domingo, 17 de septiembre de 2017


Por qué la hormona del estrés puede prevenir trastornos tras un trauma


Tras una experiencia traumática, se altera un gen que está relacionado con la aparición de trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad. Así lo revela un equipo de científicos españoles que confirma que la hormona del estrés es capaz de devolver al gen sus funciones normales y reducir los trastornos asociados a una vivencia dramática. El hallazgo resuelve una de las paradojas de la medicina actual y abre la puerta a su aplicación en tratamientos para prevenir enfermedades tras sufrir un evento traumático.

<p>De izquierda a derecha, los investigadores del INc-UAB Eric Velasco, Raul Andero y Antonio Florido. / UAB</p>
De izquierda a derecha, los investigadores del INc-UAB Eric Velasco, Raul Andero y Antonio Florido. / UAB
Accidentes de tráfico, violaciones, ataques terroristas y exposición a otros tipos de estrés traumático aumentan la probabilidad de aparición de enfermedades en las personas que los sufren directamente, tanto psicológicas como físicas. Los tratamientos preventivos actuales basados en apoyo psicológico y fármacos son efectivos en algunos casos, pero no para la mayoría de personas. Se sabe también que cuanto antes se aplican estos tratamientos preventivos después de una vivencia grave, más efectivos suelen ser.
Investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universitdad Autónoma de Barcelona (INc-UAB) han descubierto en estudios con ratones y personas que la expresión del gen Ppm1f (Proteína fosfatasa 1f) es una de las principales alteraciones que se producen tras la exposición a estrés traumático y que, además, este gen está relacionado con la aparición de trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad. La principal función de Ppm1f es regular la actividad de la proteína Camk2 (Calcio calmodulina quinasa 2), fundamental para muchos procesos básicos del cuerpo humano como la memoria, el funcionamiento del corazón y las defensas inmunitarias.
“El que la hormona del estrés disminuya la probabilidad de aparición de enfermedades tras la exposición al estrés es una de las mayores paradojas de la medicina actual”, dice el autor
“Al descubrir la importancia de la relación entre el gen Ppm1f y la aparición de diferentes enfermedades psicológicas por la exposición a acontecimientos traumáticos, quisimos encontrar posibles tratamientos preventivos que se basaran, precisamente, en reducir la expresión alterada del gen y evitar, así, sus consecuencias negativas en el cerebro” comenta Raül Andero Galí, investigador de la UAB que ha liderado el estudio publicado en Biological Psychiatry.
Disminución de síntomas de ansiedad y depresión
Como se sabía que administrar la hormona del estrés, un glucocorticoide, a las pocas horas de un estrés traumático puede prevenir la aparición de enfermedades psicológicas, los científicos administraron la hormona a los ratones una hora después de un acontecimiento traumático.
“Los resultados mostraron que, efectivamente, había una disminución de la aparición de los síntomas de ansiedad y depresión y, al estudiar los mecanismos por los que se producían estos efectos, vimos que esta hormona prevenía los cambios de expresión en el gen”, comenta Eric Velasco, investigador del INc-UAB y coautor del estudio.
“Esta aparente contradicción de que la hormona del estrés disminuya la probabilidad de aparición de enfermedades tras la exposición al estrés es una de las mayores paradojas de la medicina actual”, recalca Andero. “El estudio arroja luz a esta paradoja y descubre una manera en la que la hormona del estrés podría prevenir enfermedades, al menos las psicológicas, a través de la regulación del gen Ppm1f”, explica.
“Hasta ahora la hormona del estrés se ha aplicado en muy pocos casos en personas. Nuestro hallazgo abre la puerta a aplicarla de manera más amplia y al desarrollo de tratamientos específicamente dirigidos a regular las funciones del gen implicado”, comenta Antonio Florido, también del INc-UAB y coautor del trabajo.
Los investigadores están ahora interesados en colaborar con otros laboratorios y obtener financiación para extender los estudios sobre el papel del Ppm1f en estrés traumático a otras enfermedades, como las del corazón o incluso el cáncer, sobre las que los eventos traumáticos pueden tener influencia, para comprobar si sus conclusiones pueden ayudar en su prevención.

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