Aumenta el estatus social, mejora la salud
El equipo de investigación manipuló los rangos sociales de 45 hembras de macacos Rhesus que vivían en cautividad en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Yerkes de la Emory University, e introdujo a estos individuos que no se conocían entre sí en grupos cuya jerarquía ya estaba establecida.
"Los efectos del estatus en la salud no son permanentes, al menos en edad adulta”, indica Jenny Tung
“Como todos los monos de nuestro estudio tenían el mismo acceso a los recursos, hemos sido capaces de demostrar que existen efectos directos del estatus social en la función inmune de las células”, indica el experto.
Para comprobar cómo la categoría social afecta a su salud, los científicos tomaron células del sistema inmunitario de los monos y midieron la actividad de unos 9.000 genes. Más de 1.600 de ellos estaban expresados de manera diferente en los animales que tenían un estatus bajo, en especial los comprendidos en un tipo de linfocitos llamadas células asesinas, que se defienden contra las infecciones.
Los científicos reubicaron a las hembras en los nueve grupos sociales y estas se posicionaron socialmente por orden de llegada, es decir, las primeras en unirse a los nuevos grupos estaban mejor posicionadas que las siguientes. Después el equipo les cambio de rango: las que estaban con estatus bajo subieron y viceversa.
A medida que las hembras mejoraban de rango social, también progresaban las células del sistema inmune, por lo que los genes se apagaban o encendían con la mejora social. “Esto sugiere que los efectos del estatus en la salud no son permanentes, al menos en edad adulta”, indica Jenny Tung, coautora del trabajo e investigadora en la Universidad de Duke (EE UU).  
Según Snyder-Mackler, todas las respuestas observadas en los monos se debían estrictamente a su entorno o estatus social. “No hubo características en las hembras empleadas para el estudio que las hicieran más propensas de estar en categorías altas o bajas. La estructuración social fue fruto de nuestra manipulación”, certifica a Sinc el investigador.
“El entorno social es un determinante crucial en la salud, y esto se demuestra al revertir los efectos mejorando el estatus social de los animales de bajas categorías, o empeorando el de los monos de alto rango”, recalca el investigador.
El estudio demuestra así que si se mejora el estatus social de una persona, los efectos se verán rápidamente reflejados en su fisiología y en la función celular de su sistema inmune. “Es un mensaje social muy claro: no es algo intrínseco de la persona que la mantiene en un estatus social bajo, si mejoramos su posición podrá recoger los beneficios fisiológicos de una categoría más alta”, concluye. 
Referencia bibliográfica:
Noah Snyder-Mackler, et al. "Social Status Alters Immune Regulation and Response to Infection in Macaques” Science 25 de noviembre de 2016 DOI: 10.1126/science.aah3580.