lunes, 24 de abril de 2017

Un psiquiatra argentino busca prevenir el primer brote esquizoénicofr

Es un argentino que vive en EE.UU. y estudió una población de pastores jujeños que nunca había sido medicada; Con un método simple, demostró por primera vez cuál es y dónde está la lesión cerebral que tienen estos pacientes y sus familiares
. Erausquin


Gabriel de Erausquin
Gabriel de Erausquin.
Solos entre las ovejas y los cultivos de subsistencia, muchos pobladores de la Puna jujeña eran devorados en silencio, sin tratamiento, por una de las enfermedades mentales más catastróficas: la esquizofrenia.
Decían que esos que bajaban de los cerros estaban locos. Que andaban siempre solos, que hablaban con el aire. Contaban de una muchacha que vivía aislada en un rancho. Había sido buena de chica, pero ahora hacía cosas de animal, hurgaba del plato de comida que la familia le dejaba para no verla, asustados por sus gritos.
Después de 10 años, el panorama cambió: gracias a una investigación liderada por el neuropsiquiatra Gabriel de Erausquin (argentino residente en EE.UU), el tiempo de diagnóstico y atención se redujo de 5 años a 3 meses, con todos los beneficios que eso trae. Y se dio un paso más: por primera vez, se halló en qué lugar del cerebro está la lesión que produce la enfermedad, que afecta a 1 de cada 100 personas.
Los expertos tuvieron la posibilidad de estudiar una población que nunca había recibido tratamiento. Así, pudieron establecer que los "síntomas negativos" de la esquizofrenia (rigidez y lentitud para moverse y hablar, falta de expresión facial) no son consecuencia de la medicación -como se cree- sino que aparecen mucho antes de los síntomas más impactantes, como alucinaciones y delirios.

Neuronas vulnerables

De Erausquin integró el grupo que demostró que durante el desarrollo embrionario hay un grupo de neuronas muy sensibles al ataque de algunos virus (por ejemplo, el de la influenza, y por eso las embarazadas deben vacunarse contra la gripe) o frente a situaciones críticas como la hipoxia en el parto. La pregunta, entonces, no tardó en aparecer: el daño o la muerte temprana de esas neuronas, ubicadas en la zona del mesencéfalo, ¿podía contribuir al origen de la esquizofrenia?
En 2004, con un fondo de la Brain and Behaviour Foundation de los EE.UU, de Erausquin accedió a estudiar una muestra representativa de la población jujeña (650.000 habitantes). Junto a sus colegas Sergio Strejilevich, Eduardo Padilla y María Calvo (éstos dos últimos, del sistema de salud jujueño) formaron a psiquiatras y psicólogos y a agentes sanitarios de Jujuy -en ese entonces unos 650, hoy 1000- para que supieran reconocer la psicosis en sus recorridas por toda la provincia.
"Los agentes encontraban gente con síntomas y comportamientos muy serios: aislación, falta de cuidado personal, agresividad, intentos de suicidio. Estaban especialmente en la Puna, lejos de todo -explica de Erausquin-. En Caspalá, un pueblito de 120 habitantes, hubo 3 pacientes. En Cianzo, una familia con la mamá y 3 hijos que terminaron suicidándose antes de ser diagnosticados. El panorama era desolador".
De Erausquin, entonces, se cargó al hombro el ecógrafo que le habían donado en EE.UU y recorrió los cerros jujeños buscando saber qué andaba mal en esos cerebros.
-¿Qué muestran las ecografías?
-Una cicatriz medible en el tallo del mesencéfalo de pacientes y familiares. Hay una dependencia lineal entre el tamaño, la severidad de los síntomas motores y la mala respuesta al tratamiento. Ya se sabía de esa cicatriz en Parkinson. Lo demostramos en la esquizofrenia.
-¿Cuáles son las neuronas dañadas?
-Las dopaminérgicas, igual que en Parkinson, aunque en el Parkinson la falta de dopamina muestra sus primeros síntomas después de los 50-55 años. En los esquizofrénicos existían indicios de una lesión similar, pero se creía que era por los efectos negativos de los antipsicóticos. Nosotros demostramos que la lesión está antes de cualquier tratamiento. Los fármacos agravan esos síntomas motores, pero que no son la causa.
-¿Qué función cumplen esas neuronas?
Foto: Shutterstock
-Controlan la corteza prefrontal, asociada a toma decisiones y funciones ejecutivas. Durante un tiempo, el cerebro, aun lesionado, compensa la falta de dopamina produciendo más en forma endógena. Pero eso termina hacia los 20 años, cuando se produce un barrido neuronal por maduración cerebral.
-¿Entonces, la dopamina se acaba?
-No, no es que no haya más dopamina. En la esquizofrenia se sigue produciendo pero la dopamina equivoca la vía o circuito cerebral y la cantidad. En lugar de ir hacia la corteza cerebral (toma de decisiones) o el músculo estriado (dominio del movimiento) va hacia el sistema límbico. Ese circuito cerebral, que comanda acciones más primarias, recibe más dopamina de la necesaria y se producen las alucinaciones y delirios.
-¿Este brote se podría evitar?
-Pensamos que sí. Pero hay que demostrarlo. En Jujuy trabajamos con una muestra representativa pero pequeña, 90 pacientes. Ahora sumamos 3 poblaciones peruanas de unos 1,5 millones de personas con características similares: no por razones étnicas sino por ser comunidades rurales, aisladas, sin atención. Ya se tradujeron las herramientas al quechua y se entrenó a profesionales.
-¿Qué buscan demostrar?
-Determinar si el tamaño de la lesión mesencefálica predice la enfermedad. Hoy el diagnóstico es clínico y de bajo valor predictivo: hay muchos falsos positivos, a quienes se medica igual. Pero si hay correlación entre el tamaño de la lesión y el riesgo de enfermedad, trataríamos a esas personas con drogas inocuas, conocidas y probadas para reducir la posibilidad del primer brote. Además, estamos estudiando qué genes predisponen a la hipersusceptibilidad de las neuronas mesencefálicas durante el desarrollo embrionario.
-Más allá de los aspectos neurológicos, anatómicos y genéticos, ¿no existe influencia emocional o psicológica en las familias con un integrante esquizofrénico?
-Sí. Muchos trabajos científicos muestran que estas familias tienen una forma de estrés de interacción que actúa como factor predisponente. Lo estudió el argentino Alejandro Kopelowicz en la población mexicana de Los Ángeles. Hay familias que manejan el estrés en forma más productiva y hay familias que, en la confrontación con el paciente, se pelean, se frustran, gritan. Eso empeora y precipita los síntomas. Si aprenden a manejar las interacciones, los síntomas aparecen más tarde.

Perfil

Gabriel de Erausquin (54) es porteño. Médico neurólogo y psiquiatra (UBA), muy joven, emigró a EE.UU y se desempeñó en la Universidad de Washington y la Harvard Medical School, entre otras. Ahora es Chair Fundador del Departamento de Psiquiatría y Neurología de Escuela de Medicina de la University of Texas Rio Grande Valley (UTRGV).
Está casado con Laura y tienen 11 hijos, 7 mujeres y 4 varones. "No, no los planificamos -dice, con simpleza-. Simplemente, vinieron". Siempre usó barba y un día decidió dejarse el pelo largo. Lo lleva atado. Más de una vez, recorriendo aeropuertos, lo miraron con cara de pocos amigos. "Me dicen que parezco un talibán", comenta sonriendo.

Unos fenómenos microscópicos anómalos apuntan a una nueva física

Los mesones B, unas de las partículas constituyentes de la materia, se desintegran de forma no prevista por el Modelo Estándar

Las desviaciones se deberían a la existencia de nuevas partículas nunca observadas pero propuestas por teorías alternitas 10

Unos fenómenos microscópicos anómalos apuntan a una nueva física
ARCHIVO / CERN
Trabajos de mantenimiento en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN, en Ginebra. Es uno de los laboratorios donde se ha observado la extraña desintegración de las partículas mesones B.

El comportamiento anómalo de unas partículas elementales (los mesones B), observado en fechas recientes en diversos laboratorios del mundo, está poniendo en cuestión la teoría de la naturaleza más asentada en la física, el llamado Modelo Estándar (ME).
Unos fenómenos microscópicos anómalos apuntan a una nueva física
Joaquim Matías, investigador de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del Institut de Física d’Altes Energies (IFAE), participante en el análisis de los datos del experimento.
De confirmarse, sería la primera observación experimental de una nueva física más allá de la teoría establecida hace ya más de cuatro décadas. El ME ha tenido grandes éxitos, como la explicación de por qué los objetos tienen masa (por medio del hallazgo del Bosón de Higgs en el 2012), pero no explica, entre otras cosas, por qué el mundo está hecho de materia y no de antimateria, o de qué está hecha la materia oscura que abunda en el Universo.
La semana pasada, investigadores del Gran Colisionador de Hadrones LHC (el acelerador del CERN en Ginebra en el cual chocan partículas a gran energía) anunciaron anomalías en la desintegración de los mesones B. Eso sí, se trata de evidencias preliminares que podrían ser desmentidas cuando aumente el número de desintegraciones observadas en los próximos meses.
No obstante, durante la misma semana, otro grupo de científicos -entre ellos Bernat Capdevila y Joaquim Matías, de la Universitat Autònoma de Barcelona- publicó el borrador de un artículo en el que combina esa medida con otras conseguidas en otros laboratorios.

30 OBSERVACIONES

“Hemos encontrado indicios sólidos de que el ME no puede acomodar una serie de medidas hechas en diversos experimentos”, explica Matías. En concreto, 30 medidas de 5 tipos distintos de desintegración de mesones B revelan que estos procesos se desvían de lo previsto por el ME, y lo hacen de una forma sistemática y coherente. En el 2013, el grupo de Matías sugirió la primera medida que manifestó una desviación.

Los problemas que la física fundamental no explica

Materia oscura
Hace 50 años se observó que la rotación de los cúmulos de galaxias no se explica con la masa de los astros visibles. Se sugirió que debe de existir una materia oscura desconocida. El LHC espera producir partículas como las que constituirían esta materia. La partícula Z’ o el leptoquark no serían candidatas a serlo, pero podrían dar pistas sobre otras que sí lo serían.
Asimetría materia-antimateria
El Modelo Estándar prevé la existencia de materia y antimateria (es decir, una materia igual a la familiar, pero con la carga eléctrica de signo opuesto) en cantidades iguales. Por esto no explica por qué en realidad la materia ha prevalecido sobre la antimateria.
Unificación entre cuántica y gravedad
Existen leyes comunes para tres de las cuatro fuerzas de la naturaleza (la electromagnética, la débil y la fuerte). La cuarta, la gravedad, no se ajusta a esas leyes. La existencia de agujeros negros o el Big Bang no se acaban de entender por esta incoherencia.
Energía oscura
En 1998 se observó que algunas estrellas lejanas brillan menos de lo previsto, lo que sugiere que el Universo se está expandiendo de forma acelerada. Por tanto, debe de existir una energía desconocida que vence la gravedad y empuja esta aceleración.
“Estamos emocionados, pero preferimos ser cautos”, afirma Marie Helene Schune, investigadora del CNRS francés y de LHCb, el experimento del CERN que detectó las anomalías. El mesón B, una de las partículas que constituyen la materia, suele desintegrarse y producir electrones y muones, otras partículas. Según el ME, estas se deberían producir en igual cantidad.
Esta predicción tiene el altisonante nombre de “universalidad del sabor leptónico”. Ahora bien, LHCb ha detectado un déficit de muones. La cantidad de observaciones hechas es suficiente para anunciar una evidencia preliminar, pero aún cabe la opción de que el efecto sea una pura fluctuación casual.
“Cuando supimos de esta medida ya teníamos la redacción de nuestro artículo bastante avanzada: nos pusimos a trabajar a toda velocidad para incluir las nuevas observaciones”, explica Matías. Estas no hicieron más que confirmar lo que otras medidas sugerían. “Un patrón coherente de desviación que apunta a una misma solución de nueva física”, afirma Matías. En otras palabras, estas desviaciones apuntan todas a la misma dirección, de manera estadísticamente significativa.

NUEVAS PARTÍCULAS

“Podrían ser provocadas por unas nuevas partículas”, explica Matías. Se trataría de unas partículas nunca observadas, pero prevista sin embargo por teorías alternativas al ME. Las candidatas, explica Matías, se llaman Z’ o leptoquark. “O podría ser alguna partícula que Matías aún no ha imaginado”, afirma medio en broma Schune.
“Los estudios globales [de Matías] están realmente bien hechos. Toda la información disponible apunta en la misma dirección. Sin embargo, ninguna medida experimental por sí sola tiene la suficiente significancia estadística: hasta que no la tenga, no me atrevería a decir que tenemos nueva física”, comenta Arantza Oyanguren, investigadora en la Universitat de València y de LHCb. La confirmación definitiva, o desmentido, se espera en los próximos meses
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TODOS DEBEMOS APOYARLA


Llega la marcha global por la ciencia


La comunidad científica estadounidense se congrega este 22 de abril en torno a la March for Science, una gran marcha en Washington DC que va más allá de denunciar los recortes en investigación de la administración Trump y su posición en asuntos como el cambio climático. El objetivo es defender "el papel vital de la ciencia en nuestra salud, seguridad y economía". A la iniciativa se han sumado ciudades de todo el mundo, incluidas varias españolas.

<p>Protestas a favor de la ciencia también durante la Marcha de las Mujeres en enero. / Flickr</p>
Protestas a favor de la ciencia también durante la Marcha de las Mujeres en enero. / Flickr
“La Marcha por la Ciencia es el primer paso de un movimiento global para defender el papel vital que desempeña la ciencia en nuestra salud, seguridad, economías y gobiernos. Es hora de salir al campo y marcar la diferencia”.
Así anuncian en su web los organizadores de la March for Science lo que les mueve a movilizarse a favor de la ciencia, una iniciativa que cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones científicas, como la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) y la Unión Americana de Geofísica.
Esta marcha es el primer paso de un movimiento global para defender el papel de la ciencia en nuestra salud, seguridad, economías y gobiernos
Poco después de la toma de posesión de Trump, y de sus primeras decisiones, como los anunciados recortes en investigación o la postura del presidente ante el cambio climático, la comunidad científica en EE UU comenzó a organizarse para celebrar una manifestación similar a la Marcha de las Mujeres celebrada en Washington DC el pasado mes de enero. 
En ese mismo escenario y coincidiendo con el Día de la Tierra, los científicos celebrarán ahora la marcha por la ciencia. Los organizadores se definen en su página web como un grupo diverso, apolítico, que cree en el bien común y que surge ante una “tendencia alarmante de desacreditar el consenso científico y restringir sus avances”.
“La Marcha por la Ciencia es una llamada a la acción sin precedentes para todos aquellos que saben que la investigación es esencial para la salud pública, seguridad y economía global y el sustento de todas las comunidades alrededor del mundo”, explica Christine McEntee, una de las organizadoras.
El objetivo, según sus responsables, es que las protestas tengan impacto en la clase política independientemente de su ideología: “Las políticas anticiencia se han llevado a cabo por políticos de ambos lados y dañan a todo el mundo, sin excepción. La ciencia no debe servir a ningún interés especial o a convicciones personales”.
También se muestran a favor de la diversidad en un claro alegato en contra de los vetos migratorios y los prejuicios por raza o condición sexual: “Los científicos y todos aquellos que se preocupan por la ciencia son un grupo que incluye personas de distintas razas, orientación sexuales, identidad de género, religión, clase social y económica y estatus migratorio”, subrayan.
Protestas a escala mundial
La gran marcha en Washington estará respaldada por otras en diversas ciudades de EE UU y otros países. Personas de todo el mundo se han sumado a la causa organizando marchas satélites con el mismo objetivo de defender la ciencia y la investigación. 
Londres, París, Sídney, Ciudad del Cabo o Tokio son algunas de las capitales donde los científicos locales se unirán a estas protestas. En España están convocadas marchas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Girona y Granada.
“Defender la ciencia, la innovación y el descubrimiento es una obligación para todas las comunidades en el mundo”, apunta Claudio Paganini, organizador de la marcha en Berlín, quien subraya: “Estamos orgullosos de unirnos a las protestas del 22 abril para decir con una sola voz, global y unida, que la ciencia es esencial para nuestro futuro”.