viernes, 30 de junio de 2017

El improvisado dentista neandertal


Las marcas en dientes de hace 130.000 años revelan que eran manipulados para paliar el dolor
El dolor de muelas ha debido ser un incordio durante toda la historia de la Humanidad. Nuestros ancestros también lo sufrían e intentaban paliarlo como podían, como muestran hallazgos paleontológicos como el que esta semana recoge la revista Bulletin of the International Association for Paleodontology. Un equipo de investigadores ha encontrado indicios de prácticas dentales en los restos de un individuo que vivió hace 130.000 años en el territorio que hoy es Croacia.
Según explica el equipo liderado por David Frayer, investigador de la Universidad de Kansas, los dientes pertenecen a un neandertal que presumiblemente sufría dolor de dientes e intentó aliviarlo él mismo utilizando algún tipo de herramienta.
Los dientes fueron encontrados hace más de un siglo en el yacimiento neandertal de Krapina. Aunque fue excavado entre 1899 y 1905, ahora han vuelto a examinarse algunos de los fósiles, obteniendo nuevas conclusiones. En el caso de los dientes, los han pasado por el microcospio. "Aunque no tenemos la mandíbula, los dientes están en un estado formidable. Se ha perdido parte de las raíz, pero la mayor parte está intacta", asegura Frayer a este diario.
Las marcas encontradas en el premolar y en el tercer molar están asociadas con distintos tipos de manipulaciones dentales. Aunque no han identificado en el yacimiento el instrumento con el que, a modo de palillo, se hicieron los surcos en los dientes, creen que posiblemente se usó parte de un hueso o de alguna planta.
Debido a que la parte alterada del diente esté en el lado de la lengua y las marcas presentan diferentes ángulos, los investigadores descartan que se hubieran producido por otra causa tras su muerte.
Cuatro de los dientes encontrados, asegura Frayer, pertenecen al mismo individuo aunque, a partir de la dentadura, no es posible establecer si se trataba de un hombre o una mujer.
El análisis de las piezas dentales no ha permitido determinar tampoco si este homínido sufría alguna enfermedad, aunque "el tercer molar muy probablemente le causaba dolor en la boca", dice Frayer.
No es la primera vez que se encuentran este tipo de marcas de manipulaciones en dientes prehistóricos. De hecho, las hay más antiguas, de hasta dos millones de años de antigüedad. "La mayoría de los surcos o marcas halladas en dientes neandertales o en otros homínidos están aisladas y generalmente no asociadas a problemas dentales. Hay algunas asociadas a la mandíbula con enfermedad periodontal. Pero estos dientes, dice Frayer, "combinan una serie de aspectos que indican que él o ella presumiblemente se estaba tratando a sí mismo por un problema dental".
Esta conclusión la vinculan al hallazgo en el mismo yacimiento de diversos objetos que mostrarían que la sociedad neandertal era más avanzada de lo que inicialmente se pensaba. Por ejemplo, encontraron garras de águila convertidas en piezas de joyería. Que utilizaran los materiales de su entorno a modo de palillos para cuidar su dentadura y tratar la irritación, dice Frayer, concuerda con la teoría de que los neandertales eran capaces de modificar su entorno y su cuerpo utilizando herramientas.
El pasado mes de marzo, otra investigación mostró que los neandertales de la cueva asturiana de El Sidrón usaban hace ya 49.000 años el hongo Penicillium, un antibiótico natural, para calmar el dolor. Un equipo español detectó en la placa dental calcificada de fósiles dentales ADN de esa especie de hongo y de álamo, un árbol cuya corteza contiene ácido salicílico.
En los dientes hallados en Croacia, dice Frayer, hay también algo de sarro dental "aunque todavía no ha sido analizado" por lo que no han podido determinar si hay restos de alguna sustancia que pudieran usar para aliviar sus molestias. "Es algo que nos gustaría hacer en el futuro", señala.
Krapina es el más antiguo y el mayor de los principales yacimientos neandertales que hay en Croacia. Según relata el científico, allí se han encontrado unos 900 huesos humanos y 200 dientes. El otro sitio paleontológico se llama Vindija, está en las proximidades de Krapina y tiene unos 32.000 años de antigüedad. Aunque se han encontrado muchos menos fósiles que en Krapina, en Vindija sí se ha podido extraer ADN de algunos de ellos.

No hay comentarios: