miércoles, 31 de enero de 2018

Cecilia Roth revela que sufrió un abuso sexual: "A mí me violaron en Madrid"

"Era un periodista español (...) Esta situación estaba muy borrada en mi vida", ha contado


Cecilia Roth
JON BARANDICA
La actriz argentina Cecilia Roth ha confesado que sufrió una violación en Madrid. "No fue en el ámbito laboral (...) Me costó darme cuenta y es la primera vez que lo cuento (...) Fue claramente una violación, cuando una dice 'no' es 'no', explicó la artista en una entrevista audiovisual con 'La Nación'. 
Preguntada sobre si había sufrido acoso en su profesión, Roth ha detallado su mala experiencia personal: "A mí me violaron en Madrid. Fue una situación que me costó darme cuenta de que era una violación porque era una persona conocida mía. Era un periodista español (...) Esta situación estaba muy borrada en mi vida", en sus propias palabras.

El relato de los hechos

La intérprete ha narrado cómo sucedieron los hechos. "Esta situación estaba muy borrada en mi vida. Me había dejado mi novio, estaba fatal, él era más amigo de mi novio que mío. Me dijo 'Vení, charlemos'. Después, fuimos a su casa. (…) Terminé haciendo lo que no quería hacer, definitivamente", lamenta.
Roth, que no había contado lo sucedido porque lo tenía "guardado", se abrió por primera vez en terapia. "Nunca más en mi vida me volvió a llamar. Él sabía lo que estaba haciendo. Me di cuenta en el momento".
LOS AMIGOS DE SU HERMANO,ARIEL ROTH HAN DICHO SIEMPRE QUE EL VIOLADOR FUE JUAN LUIS CEBRIAN

martes, 30 de enero de 2018

MENGELE NO ESTA MUERTO...CADA ALEMAN LLEVA UN MONSTRUO DENTRO?

Científicos alemanes hicieron pruebas en humanos sobre los efectos del diésel

  • Según la prensa alemana a petición de una organización formada por Volkswagen, Daimler y BMW científicos hicieron pruebas de inhalación de dióxido de nitrógeno en personas sanas.
Científicos alemanes hicieron pruebas en humanos sobre los efectos del diéselCientíficos alemanes hicieron pruebas en humanos sobre los efectos del diésel
Científicos alemanes hicieron pruebas en humanos sobre los efectos del diésel
Científicos alemanes realizaron pruebas en humanos sobre los efectos de las emisiones de gases del diésel a petición de fabricantes de automóviles, según han informado los periódicos locales Stuttgarter y Süddeutsche, que siguen las revelaciones de un experimento donde monos inhalaron los humos de un Volkswagen Beetle diésel en 2014.
Las pruebas fueron solicitadas por el Grupo Europeo de Investigación sobre Medioambiente y Salud en el Sector del Transporte (EUGT, de sus siglas en inglés), una organización ya desaparecida fundada por Volkswagen, Daimler y BMW.
Según relatan estos medios, que han asegurado haber visto documentos sobre dichas investigaciones, la asociación solicitó un estudio sobre la inhalación de dióxido de nitrógeno a corto plazo por personas sanas.
Tal como recoge dpa, un instituto del Hospital Universitario de Aachen examinó después a 25 personas tras haber inhalado cantidades variables de dióxido de nitrógeno durante varias horas, pero aparentemente no encontró "reacción al gas inhalado".
En 2015, se descubrió que Volkswagen había manipulado las lecturas de dióxido de nitrógeno en sus automóviles durante años en Estados Unidos, para que los vehículos pudieran aprobar las regulaciones sobre emisiones de diésel.
Por su parte, Daimler, responsable de marcas de automóviles como Mercedes-Benz y Smart, este domingo expresó que quería "distanciarse expresamente" del estudio sobre humanos y de EUGT.
"Estamos conmocionados por el alcance de estos estudios y la forma en la que se llevaron a cabo", dijo Daimler en un comunicado citado por el periódico Süeddeutsche.
Además, la compañía añadió que condenaba "firmemente" las pruebas, y que no tenía voz en ellas, además de afirmar que los pasos de EUGT iban en contra de los "valores y principios éticos" de Daimler.

Pruebas en monos

La semana pasada, 'The New York Times' informó sobre un centro de investigación estadounidense donde diez monos fueron encerrados en un contenedor hermético, viendo dibujos animados para distraerlos, mientras inhalaban los vapores de un vehículo Volkswagen.
Respecto a esto, tanto Volkswagen como Daimler emitieron respuestas a su complicidad en las pruebas con monos.
"Estamos convencidos de que los métodos científicos elegidos en ese momento estaban equivocados", ha señalado Volkswagen en un comunicado, añadiendo que "habría sido mejor renunciar a tal prueba desde el principio".
Por su parte, Daimler se disculpó diciendo que había iniciado una investigación sobre el incidente y que consideraba que la prueba era "superflua y repulsiva".

EL NATIONAL GEOGRAPHIC ACABA DE TERMINAR UNA SERIE DE 5 CAPITULOS DE COMO  EXPERIMENTABAN LOS ALEMANES Y LAS MULTINACIONALES COMO BAYER CON MONOS Y HUMANOS,ANTES ,DURANTE Y LO GRAVISIMO ,DESPUES DE HITLER CON HUMANOS COMO TU,ESTIMADO LECTOR.
ES VERDAD QUE TAMBIEN LO HICIERON LOS JAPOS Y LOS YANQUIS.
AHORA MISMO NOS GASEAN CON GLIFOSFATO,EL INSECTICIDA DE MONSANTO--SOCIO DE BAYER,CLARO--QUE PROVOCA DEFORMACIONES EN NIÑOS EN BRASIL,ARGENTINA,URUGUAY,PARAGUAY,BOLIVIA Y PERU.
SEGURAMENTE EN AFRICA Y ASIA Y EN EL SUR DE EUROPA.
LOS QUE FIRMAN SE CREEN INMUNES?
ESCUPIR AL CIELO DECIAMOS EN ARGENTINA

lunes, 29 de enero de 2018

ESTA MILITANTE DEL PP DICE QUE LOS HOMOSEXUALES ESTÁN LOCOS,¿SI RAJOY ES GAY? NOS GOBIERNA UN LOCO DE SU PARTIDO

Pulgas

Podría pensarse que la elección de María Elósegui para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos es un desafío

María Elósegui, la nueva representante española en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.  EFE
El Partido Popular está en un mal momento y los mensajes de sus portavoces, las actitudes de su dirección, no hacen otra cosa que agravar su situación. Mientras las declaraciones de algunos antiguos dirigentes estallan como bombas incendiarias en los juicios por corrupción que le implican, se acumulan los errores, la pasividad y las decisiones incomprensibles. No es fácil entender que García Albiol no dimitiera después de su catástrofe electoral. Ni que en el CNI nadie asuma responsabilidades por las urnas que no iban a aparecer y florecieron el 1 de octubre. Ni que el ministro Zoido haya sido incapaz de rectificar tras las desastrosas consecuencias de las cargas policiales que ordenó aquel día y el frente simultáneo que abrieron las quejas de los agentes desplazados a Cataluña. Que al perro flaco todo se le vuelven pulgas es tan cierto que el silencio habría sido preferible a las disculpas del director general de Tráfico, pero lo que me resulta verdaderamente incomprensible es que, con el gravísimo problema de la investidura catalana, con el único candidato viviendo en Bruselas, con el candidato alternativo en la cárcel, el Gobierno de España pueda meter la pata en algo tan sencillo en apariencia como la elección de la representante española en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La juez María Elósegui no era una desconocida. No ha defendido que la homosexualidad es una patología que debe someterse a tratamiento psicológico y psiquiátrico mientras tomaba copas con sus amigos. Ha desarrollado esta opinión en diversos libros y artículos que figuran en su currículum. Podría pensarse que su nombramiento es un desafío, pero me temo que a nadie se le ha ocurrido leérselos, y eso me parece todavía peor.

ES MAS BARATO PERO.....

El consumo de aceite de girasol o de pescado daña el hígado en ratas

  • .

<p>El aceite de girasol indujo fibrosis, alteraciones ultraestructurales, bloqueo a nivel de expresión génica y un alto grado de oxidación. / <a href="https://pixabay.com/es/petr%C3%B3leo-aceite-de-girasol-2759779/" target="_blank">Pixabay</a></p>
El aceite de girasol indujo fibrosis, alteraciones ultraestructurales, bloqueo a nivel de expresión génica y un alto grado de oxidación. / Pixabay
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han liderado un estudio que demuestra cómo un consumo a lo largo del tiempo de aceite de girasol o de pescado afecta de forma negativa al hígado y provoca una serie de alteraciones que pueden desencadenar en esteatohepatitis no alcohólica(EHNA).
La EHNA es una enfermedad hepática muy relevante porque puede ser la antesala de procesos como cirrosis hepática o cáncer de hígado, y se trata de una inflamación grasa del hígado no causada por hábito alcohólico. Su prevalencia en la población general aumenta con la edad: afecta a un 1-3% en niños, 5% en adolescentes, 18% entre 20 y 40 años, 39% entre 40 y 50 años y más del 40% en los mayores de 70.

Para ello, los científicos realizaron a los animales una serie de análisis muy completos, que abarcaron estudios de anatomía patológica, análisis ultraestructural mediante microscopía electrónica, técnicas muy sofisticadas de bioenergética, determinación de la longitud de los telómeros, estrés oxidativo y sobre todo un estudio del genoma hepático completo de las ratas para ver cómo ha evolucionado con la alimentación.
En este trabajo, publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry, se analiza en ratas cómo afecta sobre la salud del hígado la alimentación con un tipo de grasa u otra de forma mayoritaria a lo largo de toda la vida.
Como explica José Luis Quiles Morales, autor principal y catedrático de Fisiología de la UGR, “a medida que se envejece la grasa se va acumulado en el hígado, pero lo más llamativo es que el tipo de grasa que se acumula es diferente según la alimentación. Esto hace que, a pesar de ese acúmulo, unos hígados lleguen a la vejez más sanos que otros y con una mayor o menor predisposición a sufrir ciertas patologías”.
Mejor el aceite de oliva
De las tres grasas de la dieta estudiadas (aceite de oliva virgen, de girasol y de pescado), la que mejor preservó el hígado a lo largo de la vida fue el aceite de oliva virgen. El aceite de girasol indujo fibrosis, alteraciones ultraestructurales, bloqueo a nivel de expresión génica y un alto grado de oxidación.
Por su parte, el aceite de pescado, además de intensificar la oxidación asociada al envejecimiento, redujo la actividad de la cadena de transporte electrónico mitocondrial y alteró la longitud relativa de los telómeros (extremos de los cromosomas cuyo acortamiento puede llevar al envejecimiento de nuestras células y su alargamiento, al cáncer).
El-consumo-de-aceite-de-girasol-o-de-pescado-afecta-negativamente-al-higado_image_380
Algunos de los investigadores implicados en el estudio. A la izquierda, José Luis Quiles, y a la derecha, Alfonso Varela. / UGR
Quiles señala que, a la luz de los resultados, “el aceite de oliva virgen es la opción más saludable, algo ya constatado en relación a diversos aspectos de la salud”. Pero lo realmente novedoso “ha sido demostrar a través de qué mecanismos ejerce el aceite de oliva virgen dichos efectos beneficiosos y el por qué del peligro de abusar de otras fuentes grasas. Pensamos que el estudio puede ser de gran utilidad de cara a prevenir o en el tratamiento de diversas patologías hepáticas”, concluye.
En este trabajo han participado también expertos del Complejo Hospitalario de Jaén, la Università Politecnica delle Marche (Ancona, Italia), el Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO) y el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.

domingo, 28 de enero de 2018

MARIA NO ES INOCUA...PUEDE MORDER

El consumo excesivo de marihuana crea dificultades con la memoria, la concentración e interfiere en el aprendizaje. Foto: Diario Información
Una joven canadiense de pelo rubio descuidado y ojos azules marchitos recorre de una punta a la otra un céntrico boulevard de Ottawa, la capital de uno de los países más ricos del mundo, pidiendo dólares para consumir marihuana; en Montevideo, Uruguay, un muchacho de unos 25 años, medio alocado, se propone como cuidador de autos por unos míseros centavos para comprarse un porro; en las capitales  centroamericanas niños de 8 o 9 años asedian a conductores en los semáforos echando fuego por la boca como artistas circenses o simplemente extendiendo su mano para pedir limosnas en nombre de sus padres, quienes escondidos a escasos metros aguardan por el «premio» para adquirir droga y comida.
En Brasilia era diciembre, el centro político de la ciudad estaba prácticamente tomado por efectivos de seguridad y la prensa internacional, llegaba un nuevo presidente y al día siguiente tomaba posesión de su cargo. A pocos metros de la Cancillería, que sería uno de los escenarios de la celebración, un taxista alertaba no bajar las ventanillas para tomar fotos porque las pandillas de adolescentes «marihuaneros» salían de cualquier parte para asaltar a los turistas.
Son historias personales. Nadie me las contó ni las exageró. Además, no son hechos aislados en el mundo de hoy ni en los países donde los pude constatar.
Felipe conoció a su esposa española a través de un amigo que renta su apartamento en La Habana; se fue a vivir a Barcelona dejando atrás a su pequeña hija de ocho años y a sus padres. En su nuevo país comenzó a consumir marihuana sintética, cigarros de ese estupefaciente, o lo que apareciera. Tiempo después, de visita en Cuba y una semana antes de emprender el regreso, fue detenido en posesión de pequeñas cantidades de ese narcótico, que obtuvo a través de un traficante. El viaje terminó en la prisión, provocando además el sufrimiento y el trauma de su hija y de sus seres queridos.
Médicos internacionalistas cubanos cuentan y lloran historias de niños que, en Paraguay, Brasil, Bolivia u otras naciones sudamericanas, desde muy pequeños son apagados por la marihuana con distintos síntomas o quienes, al no conseguir la droga, inhalaron diluyentes, gasolina o trinina, murieron en sus brazos.
Un sicólogo uruguayo que brinda servicios terapéuticos a comunidades marginales en Tijuana, en la frontera de México con EE. UU., reveló en su investigación doctoral defendida en la Universidad de La Habana, cómo sus pacientes, aprovechándose de la legalización de la marihuana en estados fronterizos estadounidenses, cruzan la frontera para que les receten marihuana para el estrés y de esa manera mantienen la adicción y siguen deteriorándose física y mentalmente.
Comentaba que lejos de neutralizar padecimientos o traer beneficios, la legalización de esa droga en esos territorios había difundido más el consumo y multiplicado los problemas de salud.
Así lo revelaba también una investigación del Instituto de Altos Estudios de Seguridad y Justicia y del Observatorio Francés de Drogas y Toxicomanía (OFDT), que analizó el impacto de la legalización de esa droga en estados norteamericanos y Uruguay, publicado en octubre pasado.
Revela el estudio que «la legalización de la venta de marihuana a través de locales habilitados aumentó todos los indicadores de consumo a nivel nacional en Uruguay, además de no tener mayores efectos sobre el mercado negro».
Mientras que en EE. UU., la legalización contribuyó a aumentar el consumo de esta droga, sobre todo entre los usuarios ocasionales y regulares de más de 25 años.
A su vez, el relevamiento subraya «un alza importante de casos de hospitalización vinculados a presuntas intoxicaciones por cannabis en los dos estados estadounidenses».
Desde 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a la conclusión de que el uso de cannabis (marihuana, hachís y aceite de hachís) era peligroso desde todos los puntos de vista: físico, mental o social. Más recientemente se les sumaron los denominados cannabinóines sintéticos (marihuana sintética o de laboratorio)  aún más perjudiciales.
Expertos señalan que los síntomas de la intoxicación por esta droga aparecen lentos y duran más. Puede desencadenar enfermedades mentales muy graves. Su efecto más frecuente y socialmente más costoso es el llamado síndrome afectivo o amotivacional, expresado por una notable falta de interés ante todo, similar a la que se ve en formas severas de esquizofrenia.
Altera el pensamiento, crea dificultades con la memoria, la concentración e interfiere en el aprendizaje. También retarda los tiempos  de reacción ante estímulos visuales y auditivos, altera la percepción del tiempo y hace torpe la coordinación.
Produce bronquitis y cáncer de pulmón, en proporción muchas veces mayor que la determinada por el tabaco. Asimismo, se han comprobado afecciones de la vida sexual y capacidades reproductivas, no solo por el desinterés que provoca, sino también por la reducción del nivel hormonal y movilidad de los espermatozoides. Tiene consecuencias catastróficas en madres adictas, como las malformaciones corporales en el bebé y la prematuridad.
Causa falta de coordinación y equilibrio, taquicardia, inyección conjuntival, resequedad en la boca y garganta y somnolencia. Puede ocasionar la muerte por trastornos del ritmo cardiaco.
La marihuana es una droga de iniciación entre los jóvenes, que hace función de trampolín hacia el abismo de otras sustancias aún más peligrosas.
En Europa, desde la década de los 70 del pasado siglo, se conoce de la existencia de un ciclo de consumo que empieza por la marihuana, luego se pasan indistintamente para otras más nefastas como el LSD, la heroína o la morfina. El final no es feliz con ninguna de ellas, apagan o matan.
CINCO DATOS SOBRE LA MARIHUANA:
1. La marihuana, cuyas propiedades fueron inicialmente consideradas poco peligrosas y con utilidad terapéutica, posee efectos reconocidos como catastróficos.
2. Es una droga dura que se incluye junto al alcohol y otras, entre las primeras sustancias sicoactivas capaces de transformar notablemente el comportamiento humano.
3. Quienes proponen la legalización deben valorar la repercusión en el hogar, laboral y comunitaria de los efectos cerebrales  de esta droga, al bloquear el cerebro racional y liberar las estructuras y funciones más primitivas.
4. Hay suficientes informaciones científicas actualizadas sobre el desencadenamiento de esquizofrenia, deterioro cognitivo, acción cancerígena y violencia sorpresiva a causa del consumo de marihuana.
5. El consumo de marihuana antes de los 18 años reduce hasta en diez unidades el 
coeficiente intelectual, y eso es irreversible.

Fuente: Entrevista de la periodista Lisandra Fariñas al doctor Ricardo A. González Menéndez, consultante del servicio de atención integral a las adicciones del Hospital Psiquiátrico de La Habana y presidente de la Comisión Nacional de Ética Médica.

LA FEROZ AUTOEXPLOTACION


Querido Tom (The show must go on)

La sociedad del rendimiento, la explotación de uno mismo y el imperativo de matar la señal16
Autor: Daniel Flichtentrei 
"La violencia de la positividad no es privativa, sino saturativa; no es exclusiva, sino exhaustiva. Por ello, es inaccesible a una percepción inmediata". Byung-Chul Han
El genial músico Tom Petty falleció hace pocos meses en su casa de Malibú a los 66 años de edad. Los resultados de los exámenes post-mortem realizados por la oficina forense de Los Ángeles atribuyeron su muerte a una "falla orgánica multisistémica" tras ingerir una mezcla tóxica de múltiples medicamentos analgésicos, entre ellos fentanilo y oxicodona. Tom padecía de dolor crónico en muchas localizaciones y de lesiones en su cadera que finalizaron en una fractura. El dolor era insoportable. Sus numerosos compromisos -con más de 50 shows contratados- le hicieron tomar la decisión de ignorar el síntoma silenciándolo con fármacos que le permitieran continuar con su trabajo. Todos los que amamos su música sentimos el dolor de la pérdida. Ahora también sentimos la obligación de reflexionar acerca de otros “dolores” que nos involucran como sociedad.
Lo que la epidemia de opioides ocultaEn los EE.UU. se señala desde hace varios años que existe una grave “epidemia de opioides” que se cobra alrededor de 50.000 vidas al año y muchos más que sobreviven con adicciones pagando un precio dramático en sus existencias personales. Los casos de sobredosis se incrementaron en un 28% solo durante el año 2016. Los presupuestos de salud se resienten, la medicina no logra encontrar soluciones que prevengan esta catástrofe; ¿por qué?
Una “epidemia de opioides” es una forma elíptica de mencionar la consecuencia para ocultar su causa: la verdadera epidemia no es opioides sino de dolor. El consumo descontrolado de analgésicos es la irresponsable respuesta para mitigarlo y la adicción un efecto secundario del abordaje irreflexivo de un síntoma ignorando sus motivos. Dos nuevos problemas amenazan el bienestar y la salud de las personas en el mundo de hoy: el dolor y el cansancio o fatiga. La medicina los enfrenta con sus limitados recursos y con una actitud que se ha convertido en un grupo de reglas o principios de acción naturalizados como sentido común sin que nadie se anime a cuestionarlos:
  1. Las personas no deben sufrir.
     
  2. Cualquier esfuerzo está justificado para mantener a las personas activas y productivas.
     
  3. Un síntoma para el que no se encuentra daño que lo justifique no existe como enfermedad.
     
  4. La medicina se ocupa de las causas próximas, no de las causas raíz que escapan a su estrecho campo de visión.
Matar la señal
El dolor –como otras señales- aparece evolutivamente para indicar alarma por daño inminente y/o daño consumado. Es una parte fundamental de la compleja respuesta de protección orgánica. Su mecanismo consiste en estimular la conciencia con el mensaje perceptivo que se proyecta sobre la zona amenazada o dañada. Su función es la de modificar la conducta mediante un estímulo inhibitorio. Al igual que la fatiga, el dolor pide reposo, suspensión de la actividad que es interpretada como peligrosa en el contexto en el que ocurre. Atención a las señales del cuerpo y suspensión de la actividad para dar lugar a la reparación y prevenir un riesgo mayor, dos cosas que la cultura en la que vivimos no se permite.
Para la medicina la fisiopatología va del síntoma al daño, la mera existencia de síntomas sin evidencias de daño produce una disonancia cognitiva. Sin embargo, esta situación es hoy uno de los trastornos más frecuentes. La aparente paradoja de señales sin emisor, desorienta al clínico ya que sus categorías no le permiten clasificar el cuadro. Las denominaciones abundan: síntomas sin explicación médica, trastorno somatomorfo, psicosomático, alteración funcional, etc. Las etiquetas describen más la desorientación que la clínica que los pacientes presentan. El dolor o la fatiga crónica producen enorme padecimiento en cientos de miles de personas a las que la medicina no puede clasificar y, en consecuencia, culpa de su propio padecimiento. Ya hemos publicado en IntraMedacerca de este problema en la encefalomielitis miálgica con síndrome de fatiga crónica.
El caso del dolor crónico sin daño ostensible de órganos o tejidos es también un motivo frecuente de incertidumbre clínica. Si reconocemos la señal pero no encontramos el daño, optamos por alguna de dos intervenciones, ambas erradas y con frecuencia catastróficas.
  1. Negamos la existencia del cuadro.
  2. Matamos la señal (analgésicos, estimulantes, sedantes, etc).
1. La primera condena al enfermo a padecer el síntoma y también la incomprensión, la descalificación de su narrativa y la falta de acompañamiento. Esta situación ha sido abordada por muchos filósofos de la medicina adoptando la denominación de Miranda Fricker de “injusticia epistémica”. En un libro muy recomendable hace afirmaciones que deberían obligar a la reflexión en el ámbito de la medicina.
Una injusticia epistémica se produce cuando se anula la capacidad de un sujeto para transmitir conocimiento y dar sentido a sus experiencias sociales. Fricker analiza y hace visible el error que se comete —y las consecuencias que acarrea— cuando se desacredita el discurso de un sujeto por causas ajenas a su contenido. La autora determina dos tipos de injusticia epistémica: la que se produce cuando un emisor es desacreditado debido a los prejuicios que de él tiene su audiencia —la injusticia testimonial—; y la que se produce ante la incapacidad de un colectivo para comprender la experiencia social de un sujeto debido a una falta de recursos interpretativos, poniéndolo en una situación de desventaja y de credibilidad reducida —la injusticia hermenéutica.
La caracterización de estos dos fenómenos arroja luz sobre infinidad de cuestiones, como el poder social, los prejuicios, la razón o la autoridad de un discurso, y permite revelar los rasgos éticos intrínsecos en nuestras prácticas epistémicas.
2. La segunda opción elimina una señal impidiendo que lo señalado por ella se haga manifiesto y modifique la conducta. El sueño de una humanidad sin dolor es absurdo y peligroso ya que consiste en privarnos de las señales que nos protegen de daños mayores. La especie nos ha dotado de exquisitos mecanismos defensivos que apelan al síntoma para modificar la conducta: náuseas, vómitos, diarrea, tos, asco, aversión, miedo, ansiedad, palatabilidad, etc. Manipularlos desconociendo el mensaje biológico que encierran es una forma enfática de ejercer el desconocimiento de los sutiles sistemas de señalización que facilitan la adaptación al ambiente y nos preservan del colapso vital. Atenuar el sufrimiento no puede consistir en ignorar el peligro que esos síntomas señalan.
La dificultad de comprender nuevas formas de fisiopatología por fuera del modelo secuencial en el que hemos sido educados: del síntoma al daño, es un obstáculo epistemológico que nos impide ayudar a nuestros pacientes. Nos resulta imposible admitir que entre una señal y un órgano hay un nivel intermedio de señalización molecular (inflamatoria, inmunológica, neurológica) que puede presentar alteraciones por sí mismo en ausencia daño tisular. Este nivel disregulatorio ya está siendo mencionado por muchos autores como el profesor Michael Hyland en un profundo artículo teórico que publicamos hace pocos días. A diario se identifican mecanismos capaces de producir clínica por fuera de nuestros esquemas tradicionales. El dolor sin daño al que hacen referencia los Dres. res. Eduardo Stonski y Daniel Weissbord en una entrevista de nuestro sitio. La activación neuro-inmune de la glía en el dolor persistente con inflamación crónica mediada por citoquinas, factores neurotróficos y activación de la inmunidad celular. Estos son solo una pequeña muestra de la cantidad de evidencias que muestran datos que podrían explicar la frecuente "anomalía" clínica que asistimos a diario y frente a la que, o no tenemos respuesta, o aplicamos una estrategia equivocada. La falta de categorías para abordar una nueva realidad nos obliga a "guardar las corbatas en el cajón de las medias", solo porque es el único que tenemos / conocemos.

Los dolores de la sociedad del rendimiento y de la autoexplotación
Vivimos en la sociedad del rendimiento maximizado, somos empresarios de nosotros mismos, nuestros más severos e impiadosos explotadores
Las enfermedades prevalentes siempre han estado vinculadas a los modos de vida de una sociedad en un momento determinado. La epidemiología infecciosa del siglo XIX o la era del cansancio y del dolor del siglo XXI no serían posibles sin sus raíces históricas específicas, sin sus valores, sus creencias y sus modos de exsitir.
Vivimos en la sociedad del rendimiento maximizado, somos empresarios de nosotros mismos, nuestros más severos e impiadosos explotadores. Mientras permanecemos ciegos a esta realidad cultural, nos sentimos ingenuamente libres y dueños de nuestras decisiones. No detener la maquinaria de la que formamos parte –aunque creamos que somos individuos autónomos- ya no es la decisión de un capataz feroz que, látigo en mano, nos obliga a bajar al socavón de la mina o a labrar la tierra de sol a sol. La determinación de explotarnos -superando incluso los límites que impone la fisiología- es ahora aparentemente "nuestra", es una esclavitud voluntaria. Hemos incorporado a nuestro capataz como a un homúnculo interior disfrazado de emprendedor y meritócrata por pura determinación personal. El látigo se ha tornado invisible porque ya no se descarga fuera sino dentro de nosotros mismos.
La forma optimizada de aumentar la productividad en nuestros días requiere pasar desde una sociedad disciplinaria a una de rendimiento. Hemos creado el animal laborans que se explota a sí mismo, voluntariamente y sin coacción externa. Creemos no estar sometidos a nadie porque somos ciegos al sometimiento mayor que consiste en estar sometidos a nosotros mismos. Por primera vez es posible una explotación sin dominación. Nos hemos convencido que los objetivos de la sociedad (producción) conciden con los nuestros (felicidad) y que la forma en que los primeros nos permitirán acceder a los segundos es consumiendo sus productos y buscando un placer o recompensa que se muestra como la flasa puerta a la felicidad personal. No hay tiempo, no puede admitirse la fatiga, todo depende de nosotros. La hiperkinesia cotidiana arrebata a la vida humana cualquier elemento contemplativo, cualquier capacidad para demorarse. En una sociedad atomizada de individuos aislados y eogomaníacos, el dolor y el cansancio deben ser silenciados.
Los médicos necesitamos comprender lo que le pasa a nuestros enfermos. Nos urge crear categorías que los describan e investigar basados en nuevas hipótesis y teorías para buscar las evidencias que las confirmen o las refuten. Ni el ingenuo Big Data, ni el abuso de una tecnología que no podrá responder las preguntas que no sabemos formular. Necesitamos saber lo que ignoramos, explicar y comprender. No solo acumular datos, información e imágenes. Hoy las cosas pierden su significación para someterese al carácter de información. Hay que salir del cómodo vecindario de saberes establecidos para enfrentar la incertidumbre y el desafío de la nueva epidemiología.
"La explotación a la que uno mismo se somete es mucho peor que la externa, ya que se ayuda del sentimiento de libertad. Esta forma de explotación resulta, asimismo, mucho más eficiente y productiva debido a que el individuo decide voluntariamente explotarse a sí mismo hasta la extenuación". Byung-Chul Han
Gran parte de lo que hoy se nos presenta como problemas clíncos son formas desesperadas de organismos que buscan adaptarse a un mundo que ignora sus límites, que los demanda por encima de las posibilidades fisiológicas. Muchos síntomas expresan la brutal discordancia entre las estrategias de afrontamiento sobrepasadas y la ceguera (de pacientes y de médicos) para respetar las señales en lugar de asesinarlas. La medicina no puede contribuir a expandir esta ceguera deliberada. Cada vez que apagamos una queja orgánica desconociendo el contexto biográfico y narrativo, el mundo ultra-demandante más allá de nuestra oficina o la biología desadaptativa que enciende, no solo no resolvemos nada sino que lo empeoramos. Hay una biología identificable que gobierna el esfuerzo adaptativo a cada circunstancia. Y no la conocemos lo suficiente.
No se trata de practicar una disciplina de meras conjeturas exasperadas, ya hay quienes ejercen ese desatino desde hace más de un siglo, sino de comprender la naturaleza sistémica de los fenómenos que observamos. Hay que desterrar la absurda frontera entre mente y cuerpo, lo que existe es dualidad, no dualismo. Hemos dividido arbitraraimente los fenómenos por pura ignorancia o mera obstinación. Nadie puede asistir a los pacientes desconociendo su biología ni hacerlo ignorando su subjetividad. Son dos formas arrogantes de la ignorancia que solo la ciencia está logrando integrar. Es hora de que lo hagamos nosotros también. La medicina no puede contribuir a perpetuar un mundo que maximiza el rendimiento a expensas de nosotros mismos; más bien tiene la obligación ética de desenmascararlo y de resistirlo.

sábado, 27 de enero de 2018

SE VIVE MAS Y MEJOR CON UN TITULO

Efectos sobre la edad de jubilación

Las personas mayores con estudios superiores viven más años con buena salud

  • .
Con el aumento de la esperanza de vida en España, se incrementa el número de personas mayores de 65 años. Sin embargo, existen desigualdades en función del nivel de estudios y el sexo. Un nuevo estudio demuestra que las personas con mayor nivel de estudios viven más y mejores años que las que no tienen estudios. 
.

La esperanza de vida aumenta 20,4 años en los hombres y 24,7 en las mujeres con estudios universitarios. / Pixabay
El incremento de la esperanza de vida ha venido acompañado de un aumento de la población mayor de 65 años, que en España representa casi el 20% del total y que se prevé doblará su tamaño en las próximas décadas.
Mientras los países europeos sopesan medidas para reestructurar sus sistemas de pensiones –habitualmente en forma de aumento de la edad de jubilación–, algunos estudios científicos pretenden incluir nuevos elementos en este debate.
Un trabajo, publicado en la revista Gaceta Sanitaria y liderado por el grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) junto con Centre d'Estudis Demogràfics de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha comprobado que existen desigualdades sociales en la esperanza de vida según el nivel de estudios y el sexo. Las personas de mayor nivel de estudios viven más años, más años en buena salud y menos con un peor estado de salud que las personas de menor nivel de estudios. Esta es la conclusión a la que han llegado tras analizar los datos de la población española mayor de 65 años en 2012. 

Vivir más años no implica vivir mejor
Los resultados revelan que la esperanza de vida de la población española mayor de 65 años aumenta a medida que lo hace su nivel de estudios, pasando de los 18,2 años en los hombres y los 22,4 en las mujeres con estudios primarios a los 20,4 años en los hombres y los 24,7 en las mujeres con estudios universitarios.  
El estudio también ha analizado la calidad de la esperanza de vida de las personas mayores en España y nuevamente ha constatado la existencia de desigualdades sociales. De media, los hombres con estudios superiores viven 4,5 años más con buena salud (12,53 años) que los que cuentan con estudios primarios o inferiores (7,97 años). Una diferencia todavía más amplia en el caso de las mujeres, ya que las que tienen estudios universitarios viven el doble de años con buena salud (13,54 años) que las que tienen estudios primarios o inferiores (6,73 años).  
Por el contrario, la situación se invierte tras analizar los años de vida con mala salud tras la edad actual de jubilación. Si los hombres mayores de 65 años con estudios universitarios viven de media 7,87 años con mala salud, la cifra aumenta a 10,20 años en aquellos con estudios primarios o inferiores.
La situación es más preocupante en el caso de las mujeres, ya que aunque cuentan con una mayor esperanza de vida, esperan vivir más años con mala salud. También en su caso influye el nivel de estudios, ya que las mujeres con estudios superiores viven 11,19 años con mala salud, 4,5 años menos que las mujeres con estudios primarios o inferiores (15,69 años).  
De esta manera, si el aumento de la esperanza de vida ha supuesto una justificación para el retraso en la edad de jubilación, ¿deberían influir estas desigualdades en la mortalidad a la hora de implementar una edad de jubilación diferente según el sexo o el nivel de estudios?
“Estos resultados aportan un conocimiento importante para poder introducir la perspectiva de la equidad en el debate en torno al incremento de la edad de jubilación”, advierten los autores de este estudio. “El retraso de la jubilación puede estar ya generando desigualdades y favoreciendo a las personas de mayor nivel socioeconómico, que disfrutarán de un mayor número de años de vida totales y con buena salud tras su jubilación, suponiendo, por tanto, una presión proporcionalmente mayor al sistema de pensiones que los grupos más desfavorecidos”, concluyen.
Referencia bibliográfica:
Unai Martín et al. "Desigualdades sociales en salud en población mayor: una aportación desde la salud pública al debate sobre el retraso de la edad de jubilación en España". Gaceta Sanitaria 2018 [Avance online]. Disponible en: http://gacetasanitaria.org/es/desigualdades-sociales-salud-poblacion-mayor/avance/S0213911117302753/

viernes, 26 de enero de 2018

LOS QUE NOS CRIAMOS AL BORDE DEL MAR Y EN EL CAMPO NO TENEMOS MIOPÍA...LA VISIÓN A LARGA DISTANCIA GENIOS TONTOS

La causa de que cada vez más personas tengan miopía (y cómo prevenirla)

Se pensaba que tenía relación con las horas de estudio, pero hay algo más important

Las cifras hablan por sí solas: en los últimos 50 años, el número de personas con miopía se ha duplicado en muchos lugares del mundo, como en Estados Unidos y Europa. Pero en otros territorios, en especial en Asia, el incremento es muchísimo más alto.
En China, por ejemplo, hace 60 años la población miope oscilaba entre el 10 y el 20 %. Hoy, en cambio, más del 90 % de los adolescentes y adultos jóvenes los son. Y en Seúl, capital de Corea del Sur, sufre miopía hasta el 96,5 % de hombres de 19 años. Algunas estimaciones apuntan que al final de esta década hasta un tercio de la población, es decir, 2,5 mil millones de personas, sufrirán de este defecto en la visión, a consecuencia del cual el ojo no refracta correctamente la luz, causando la visión borrosa de los objetos lejanos.

"La miopía
 aparece durante la edad escolar y suele empeorar gradualmente hasta que el globo ocular completa su crecimiento. Lo que causa la miopía es el crecimiento excesivo del globo ocular , el cual se vuelve más largo de lo normal. En caso de que el ojo llegue a medir más de 26 mm, o presente más de 6 u 8 dioptrías, entonces se habla de miopía patológica", explica Manuel Díaz, catedrático de Oftalmología por la Universidad de Valencia y presidente de la Sociedad Española de Miopía.Australia tampoco se salva: se calcula que la cifra de miopes pasará de los 4 millones actuales a los 22 millones de afectados en 2050. Para el profesor y optometrista Kovin Naidoo, director de la entidad no gubernamental Brien Holden Vision Institute (BHVI) con sede en Sídney, estos datos evidencian que la miopía se postula como uno de los principales desafíos de la salud publica en el futuro. Algo así como una epidemia de miopía a nivel global.
Esa miopía patológica, añade, "aumenta significativamente el riesgo de sufrir cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina y maculopatía miópica. Cabe recalcar que la miopía grave está entre las tres primeras causas de ceguera permanente en el mundo".

Mientras menos tiempo al aire libre, peor visión

Dada la dimensión del problema muchos científicos intentan desde hace tiempo comprender las causas del auge de este defecto ocular, un incremento tan grande que no puede atribuirse únicamente a causas genéticas. "Los cambios genéticos no se propagan tan rápido. Hace falta recurrir a un factor ambiental", dice la doctora Seang Mei Saw, que estudia las vinculaciones entre genética y miopía en la Universidad Nacional de Singapur.
Entonces ¿cuál es el motivo? El camino para averiguarlo no ha sido nada fácil. Hasta hace unos años se pensaba que la causa debía residir en el mayor tiempo que los niños dedicaban al estudio, algo que concuerda con la exigencia académica al alza de los chicos asiáticos. Según datos de la OCDE, los quinceañeros de Shangai dedican unas 14 horas semanales a hacer deberes, frente a las 5 que invierten los chicos británicos y 6 los estadounidenses.

Sin embargo, los estudios acabaron por descartar que ese fuera el motivo principal. La pista definitiva no llegó hasta 2007, cuando el optometrista Donald Mutti del Colegio de Optometría de la Universidad Estatal de Ohio llevó a cabo una investigación que durante cinco años estudió los hábitos de un grupo de más de 500 niños de 8 y 9 años de edad y con visión sana. Al concluir la investigación, uno de cada cinco niños había desarrollado miopía. Y destacó
 un factor ambiental asociado a estos: habían pasado mucho menos tiempo al aire libre que los demás.Ya en los años noventa se había establecido una correlación entre el tipo de educación y la miopía tras un estudio realizado con adolescentes israelíes escolarizados en las escuelas talmúdicas judías conocidas como yeshivot. En estos centros las horas dedicadas a leer son mucho más altas y también el índice de miopía. La asociación parecía consistente, a lo que se sumaban las muchísimas horas que los niños del siglo xxi pasan frente a las pantallas de ordenadores, smartphones y tablets.
Unos resultados que, un año más tarde, corroboró la investigación dirigida por la experta en miopía de la Universidad de Tecnología de Sídney, Kathryn Rose, durante la cual el foco de atención fueron unos 4.000 alumnos de primaria y secundaria de la capital australiana. ¿Era la actividad física que llevaban a cabo los niños lo que les protegía de contraer miopía? No. Ni tampoco el tiempo dedicado al deporte o que esos niños pasaran menos tiempo ante las pantallas. O al menos no solo eso. El factor más concluyente resultó ser una mayor exposición a la luz brillante del día.
"La luz solar estimula la producción de dopamina intraocular a través de las células amacrinas de la retina", explica Manuel Díaz. La dopamina es un neurotransmisor que bloquea el alargamiento del ojo durante su desarrollo y se produce sobre todo durante el día. Se estima que si la iluminación es tenue, lo que ocurre en los ambientes de interior, su ciclo se interrumpe, lo que tiene consecuencias en el crecimiento de los ojos.

Al menos 10.000 lux diarios

Ian Morgan, un investigador especializado en la miopía de la Universidad Nacional de Australia en Canberra, estima que los niños necesitan pasar alrededor de tres horas por día bajo niveles de luz de al menos 10.000 luxpara estar protegidos contra la miopía, una cantidad de luz similar a la que recibiríamos permaneciendo bajo la sombra de un árbol en día de verano. Algo difícil de igualar en un interior: una oficina o un aula que esté bien iluminada no supera los 500 lux.
En 2009, Morgan se propuso probar si pasar más tiempo al aire libre ayudaría a proteger la vista de los niños chinos. Él y un equipo del Zhongshan Ophthalmic Center lanzaron en Guangzhou un experimento en seis escuelas seleccionadas al azar en las que añadieron una clase al aire libre de 40 minutos de duración al final de cada jornada escolar para los niños de seis y siete años; los niños de otras seis escuelas no tuvieron cambios en el horario y sirvieron como referencia.
De los más de 900 chavales que asistieron a la clase al aire libre, el 30% desarrolló miopía entre los 9 y 10 años, un 10% menos que los alumnos de las escuelas de control. En una escuela de Taiwán, donde se les pidió a los maestros que los niños permanecieran al exterior durante 80 minutos diarios, los resultados fueron mejores. Tras un año, los médicos detectaron miopía solo en un 8% de ellos, en comparación con el 18% de los niños que fueron diagnosticados en una escuela cercana.

Sol y gotas de atropina

"La miopía siempre tiende a progresar. Solo la frena la exposición a la luz solar y las gotas de atropina", dice Manuel Díaz. Díaz es uno de los autores de un estudio científico que está a punto de ser publicado, en el que a lo largo de 5 años se ha podido comprobar que la atropina superdiluida (al 0.01%), aplicada diariamente por la noche, resulta también muy útil para ralentizar la progresión de la miopía. En el 80% de los tratados se consiguió frenar el avance de la miopía, que no aumentó más allá de las 0,25 dioptrías por año.
La atropina es un fármaco que lo que hace, entre otras cosas, es aumentar la producción de dopamina en las células amacrinas de la retina por lo que, en combinación con una correcta exposición a la luz solar, puede ser una herramienta de gran utilidad para controlar este indeseable auge de la miopía en el mundo.

"Hay otras propuestas, como unas lentes de contacto diseñadas para regular el crecimiento del ojo, pero los resultados no son comparables", dice Tarrús, que también resalta la importancia que tiene la exposición a la luz solar en este asunto."
Ya sabíamos que en épocas de menor luz ambiental, es decir en invierno, el incremento de la miopía en los niños aumenta más que en verano. Según indican las estadísticas realizadas en Estados Unidos, Australia y en los países asiáticos, que por el momento son muy amplias y poco concretas, la implementación de esos modelos de “educación intensiva” no hacen sino empeorar la situación», añade.Según el profesor asociado de Oftalmología en la Universitat de Girona Joaquim Tarrús, médico adjunto del servicio de Oftalmología del Hospital Josep Trueta y del Hospital de Olot, hoy por hoy la atropina parece ser la opción más efectiva, aunque su altísima dilución es esencial para evitar efectos indeseables locales, algo que se está monitorizando en la actualidad.
Desde hace mucho tiempo se conocen los múltiples beneficios que el aire libre genera en las personas, en especial entre los más jóvenes. Ahora, el freno de la miopía es otra razón de peso que no deberíamos obviar. Además, como recalca Kathryn Rose, estar al aire libre "seguramente redunda en un aumento de la actividad física, lo que a su vez disminuye la probabilidad de sufrir obesidad y mejora el estado de ánimo", dice Rose. ¡Y es gratis! ¿Qué más se puede pedir?