jueves, 4 de mayo de 2017

Mi analista me ama

El incremento del potasio redujo el riesgo CV | 

¿La dieta baja en sal siempre es sana?

Un estudio afirma que las directrices actuales son demasiado restrictivas cuando se consume el suficiente potasio

Evitar los alimentos salados quizá no sea tan útil para su salud cardiaca como se pensaba, según un estudio reciente.
Los participantes de un estudio de largo alcance sobre el corazón no parecieron derivar ninguna ventaja para la salud de una dieta baja en sal, dijo la investigadora Lynn Moore.
"Las personas que seguían una dieta baja en sodio [sal] en general en los siguientes 20 o 30 años en realidad no obtuvieron ningún beneficio, concretamente en cuanto a su presión arterial o a su riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca", dijo Moore, profesora asociada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.
Por otra parte, estas personas disfrutaron de una mejor salud cuando aumentaron su ingesta de potasio, un mineral que ayuda al corazón de un par de formas, encontraron Moore y sus colaboradores.
"Unas ingestas más altas de potasio se asociaron firmemente con una presión arterial más baja y un riesgo más bajo de enfermedad cardiaca", dijo Moore. "Lo mismo pasaba con el magnesio".
Pero antes de agarrar el salero, piense que un defensor principal de las dietas bajas en sodio, la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA), cuestionó la validez del estudio y afirmó que seguirá recomendando que se limite la ingesta de sal.
"Cuando hay ensayos clínicos realmente bien hechos que muestran una relación directa y progresiva entre el sodio y la presión arterial, yo me lo pensaría dos veces antes de hacer algo basándome en lo que se informa en este estudio", dijo Cheryl Anderson, vocera de la AHA y profesora asociada de epidemiología cardiovascular en la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Diego.
La AHA recomienda no más de 2,300 miligramos (más o menos una cucharadita) de sodio al día, y un límite ideal de no más de 1,500 miligramos (mg) diarios para la mayoría de los adultos.
Moore dijo que sus resultados muestran que la ingesta promedio de sodio (entre 3,000 y 3,500 miligramos [mg] al día) debería ser saludable, particularmente si también obtienen el suficiente potasio y magnesio.
"Parece que no hay un riesgo real añadido en ese rango", dijo Moore. "Creo que el estadounidense promedio probablemente lo está haciendo bien con respecto al sodio, pero casi todos los estadounidenses necesitan aumentar su ingesta de potasio".
Los alimentos ricos en potasio incluyen las verduras de hojas verdes oscuras, las patatas, los frijoles, el calabacín, el yogur, el salmón, el aguacate, los hongos y los plátanos.
El nuevo estudio llega justo después de otro estudio controversial publicado el pasado mes de mayo. Sugirió que restringir la sal de la dieta a menos de 3,000 mg al día pareció aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca tanto como comer más de 7,000 mg al día. La AHA también criticó el estudio anterior, que apareció en la revista The Lancet.
Los hallazgos de Moore se basan en los datos de más de 2,600 hombres y mujeres que participan en el Estudio del corazón de Framingham, un estudio sobre la salud cardiaca a largo plazo de personas de Framingham, Massachusetts.
Los participantes tenían una presión arterial normal al inicio del estudio. Pero, a lo largo de los 16 años siguientes, los que consumieron menos de 2,500 miligramos de sodio al día tendían a tener una presión arterial mayor que los participantes que consumieron más sodio, reportaron los investigadores.
Los investigadores también descubrieron que las personas con una ingesta más alta de potasio, calcio y magnesio tenían una presión arterial más baja a largo plazo.
Pero el equipo de investigación se basó en 6 días de registros dietéticos detallados a fin de estimar la ingesta de sodio y de varios minerales de una persona, que es un método relativamente poco fiable, dijo Anderson.
El estándar de excelencia para el seguimiento de los niveles de sodio es mediante las muestras de orina tomadas en varios días, dijo. Los diarios alimentarios pueden ser poco precisos.
"Quizá no han captado la ingesta de sodio de forma correcta", comentó Anderson.
Los resultados positivos del estudio con respecto al potasio han sido respaldados por otros estudios, añadió Anderson.
El potasio ayuda a los riñones a deshacerse de la sal del cuerpo, lo que reduce los niveles de sodio, dijo Moore.
El mineral también ayuda a relajar los vasos sanguíneos y a hacerlos más flexibles, lo que puede ayudar a reducir la presión arterial, dijeron Moore y Anderson.
Las personas que consumen mucha sal (5,000 miligramos al día) deberían reducirla, aconsejó Moore.
Además, "en ese subgrupo de la población que es sensible a la sal en la dieta, algo realmente crítico es cuánta cantidad obtienen de otros minerales, en particular de potasio, y también quizá de magnesio", dijo Moore.
Moore presentó los hallazgos el martes en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición (American Society of Nutrition), en Chicago. Los resultados se deben considerar preliminares hasta que los datos sean revisados por profesionales para su publicación en una revista médica.

¿Por qué un fármaco creado por una científica japonesa hace 50 años puede ahora salvar la vida de miles de mujeres en todo el mundo?

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Utako OkamotoDerechos de autor de la imagenFAMILIA OKAMOTO
Image captionUtako Okamoto nació en Tokio en 1918. Esta foto fue tomada en su laboratorio en 1961.
En 1962 una mujer japonesa, Utako Okamoto, creó con su esposo un potente fármaco llamado ácido tranexámico, con el que estaba convencida de que podría evitar la muerte por hemorragia de muchas mujeres que daban a luz.
Ese fue el principal motivo por el que desarrolló la medicina.
Pero en el Japón de postguerra, en el que no abundaban las científicas, Okamoto no logró convencer a los doctores locales de que hicieran un ensayo clínico con las mujeres que sufrían hemorragias postparto.
Así que el fármaco acabó en manos de una compañía farmacéutica que lo promocionó para tratar la reglas de sangrado abundante. Y así fue como el ácido tranexámico quedó semiolvidado durante décadas.
Más de medio siglo después, la hemorragia postparto es la principal causa de muerte materna en el mundo: se estima que cada año 100.000 mujeres mueren desangradas poco después del parto,1 cada 6 minutos.
Pero ahora un amplio estudio de la Escuela de Londres de Medicina Tropical e Higiene acaba de darle la razón a Okamoto.

Eficaz, seguro y encima barato

Madre con un bebé recién nacidoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEn el estudio participaron mujeres de 21 países ricos y pobres, entre ellos Reino Unido, Pakistán y Nigeria.
"El ácido tranexámico puede reducir en un tercio el riesgo de que una mujer muera desangrada", le dijo a la BBC Haleema Shakur , la investigadora que coordinó el estudio, cuyos resultados acaban de ser publicados en la prestigiosa revista médica The Lancet.
Desempeña la función opuesta a un anticoagulante. Se administra como una inyección y debe ser utilizada en un período de tres horas después del parto.
Tras una investigación en la que participaron 20.000 mujeres de 21 países, los investigadores confirmaron que el fármaco es, en efecto seguro y eficiente, porque detiene rápidamente las hemorragias al ayudar a mantener intactos los coágulos que se forman naturalmente en la sangre.
Por si eso fuera poco, es muy barato, entre otros motivos porque es fácil de producir y porque ya no tiene patente.
De hecho, el ácido tranexámico ya está ampliamente disponible en muchos países, en cientos de productos genéricos que están dirigidos principalmente a las mujeres que tienen períodos de sangrado muy abundante.
En Reino Unido, por ejemplo, donde puede adquirirse sin receta médica, cuesta menos de US$4 y en Pakistán un cuarto de esa cantidad.
Además de barato, el ácido tranexámico tampoco tiene efectos secundarios que aumenten el riesgo de muerte de las mujeres por otra causa durante el sangrado, según el estudio.

Un uso potencialmente inmediato

Madre nigeriana con su hijoDerechos de autor de la imagenLONDON SCHOOL OF HYGIENE & TROPICAL MEDICINE
Image captionEn Sierra Leona mueren desangradas tras el parto 1.260 madres de cada 100.000. En Colombia 64 y en Grecia, Polonia y Finlandia 3 de cada 100.000.
Según le dijo a la BBC la investigadora Haleema Shakur, su uso para prevenir la muerte por hemorragia postparto podría ser inmediato, dado que el fármaco ya se utiliza como medicamento.
Normalmente, dice la científica, pueden pasar 10 años desde que se hace un experimento clínico hasta que se implementa el uso de un medicamento en humanos.
Pero en este caso no habría por qué esperar, según Shakur.
La investigadora de hecho señaló que en 2010 otro estudio probó la utilidad de este mismo fármaco para tratar la hemorragia por trauma y en cuestión de dos semanas tras los resultados las autoridades médicas militares de Reino Unido empezaron a utilizarlo para tratar a los heridos en el frente de batalla.
Según Shakur, para que se adopte el uso del ácido tranexámico en el tratamiento de la hemorragia postparto hace falta que se avance en tres aspectos:
  • Que los médicos conozcan los resultados de este estudio
  • Que el medicamento esté disponible en los países con los mayores índices de muerte por hemorragia postparto
  • Que los ministros de Salud de los respectivos países le den prioridad a este problema
La Organización Mundial de la Salud dijo que actualizaría sus recomendaciones sobre el tratamiento para la hemorragia postparto.
"No debería haber niños huérfanos que crecen sin madre por no tener acceso a un fármaco que cuesta un dólar", le dijo a la BBC el profesor Ian Roberts, uno de los investigadores que participaron en el estudio.

Utako Okamoto, "una inspiración"

Bolsa de sangreDerechos de autor de la imagenBOLSA DE SANGRE
Image captionNormalmente, dice la científica, pueden pasar 10 años desde que se hace un experimento clínico hasta que se implementa el uso de un medicamento en humanos.
El equipo británico de investigadores entrevistó a la creadora del ácido tranexámico al inicio de su estudio.
Para entonces su marido, Shosuke, ya había muerto.
"Va a ser bueno, va a ser eficaz", dijo la científica en un video que grabaron.
"Sin hacer el estudio, yo ya sé que será eficaz".
En medio de la pobreza del Japón de postguerra Utako y su marido decidieron empezar a hacer experimentos con sangre porque podían donar sus propias muestras para el estudio.
"Queríamos trabajar en algo internacional, queríamos descubrir un nuevo fármaco para mostrarle a la humanidad nuestra gratitud", dijo la científica.
"Pensamos que esto sería útil".
Roberts dice que su testimonio lo dejó impresionado y fue una fuente de inspiración.
Okamoto murió en abril del año pasado, a los 98 años, sin haber cumplido aún con su sueño de salvar vidas a una escala masiva.