Biblioteca Mario Bunge
El mejor homenaje para el sabio filósofo argentino: la reedición de su obra
Autor: Dr. Daniel Flichtentrei Fuente: IntraMed
La
Biblioteca Bunge de la editorial española Letoli
está compuesta por textos corregidos, revisados por el autor y, en su
mayor parte, con nuevos prólogos escritos especialmente para esta
edición. La reedición de las obras -muchas inhallables hasta ahora- del
sabio Mario Bunge constituye un acontecimiento cultural extraordinario.
Su pensamiento es hoy imprescindible para iluminar con inteligencia y
claridad conceptual los tiempos oscuros donde el desvarío intelectual
posmoderno y el prejuicio anticientífico ganan posiciones dentro y fuera
de la Academia. Saludamos con admiración esta aventura de auténtico
coraje intelectual.
Algunos de las obras publicadas
- La ciencia. Su método y su filosofía: Este
libro ya clásico, manual de miles de estudiantes a lo largo de varias
décadas, responde con brevedad y sencillez a varias preguntas que en
mayor o menor medida nos interesan a todos. ¿Qué es la ciencia? ¿Cuál es
el método de la ciencia? ¿Qué significa ley científica? Edición
revisada por el autor con nuevo prólogo.
- Materia y mente: Tal
como escribe el autor, "algunas de las principales tareas en este libro
consisten en dilucidar los conceptos generales de materia y mente a la
luz de la ciencia contemporánea".
- Economía y filosofía: “La
economía mundial está cojeando, y la economía política hace poco por
ayudarla a marchar. Cuando una disciplina es impotente es indicio de que
está en crisis. El presente ensayo se propone precisamente eso:
analizar algunas de las ideas básicas de la economía política y
averiguar si corresponden a la realidad".
- 100 ideas: Este
libro recoge artículos periodísticos sobre una gran variedad de temas,
tan diversos que el autor ha decidido ordenarlos, sin más
complicaciones, por orden alfabético: son 100 textos (101 en realidad),
100 ideas expuestas con su lucidez habitual y buen humor.
- Materialismo y ciencia: ¿Qué
es el materialismo? ¿Qué es la materia? ¿Qué relación hay entre
materialismo y ciencia? Este libro de Mario Bunge pone al día la
filosofía materialista. "Nueva edición de un gran libro agotado" (José
Pardina, director de Muy Interesante). Una reivindicación del
materialismo y la ciencia.
- Ciencia, técnica y desarrollo: ¿Qué
lugar ocupan la ciencia y la técnica en el desarrollo de las
sociedades? Edición revisada y con nuevo prólogo del autor. "La
editorial Laetoli está pasando pulcramente a limpio en su Biblioteca
Bunge" los libros del autor de Ciencia, técnica y desarrollo (Arcadi
Espada, El Mundo).
- Elogio del cientificismo: Este
libro es una recopilación de ensayos de autores que decididamente están
del lado de la ciencia. En torno a un escrito de Mario Bunge titulado
Elogio del cientificismo, el filósofo Gabriel Andrade ha recopilado un
conjunto de textos de autores de diversos países sobre este tema.
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Las iluminaciones de Mario Bunge y la medicina
*Por Dr. Daniel Flichtentrei
Mario Bunge es una de las figuras más relevantes del pensamiento del
último siglo, un sabio que evoca a los grandes hombres del Renacimiento.
Sus intereses polifacéticos y su metodología sistemática hacen de su
obra un hito imprescindible para quien valore la cientificidad y
considere a la razón como el logro más alto de la humanidad. La medicina
no podía quedar excluida de su iluminadora reflexión.
El ejercicio de la medicina es múltiple y complejo. Como toda acción
humana, su práctica no es autónoma sino que está emparentada con campos
muy diversos del conocimiento, desde la economía y la política, hasta la
ciencia y la filosofía. La perspectiva amplia y lúcida de Mario Bunge
le ha dedicado numerosos artículos y un libro completo: Filosofía para
médicos, Gedisa 2012. Los médicos tenemos mucho que aprender respecto de
los supuestos básicos que fundan nuestra profesión y de los que, en
general, no tenemos consciencia.
La obra de Bunge se inscribe en la perspectiva del materialismo
sistémico emergentista, lo que aporta al abordaje de la salud y la
enfermedad un marco teórico único por su amplitud y cientificidad. La
consideración de los seres humanos como ocupando diversos niveles de
organización: desde lo molecular a lo social es un punto de partida
ineludible para una práctica que se ocupa de todos esos niveles.
Bunge propone dos tesis de interés para los médicos
: “que la
investigación biomédica exige filosofía, y que el ejercicio de la
medicina se vuelve rutina tediosa sin una perspectiva filosófica”.
Cualquiera sea el objeto que se estudia o se manipula es necesario
ubicarlo en el sistema de sistemas que es el universo material; y al
mismo tiempo ubicar a la disciplina que se practica en el sistema de las
ideas contrastables. Hay que practicar el realismo que nos previene del
riesgo del apriorismo y el sistemismo que nos resguarda de la
fragmentación del conocimiento en parcelas imbuidas de una falsa –y muy
peligrosa- sensación de autosuficiencia.
Afirma Mario Bunge que un médico aplica la filosofía aunque no lo
sepa y lo sintetiza de un modo claro y contundente (ver cuadro).
Acciones |
Filosofía |
El paciente es un ser humano |
Realismo ontológico |
Busca ayuda que estoy dispuesto a darle. |
Humanismo |
Pregunta ¿qué le pasa? |
Realismo gnoseológico |
Verá qué puede hacer |
Optimismo praxiológico |
Pondrá en duda todo. |
Escepticismo metodológico |
Buscará signos a partir de los síntomas. |
Materialismo |
No hay órgano aislado ni paciente en un vacío social |
Sistemismo |
Formula conjeturas e hipótesis y prescribe tratamientos basados en pruebas |
Cientificismo |
Rechaza |
Visiones mágico religiosas, intuicionismo dogmático, empirismo ciego, escepticismo destructivo |
“Conocer antes que actuar” |
Praxiología científica |
Bunge no solo hace explícitas las bases filosóficas del ejercicio de
la medicina sino que nos alerta acerca de los riesgos de una práctica
ciega a sus propios fundamentos.
“La medicina debe protegerse de las políticas delictivas y de las filosofías morbosas”
- Espiritualista: homeopatía, un remedio es tanto más eficaz cuanto menos materia tenga.
- Anti-realista: las enfermedades no son
trastornos biológicos sino construcciones sociales y la medicina
científica es una invención de la industria farmacéutica.
- Anti-humanista: los médicos que experimentaron con prisioneros, o los que se oponen a la sanidad pública
|
La medicina no es una ciencia sino una práctica con fundamento
científico, su objeto no es el conocimiento en sí, sino el padecimiento
de las personas. No busca verdades, pero es científica porque emplea
algunas de esas verdades para diseñar y evaluar sus intervenciones.
A lo largo de su obra Bunge deja muy en claro cuál es el propósito
básico del trabajo médico así como contempla la enorme diversidad de los
dos fenómenos básicos de los que se ocupa: la salud y la enfermedad.
Reconocer la complejidad del objeto de estudio y su naturaleza
multiestratificada es una actitud científica. Es en la propia definición
de lo humano como ocupando estratos muy diversos donde el pensamiento
de Bunge alerta al profesional acerca del peligro del reduccionismo
ingenuo en cualquiera de sus formas. Por el contrario, nos ofrece una
perspectiva sistémica donde la salud y la enfermedad son consideradas
como propiedades emergentes cuyas características no pueden reducirse a
las de sus componentes individuales.
Ninguna explicación biológica, por minuciosa que sea, puede dar
cuenta de las complejidades del fenómeno de la enfermedad. Los
determinantes sociales configuran tanto sus modos de presentación como
su incidencia, prevalencia y las posibilidades reales de acceder a la
asistencia o de sostener un tratamiento adecuado. Reconocer estas
dimensiones forma parte del abordaje “científico” de la medicina
contradiciendo la absurda idea que sostiene que la ciencia las ignora,
las desconoce o las minimiza.
Un médico encuentra en la obra de Bunge las herramientas
imprescindibles para abordar el conocimiento sin caer en las trampas de
la manipulación.
“Correlación o causalidad: Ningún ensayo experimental, por riguroso que sea, puede probar que una correlación estadística fuerte, como la que existe entre el amanecer y el canto del gallo, prueba que haya una relación causal. Podemos afirmar que hay causalidad si y sólo si, además de obtener «positivos verdaderos », logramos probar la existencia de un mecanismo de acción” |
Tal vez la más importante contribución de Bunge a la medicina es su
propuesta de adoptar una perspectiva realista, materialista, sistémica y
emergentista. La
medicina sistémica prefiere síndromes
a síntomas aislados, relaciona la parte afectada con el resto del
cuerpo, ubica el cuerpo en su medio ambiente y tiene en cuenta todos los
niveles de organización pertinentes, desde el físico hasta el social.
Los principios de este marco teórico médico son los siguientes.
Principios de la Medicina Sistémica |
1. El ser humano es un sistema de subsistemas,
los que comprenden desde moléculas como agua y genes a otros que, como
el cardiovascular, el nervioso y el inmune difuso, llegan a todas las
partes del cuerpo. Moraleja médica: todo examen médico completo abarca
al cuerpo íntegro y su entorno social. |
2. Todos los subsistemas del cuerpo humano están
conectados entre sí, ya directamente (por tejidos), ya indirectamente
(por sangre y hormonas), e interactúan entre sí. Moraleja médica: todo
tratamiento, por local que sea, tiene efectos distales, algunos de los
cuales son adversos, por lo cual nunca habrá terapias perfectas. |
3. Toda enfermedad es una disfunción de uno o
más órganos, y toda enfermedad crónica es concomitante con otros
trastornos (comorbilidades). Moraleja médica: Todo tratamiento médico
debe proponerse la recuperación de las funciones normales de las partes
afectadas, así como evitar efectos adversos en las demás. |
4. La salud mental es la del cerebro y por
consiguiente es parte de la salud total. Moraleja médica: no se
descuiden los posibles efectos mentales (p. ej. ansiedad y depresión) de
males crónicos y tratamientos drásticos. |
5. La salud individual y la condición social se
entrelazan, y la pobreza tiende a aumentar la morbilidad. Moraleja
médica: la búsqueda del bienestar individual incluye el control del
entorno, en particular factores como la contaminación ambiental, el
hacinamiento, y la salubridad y seguridad del trabajo. |
6. Dada la complejidad del ser humano y su
entorno social, el médico debe evitar el pensamiento sectorial, que
separa y aísla componentes que de hecho están vinculados, y que tiende a
«anclarse » en las primeras impresiones, informaciones y conjeturas". |
Mario Bunge, Filosofía para médicos (GEDISA)
La estructura de múltiples niveles propia de todo lo humano debe
advertirnos que las explicaciones válidas en un nivel pueden no ser
apropiadas en otro, incluso pueden resultar contradictorias entre sí.
Articularlas en cada caso individual forma parte de la auténtica tarea
del médico. Nadie como el maestro Mario Bunge ha sacado a luz, con su
lenguaje claro y su permanente deseo de ser comprendido, algo que cada
médico intuye pero que pocos somos capaces de poner en palabras.
Una medicina sistémica resuelve el conflicto histórico y las
triviales polémicas entre una medicina que define su objeto de estudio
de manera naturalista o normativa. Son las relaciones entre sus
múltiples componentes y determinantes lo que producen la emergencia. Es
este marco teórico el que, por su propia definición, refuta la idea de
que la medicina no se ocupa de la subjetividad de las personas. Esa
afirmación es rotundamente falsa y solo puede esgrimirse como argumento
cuando se desprecia o se desconoce a la ciencia como forma superior de
acceder al conocimiento. Existe una creencia, bastante arraigada -que
Bunge critica en toda su obra- acerca de que el padecimiento de las
personas, sus historias de vida y sus circunstancias solo pueden
abordarse desde perspectivas que la ciencia es incapaz de contemplar.
Nada más alejado de la realidad. Es necesario tener una idea muy ingenua
sobre lo que son la ciencia y la medicina para sostener semejante
afirmación.
Incluso los aspectos subjetivos de la existencia merecen ser
abordados mediante estrategias objetivas. Es éste, precisamente, el
aspecto más humano de la medicina, que no abordan ni la biología ni la
veterinaria. Una actitud responsable y prudente de cualquier forma de
asistencia ante una enfermedad exige saberes que solo obtiene la
investigación científica desinteresada. También es cierto que la
psicología y la medicina se ocupan de “sujetos”, pero no los tratan
subjetivamente sino objetivamente, es decir, como a objetos que existen
fuera de la conciencia del psicólogo. Lo demás es, ya dogma infundado,
ya improvisación a costillas del enfermo.
Su obra es una incansable lucha contra los desvíos (y los desvaríos)
de imposturas intelectuales que han ganado posiciones de privilegio en
gran parte del mundo académico
El método científico ofrece los resguardos que ninguna otra forma de
encarar un problema puede ofrecer: conciencia de sus límites y pruebas
que demuestren lo que se afirma. Este es el principio orientador que
Bunge propone a los médicos. Su obra es una incansable lucha contra los
desvíos (y los desvaríos) de imposturas intelectuales que han ganado
posiciones de privilegio en gran parte del mundo académico: el nihilismo
médico y el constructivismo radical posmoderno que niega la existencia
misma de la enfermedad y la consideran una mera construcción social. La
facilidad con la que estas ideas han obtenido consenso puede atribuirse a
que –como afirma Bunge- es más fácil criticar a la ciencia que
estudiarla.
No es verdad que la medicina niegue la complejidad. Por el contrario,
es precisamente la investigación epidemiológica la que la ha puesto de
manifiesto mediante metodologías rigurosas. Las teorías acerca de lo que
son la salud, la enfermedad y las terapias no nacen por generación
espontánea a partir de una simple colección de datos empíricos aislados.
Son el producto de un riguroso trabajo intelectual que establece
relaciones entre ellos y busca datos que corroboren o refuten sus
hipótesis, desde el origen de una enfermedad hasta los mecanismos que
explican el éxito de algunas terapias y el fracaso de otras. La salud es
demasiado valiosa para entregarla a charlatanes o mercachifles. Mario
Bunge ha ocupado gran parte de su vida y de su extensa obra para
contrarrestar las imposturas que tanto daño le han hecho y continúan
haciendo a la medicina.
Al sistemismo y al realismo hay que agregarles el cientificismo, la
regla filosófica según la cual, toda exploración debiera conducirse a la
luz del método científico ya que es el único que nos protege del
dogmatismo. Dice Bunge:
“el médico que se aferre a una posición
dogmática se quedará atrás y constituirá un peligro para la salud
pública. Para ayudar a vivir hace falta una filosofía viva, que se
renueve a medida que progresen todas las ramas del conocimiento”.
La Medicina Basada en Pruebas tiene un límite y un peligro
epistémico: se expone a conformarse con datos y generalizaciones
empíricas, mientras que la buena ciencia también involucra hipótesis y
teorías
La monumental obra de Bunge se ha ocupado en profundidad de los
fundamentos del conocimiento científico. Ha indagado en el marco que
sustenta a la Medicina Basada en Pruebas vigente en nuestros días. Su
posición acerca de esta forma de valorar la información es
imprescindible para quien se anime al pensamiento crítico sobre su
propia tarea. Su idea central es que la Medicina Basada en Pruebas (
Evidence Based Medicine)
tiene un límite y un peligro epistémico: se expone a conformarse con
datos y generalizaciones empíricas, mientras que la buena ciencia
también involucra hipótesis y teorías más o menos profundas. Es decir
conjeturas que no sólo se ajustan a los datos empíricos pertinentes,
sino que también dicen algo sobre los mecanismos de acción que los
generan (causalidad). Es necesario superar las hipótesis meramente
descriptivas para formular otras de tipo mecanísmico. No alcanza con
describir el efecto de una intervención, es necesario explicar a qué se
debe, su mecanismo de acción. A su juicio en la medicina contemporánea
sobran datos pero faltan teorías. Una idea valiente que pocos se han
animado a expresar y a fundamentar.
Excede al propósito de este breve trabajo mencionar cada una de las
áreas de la medicina que nos ha iluminado Mario Bunge con su pensamiento
riguroso y su vocación de claridad conceptual. Cualquier persona
interesada en el tema encontrará en su obra un espacio del que sus ideas
saldrán enriquecidas y su práctica profesional transformada. Bunge es
un personaje admirable en muchos sentidos: desde su deslumbrante
inteligencia hasta su coraje cívico, desde su generosidad de maestro
hasta su nobleza como hombre de su tiempo. Pocos contemporáneos merecen
un homenaje tanto como él. Celebrar su obra y su incansable voluntad en
defensa de la razón por sobre el oscurantismo y de la honestidad por
sobre la manipulación y la ignorancia. También los médicos tenemos hacia
él una enorme admiración y un permanente agradecimiento. La medicina
encuentra en la obra de Mario Bunge, no solo respuestas a preguntas que
se hace a diario, sino algo mucho más trascendente, el estímulo para
plantearse las imprescindibles preguntas que no se ha formulado jamás.