sábado, 31 de marzo de 2018

El Intermedio_Modelo Alzira

LAS MUJERES SIEMPRE ESTUVIERON,PERO AHORA SON VISIBLES


María Martinón, directora del CENIEH

“Debemos desterrar la idea de que un fósil lleva a reescribir la prehistoria”


A finales de 2017 la paleoantropóloga María Martinón Torres (Ourense, 1974) tomaba posesión como nueva directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. Su antecesor, Alfredo González Torres, declaraba un año antes la evidente brecha de género que existía en esta institución, ya que tan solo el 22% del personal investigador eran mujeres. Martinón es miembro del Equipo de Investigación de Atapuerca desde 1998 y ha participado en varios proyectos internacionales sobre la dentición en homínidos. En la actualidad analiza las piezas dentales del homínido más antiguo de Europa.

<p>María Martinón Torres, paleoantropóloga y directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana / CENIEH</p>
María Martinón Torres, paleoantropóloga y directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana / CENIEH
Pertenece a una familia vinculada a la ciencia en diferentes ámbitos, desde la salud a la arqueología, ¿qué le hizo decantarse por la paleoantropología?
Probablemente crecer en un ambiente en el que había pasión por las dos disciplinas que se hermanan en la paleoantropología, la medicina y la historia. Al fin y al cabo la paleoantropología es la reconstrucción de la historia del ser humano, y cómo su cuerpo ha respondido a las diferentes presiones ambientales. Ahora sabemos que hasta la enfermedad se puede leer como la historia de la evolución y la “maladaptación” del ser humano. Las enfermedades infecciosas, por ejemplo, son la otra cara de la moneda de una especie muy abundante, muy social y que vive en comunidad, a veces hacinada, favoreciendo el contagio y la propagación de los patógenos. Cada vez está más claro que la medicina y la biología evolutiva están íntimamente ligadas. 
Es la actual directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. ¿Cuál es su perspectiva de la situación de las mujeres en la ciencia y sobre todo en los altos cargos en España?   
Tengo una lectura positiva y esperanzadora. Creo que las cosas están cambiando y quiero interpretar mi propia situación, humildemente, como signo de ello.

La verdad es que en el caso particular de Atapuerca es muy estimulante descubrir el nivel de conocimiento e interés popular general sobre los hallazgos y su significado. Mi percepción es que el trabajo que se realiza en Atapuerca es conocido y querido por la gente y en esa situación, quizá insólita en otros países, ha tenido mucho que ver el esfuerzo que se ha dedicado a la divulgación del trabajo científico que se hacía en estos yacimientos. Creo que además, en general, el periodismo científico en España es de primera categoría.
¿Cree que en España es suficientemente conocido el trabajo que se realiza en Atapuerca y la relevancia científica que tienen los hallazgos de sus yacimientos?
Acaba de publicar un estudio en Science sobre la dispersión del Homo sapiens por el planeta hace entre 200.000 y 175.000. ¿Puede una mandíbula o un solo hueso reescribir la prehistoria?
Debemos desterrar la idea de que un fósil o un hallazgo nos llevan a reescribir la prehistoria. Más bien la refuerzan y la definen. La reconstrucción de nuestros orígenes es como un gran edificio en continua reforma. Alguna vez, las menos, habrá que derribar una estancia, pero en la mayoría de los casos lo que hacemos es ampliarlas y abrirles ventanales que nos dan una mejor visión panorámica.
¿Cómo debemos interpretar entonces los descubrimientos sobre la evolución humana?
Teníamos visiones parciales de la historia y con cada hallazgo lo que hacemos es enriquecer nuestro alcance y comprensión, inaugurar una habitación con vistas. El estudio del maxilar humano hallado en Israel y publicado en Science nos permite adelantar la fecha de la presencia de humanos modernos fuera del continente africano al menos unos 60.000 años. No reescribe la historia pero si tiene una implicación significativa en la interpretación, por ejemplo, de los motivos por los que una especie es capaz de adentrarse en nuevo territorio. ¿Por qué migramos antes: competencia con otros humanos, necesidad de más recursos, simple explosión demográfica o curiosidad por conocer otro lugar?
Estos estudios siempre levantan polémica, ya que las dataciones y los diferentes grupos de investigación en ocasiones rebaten los resultados. ¿Por qué la paleontología está sujeta a una amplia interpretación partiendo de las dataciones y las muestras fósiles?
La ciencia construye hipótesis con las evidencias disponibles. No trabaja con verdades, sino que busca la explicación más coherente de la realidad con los datos de los que dispone. Esa explicación tiene que someterse a comprobación el resto de su vida, pero no solo en paleontología, sino en cualquier ámbito científico. Es cierto que en el caso de esta disciplina, al tratar de explicar fenómenos y episodios del pasado, nuestras evidencias, como por ejemplo los fósiles, son mucho más escasas. Así pueden existir vacíos mayores que cubrir. Pero eso, por otra parte, ha agudizado nuestro ingenio, potenciando la innovación metodológica y tecnológica que nos permita afinar o maximizar la información que se puede obtener.
¿Ocurre lo mismo con las pinturas rupestres, como las que se acaban de datar en varias cuevas españolas y que han revelado que las pintaron los neandertales?
En ese caso particular, lo que ha sucedido es que las técnicas de datación y de toma de muestras son cada vez mejores, más precisas, y ahora podemos hacer cosas que antes no podíamos como, por ejemplo, datar pinturas rupestres de esta manera tan sofisticada. No es por lo tanto que antes hubiéramos hecho las cosas mal, sino que ahora hacemos cosas que antes no podíamos.
Antes teníamos un ‘intervalo’ de tiempo para esas pinturas y ahora se ha podido afinar hacia atrás, en el tiempo, su antigüedad. Las coloca que un tiempo en el que, que sepamos, no había humanos modernos en Europa. La explicación lógica es que sus autores han sido los neandertales. Si el día de mañana encontramos humanos modernos en la península ibérica de 80.000 años, por ejemplo, tendríamos que reconsiderar la autoría de esas pinturas de nuevo. ¿Significa eso que las dataciones de las pinturas rupestres estaban mal o que nuestra interpretación de la evidencia disponible estaba mal hecha? Evidentemente no. No creo que esta revisión sea síntoma de precariedad, sino más bien de salud científica.

La necesidad de ‘exprimir’ la información que puede proporcionar los fósiles y hacerlo de una forma no destructiva ha promovido avances e innovaciones tecnológicas particularmente en el análisis de imagen. Estas han supuesto una revolución en nuestro campo. Pero lo fascinante es que nuestra especialización en este ámbito nos ha permitido proporcionar aplicaciones, por ejemplo, al campo forense.
En este trabajo se han aplicado técnicas de microtomografía y en otro estudio reciente aplican esta misma tecnología para conocer el sexo de los fósiles de miles de años. ¿La tecnología en su campo evoluciona a la par de los avances científicos o existen nuevos retos para el análisis de los fósiles?
Utilizando técnicas que son casi de rutina en la paleoantropología, como la microtomografía, hemos desarrollado una aproximación metodológica que permite estimar el sexo de un individuo a partir de las proporciones de sus tejidos dentales. Esto es particularmente útil para la identificación del sexo de víctimas por ejemplo en catástrofes en las que los cuerpos están incompletos y quemados. Es un bonito ejemplo de lo absurdo de diferenciar entre ciencias básicas y aplicadas. Las aplicaciones son consecuencias secundarias al avance en el conocimiento, y dirigir la investigación solo a la obtención de ‘aplicaciones’ convertiría la ciencia en un producto de supermercado.
¿En qué está trabajando en estos momentos?
En el estudio dental de la especie Homo antecesor. Existen una serie de piezas dentales que todavía no han sido publicadas y que arrojarán información, creo que muy interesante, sobre el homínido más antiguo que existe en toda Europa.

YANQUIS Y MILICOS DE ESPAÑA PRESIONAN A LOS SOCIATAS PARA QUE SIGA SIENDO PRIVADO

Dependencias del hospital de Alzira

El hospital de Alzira vuelve a ser público: cae el símbolo del modelo de la privatización sanitaria del PP

viernes, 30 de marzo de 2018

ES LA HOMEOSTASIS,ESTUPIDO

'Tener un cuerpo que siente es lo que nos hace humanos'

NEUROCIENCIA

Entrevista a Antonio Damasio
El neurocientífico Antonio Damasio, en la azotea de La Pedrera de Gaudí en Barcelona. EFE
El prestigioso neurocientífico portugués Antonio Damasio repasa el importante papel que ha tenido la emoción en la evolución de la cultura humana.
En el título de uno de sus ensayos más populares, Antonio Damasio (Lisboa, 1944) afirmaba que El cerebro creó al hombre: lo que nos distingue de otros animales, aunque a estas alturas nos pueda sonar a obviedad, es nuestra capacidad de razonar. Pero en su nuevo libro, El extraño orden de las cosas (Destino, 2018), el neurocientífico portugués -seguramente la mayor celebridad mundial en cuanto a la divulgación de los misterios de la mente- va aún más allá, pues sostiene que antes de la razón, estuvo la emoción, y que de ahí surge nuestra cultura. "El intelecto suele ponerse a un nivel muy por encima", nos explica en una sala interior de La Pedrera, el emblemático edificio de Gaudí, "porque con nuestra inteligencia hemos desarrollado el arte, la ciencia y la moral. Pero la pregunta que tendríamos que hacernos es por qué. ¿Por qué queremos, por ejemplo, la medicina? Porque sufrimos y tenemos miedo a la muerte. ¿Y por qué queremos la tecnología? Porque nos incomoda el clima y necesitamos refugiarnos. Y empezamos a cantar porque eso nos genera felicidad".
Antes de cada gran avance intelectual, sostiene Damasio, no hubo un reto de la razón, sino un sentimiento irreprimible que necesitábamos dominar por una simple cuestión de supervivencia y mejora de la especie. Ese proceso se conoce como homeostasis, y afecta a todos los seres vivos, pues implica un intercambio de materia y energía con el mundo exterior para regular la condición interior, hacerla más estable y, por tanto, más proclive al desarrollo y la mejora. Una técnica propia de la homeostasis es el metabolismo -algo que une a las bacterias con organismos pluricelulares como usted y yo-, pero también lo es el desarrollo y la gestión de un sentimiento, y eso es lo que nos diferencia de la bacteria, o de una mascota. "Lo que hacemos no lo hacemos para estar vivos", prosigue Damasio, pues para estar vivos nos bastaría con respirar y alimentarnos. "Lo hacemos para sentirnos vivos. Y como se trata de sentir, no es suficiente con el intelecto".
El razonamiento de Damasio puede parecer sorprendente, por el enorme sentido común que despliega. Es evidente que Dante escribió la Divina comedia por amor, que Shostakovich compuso la mayor parte de su música movido por la frustración y el rencor, y que no sería posible la literatura de terror sin el sentimiento primario del miedo a lo desconocido, como sostenía Lovecraft. Ninguno de estos nombres, y ningún artista, comienza a crear sólo por medir sus capacidades intelectuales. Pero según Damasio, esto no se comprende en la comunidad científica de la que él participa. Aunque nacido en Lisboa, desde hace años reside en California y, como explica un poco en voz baja, vive rodeado de lo que identifica como "gente de Silicon Valley", a la que sólo le interesa el dinero y le mueve otro sentimiento, la codicia. En ese ámbito, el influjo que el materialismo ha proyectado sobre la ciencia ha relegado al ser humano sensible a una categoría menor, en comparación con el ser humano racional.
"A nadie en el mundo de las artes hay que explicarle que los sentimientos nos hacen ser lo que somos", prosigue. "Pero en la ciencia, sobre todo en las ciencias físicas y algunas humanas, como la psicología, hay una larga tradición de negar el sentimiento. Y ahora más que nunca, los gobiernos apoyan aquellas disciplinas que facilitan el crecimiento económico: matemáticas, ingeniería... Es por eso por lo que no hay apenas dinero para música o humanidades".
De este modo, en El extraño orden de las cosas el esfuerzo de Damasio pasa por revalorizar la emoción en el debate científico, y situarlo antes que la razón en la cadena biológica de los hechos que han formado y desarrollado al ser humano inteligente y el más grande de sus logros intelectuales, la cultura. Esa cadena crece -después de la cultura, Damasio sitúa la razón, la ética, la moral y la civilización-, pero siempre a partir de un origen sentimental que todavía es motor de nuestras acciones.
Puesto que es la capacidad de entender los sentimientos lo que nos distingue de las bacterias o los gatos, es el mismo cuerpo lo que nos diferencia de las máquinas. "Estoy a favor de las inteligencias artificiales", asegura, "pero me opongo a quien diga que algún día un ordenador podrá sentir como tú o yo. El neurosistema de un computador los hace mejores a nosotros en cálculo, las matemáticas las aprenden fácil, el lenguaje lo pueden llegar a adquirir, pero la parte del ser no la llevan bien. Sin un cuerpo, no pueden experimentar el dolor, el miedo o el placer, y por tanto no pueden regular la vida. Nunca serán mejores que nosotros".


Estrés, inflamación y homeostasis
La relación entre homeostasis, respuesta de estrés e inflamación es compleja e incluye mecanismos celulares y extracelulares que son puestos en marcha por desviaciones extremas de las variables reguladas o por la intervención de un agente exterior1
Autor: Chovatiya R, Medzhitov R Molecular Cell 54(2):281-288, Abr 2014
Introducción y objetivos
La inflamación ha sido considerada tradicionalmente como una respuesta defensiva inducida por una infección o por una lesión tisular. La inflamación, sin embargo, también puede ser desencadenada por el estrés tisular y por la pérdida de la homeostasis. La inflamación puede ser vista como un extremo del espectro de respuestas que van desde la pérdida de la homeostasis, la respuesta de estrés y la respuesta inflamatoria auténtica.
El concepto de homeostasis describe una propiedad fundamental de los sistemas biológicos, que es la de preservar su estabilidad, manteniendo la regulación de variables clave dentro de un rango aceptable. La homeostasis opera por igual en todo el organismo (homeostasis sistémica), en los tejidos específicos (homeostasis tisular) y en las células individuales (homeostasis celular). Las variables sistémicas reguladas por los mecanismos homeostásicos incluyen la presión arterial, la volemia, la osmolaridad, el pH, la PO2, la PCO2, la temperatura corporal y las concentraciones plasmáticas de sodio, de calcio, de magnesio, de fósforo y de glucosa.
Las variables que determinan la homeostasis tisular no están tan bien definidas, pero abarcan el número de células, la composición celular de cada tejido, la arquitectura tisular, la integridad de los componentes estructurales y las concentraciones de nutrientes. La homeostasis celular, por su parte, mantiene la regulación de una cantidad de variables, que incluyen el volumen celular, la osmolaridad, el pH, el potencial de membrana y las concentraciones de electrolitos, de proteínas, de nutrientes, de colesterol, de oxígeno y de especies reactivas del oxígeno (ROS).
Cuando las variables reguladas sufren alteraciones más allá de sus rangos dinámicos, el sistema pone en marcha una respuesta de estrés para intentar restaurar la homeostasis
En todos los casos, estas variables son mantenidas dentro de un rango dinámico de variaciones por sistemas complejos de vigilancia permanente, como los sistemas endocrinos, el sistema nervioso autónomo, la configuración espacial de ciertas proteínas y la acción de neuronas especializadas. Los sistemas de detección de las variables sistémicas y de las variables celulares son mejor conocidos que los de las variables tisulares. Los sensores conocidos de la homeostasis tisular se especializan en detectar infecciones y daños tisulares, e incluyen células inmunitarias residentes (macrófagos, mastocitos) y neuronas somatosensitivas.
Cuando las variables reguladas sufren alteraciones más allá de sus rangos dinámicos, el sistema pone en marcha una respuesta de estrés para intentar restaurar la homeostasis. La respuesta inflamatoria representa el extremo del intento del sistema por restaurar la homeostasis y puede ser desencadenada por desviaciones extremas de las variables o por ruptura directa de la homeostasis.
El objetivo de esta revisión es analizar las diferencias cualitativas y los resultados funcionales de las diversas respuestas inflamatorias, bajo la perspectiva de su relación con la homeostasis y con la respuesta de estrés.
Homeostasis, estrés e inflamación
Si bien se reconoce que tanto la respuesta de estrés como la respuesta inflamatoria son reacciones de protección para defender la homeostasis, la relación entre ambas no está totalmente aclarada. Pueden ser vistas como componentes diferentes, eventualmente superpuestos, en los distintos estados del sistema (homeostasis, estrés, inflamación).
Cuando la capacidad homeostática es insuficiente para mantener el rango dinámico de las variables, se pone en marcha la respuesta de estrés. Si esta es insuficiente para restaurar la homeostasis, comienza a actuar la respuesta inflamatoria. Ambas respuestas tienen como objetivo la erradicación de la fuente de perturbación, la adaptación al factor estresante y, finalmente, la restauración de la homeostasis del sistema.
La respuesta de estrés y la respuesta inflamatoria pueden distinguirse por las situaciones que las inducen. Existen 2 tipos principales de estímulos:
  1. La desviación extrema en los valores normales de alguna de las variables reguladas (o de más de una).
     
  2. Un factor que causa desviación de las variables reguladas, pero que no es en sí mismo una de ellas (infecciones, alérgenos, toxinas, xenobióticos).
Para esta revisión, los autores se refieren al primer contexto como respuesta de estrés (por ej., hipoxia o golpe de calor), y al segundo, como respuesta de defensa (patógenos, toxinas, daño tisular).
Existen sensores específicos para la detección de los distintos factores inductores. En otros casos, los factores inductores no pueden ser detectados directamente, sino que el organismo lo hace por medio de las alteraciones patológicas que producen (alteración de las uniones intercelulares estrechas, proteólisis de componentes de la matriz extracelular, activación del complejo proteico del inflamasoma, etc.).
Genes en la respuesta de estrés
Los mecanismos de detección, las vías de transmisión de señales celulares y los programas de expresión de genes para el control de la homeostasis celular han sido bien caracterizados. Funcionalmente, los productos génicos de respuesta de estrés pueden ser divididos en 2 categorías, según estén involucrados en la eliminación de un factor estresante (degradación de proteínas, depuración de ROS, reparación del ADN dañado) o en la adaptación a una situación de estrés (supresión de la síntesis de nuevas proteínas anormales, prevención del plegado anormal de las proteínas, expresión de proteínas chaperonas [impiden el plegado proteico anormal]).
Los genes involucrados en la adaptación al estrés son especialmente importantes en el estrés crónico, como puede verse en las infecciones prolongadas o en las situaciones en las que el estrés es parte normal de la función celular (por ej., células con alta demanda secretora: plasmocitos, células tubulares renales, etc.).
Respuestas celulares intrínsecas y respuestas celulares extrínsecas
La mayor parte de lo que se conoce sobre el estrés celular y sobre la respuesta de defensa tiene que ver con mecanismos celulares intrínsecos de adaptación. Existe, sin embargo, una respuesta extrínseca a la célula, igualmente importante, compuesta por 2 categorías génicas funcionales. La primera categoría de productos génicos regula el compartimiento extracelular (remodelación de la matriz extracelular, posición celular, contacto célula-matriz, contacto célula-célula).
La segunda categoría está relacionada con la comunicación parácrina entre células adyacentes. La mayoría de las situaciones de estrés afectan, más que a células individuales, a poblaciones de células en un compartimiento determinado. Cuando una célula, o un grupo de células, sufren un trastorno estresante, producen señales de alerta destinadas a las células vecinas, que inducen cambios anticipatorios a la llegada del factor de estrés.
Un ejemplo de la situación recién mencionada es la respuesta de defensa antiviral. Las células infectadas producen interferón tipo 1, que actúa sobre células vecinas para activarlas y producir una respuesta antiviral. Las respuestas extrínsecas aportan adaptaciones defensivas que van más allá de la respuesta celular. Por ejemplo, la hipoxia no solo induce adaptaciones intracelulares (inducción de transportadores de glucosa, cambio a glucólisis anaerobia), sino también tisulares, como la angiogénesis o la inducción en células vecinas de un fenotipo irradiado, a partir de células que recibieron irradiación.
Los investigadores creen que todo tipo de respuesta de estrés y de respuesta de defensa tiene un componente celular extrínseco, aunque la mayor parte de ellos no hayan sido aún caracterizados. El análisis génico indica que las varias formas de estrés inducen gran número de genes, cuyos productos tienen funciones extracelulares.
Respuesta tisular, parainflamación e inflamación
La inflamación puede ser vista como la versión extrema de la respuesta al estrés tisular
Si bien la mayoría de las células pueden detectar trastornos en la homeostasis tisular, son las células sensitivas especializadas las que realizan esta función con mayor eficiencia, entre ellas los macrófagos residentes del tejido, los mastocitos y las neuronas sensitivas.
Los macrófagos parecen ser las primeras células en detectar la presencia de patógenos y de factores estresantes más genéricos (hipoxia, alteraciones metabólicas). Las neuronas sensitivas pueden detectar el frío, el calor, las sustancias químicas, el pH, etc. La producción de neuropéptidos consecutiva a la detección de un factor estresante coordina la adaptación local al estrés (neuroinflamación).
Las quimiocinas producidas localmente pueden reclutar células especializadas de otros compartimientos (por ej. la circulación). La respuesta extracelular es particularmente importante cuando la respuesta intracelular es insuficiente para restaurar la homeostasis. La inflamación puede ser vista como la versión extrema de la respuesta al estrés tisular.
Esta inflamación se diferencia de la respuesta inflamatoria aguda (RIA) clásica (no hay exudado ni reclutamiento de neutrófilos), y ha sido denominada parainflamación. Entre las situaciones clínicas asociadas con parainflamación está el envejecimiento, la degeneración macular por envejecimieto, el estrés metabólico y la obesidad.
Si el nivel de estrés es aún mayor, por ejemplo, por infección o por destrucción tisular, la parainflamación puede ser insuficiente, y el organismo debe poner en acción los mecanismos completos de la RIA. La RIA se apoya en subtipos celulares especializados (neutrófilos, monocitos, eosinófilos y basófilos), reclutados desde la circulación. Las defensas convocadas incluyen macrófagos locales, mastocitos y receptores nociceptivos.
Discusión y conclusiones
La inflamación puede considerarse el extremo del espectro de mecanismos para mantener la homeostasis
La inflamación ha sido tradicionalmente considerada una respuesta de defensa inducida por una infección o por una lesión a los tejidos. Se sabe actualmente que la respuesta inflamatoria crónica puede acompañar muchos estados patológicos, aun en ausencia de infección o de destrucción celular. Los hallazgos recientes señalan, además, una fuerte conexión entre la respuesta inflamatoria y la respuesta de estrés.
Los autores sugieren en esta revisión una perspectiva para abordar el tema. La inflamación puede considerarse el extremo del espectro de mecanismos para mantener la homeostasis. Cuando los mecanismos normales no pueden mantener el rango dinámico de las variables, comienzan a operar la respuesta de estrés, la parainflamación y, finalmente, la inflamación propiamente dicha.
Los investigadores identifican 2 tipos de estímulos que pueden provocar inflamación. Uno de ellos son las desviaciones extremas de las variables reguladas; el segundo tipo, los estímulos (agentes patógenos, toxinas, alergenos, etc.) que, sin ser variables reguladas, pueden afectar a estas. Las respuestas inflamatorias a los 2 tipos de estímulos parecen ser cualitativamente diferentes.
En conclusión, la relación entre homeostasis, respuesta de estrés e inflamación es compleja e incluye mecanismos celulares y extracelulares que son puestos en marcha por desviaciones extremas de las variables reguladas o por la intervención de un agente exterior.

jueves, 29 de marzo de 2018

CADA MAÑANA ,UN MISTERIO DECÍA MI ABUELA DE RUTIGLIANO



La extraña galaxia sin materia oscura

Aunque todavía no se ha podido detectar, la materia oscura constituye alrededor del 27% del universo y sus efectos se dejan notar en el movimiento de las galaxias. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Yale (EE UU) han comprobado que en al menos una galaxia, denominada NGC1052-DF2, no aparece ni rastro de materia oscura, solo la masa de sus cúmulos de estre
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Investigadores de EE UU y Canadá han encontrado una lejana galaxia que, de forma inesperada, no contiene materia oscura, ese misterioso material cuya masa parece tener efectos gravitatorios sobre la materia visible, como las estrellas y las galaxias, afectando a sus movimientos por el universo.
De hecho, los científicos piensan que el 27% del universo es materia oscura,siendo la materia ordinaria, la que vemos, tan solo el 5%. El 68% restante correspondería a la también enigmática energía oscura.
En este contexto, el equipo liderado por el profesor Pieter van Dokkum de la Una galaxia sin materia oscura preocupa a los astrónomos. FOTO: EFEUniversidad de Yale ha analizado la galaxia NGC1052-DF2 (situada cerca de NGC 1052 en la constelación de Cetus, a unos 63 millones de años luz) y ha descubierto que carece de materia oscura.En la mayoría de las galaxias, la materia oscura es el tipo predominante de materia. En galaxias como la Vía Láctea, normalmente hay alrededor de 30 veces más materia oscura que materia ‘normal’ (la que se calcula con la masa de sus estrellas). Curiosamente, esta proporción de materia oscura aumenta tanto en galaxias mayores como en las menores a la nuestra. Por ejemplo, las galaxias enanas tienen 400 veces más materia oscura.

Masa solo de estrellas

“Basándonos en los movimientos de diez cúmulos de brillantes estrellas que se encuentran dentro de ella, hemos encontrado que la masa de NGC1052-DF2 es esencialmente la misma que la masa aparente de las estrellas visibles”, señalan los autores, que destacan: “Este hallazgo sugiere que esta galaxia, a diferencia de otras, no parece tener ninguna materia oscura en absoluto”.
Paradójicamente, según los científicos, el hecho de descubrir galaxias como NGC1052-DF2 puede ayudar a descartar algunas de las teorías cosmológicas que se han propuesto como alternativas a la materia oscura, incluidas las que consideran que habría que modificar las leyes de Newton para explicar el movim

LAS FEMINISTAS SE PSICOANALIZAN CON HOMBRES ?


Crítica feminista al psicoánalisis y a la filosofía

Crítica feminista al psicoanálisis y la filosofía. T. López Pardina y A. Oliva Portolés
Crítica feminista al psicoanálisis y a la filosofía (Madrid, Editorial Complutense, 2003) libro editado por Teresa López Pardina y Asunción Oliva Potrolés, presenta siete artículos de siete autoras, en los que se analizan las relaciones establecidas entre el feminismo, la filosofía y el psicoanálisis, y las controversias en las que, a raíz de esas relaciones, se han visto envueltos ciertos paradigmas.
Contraportada:
“Desde los comienzos del feminismo como pensamiento antropológico, moral y político surgió la confrontación con la reflexión filosófica del momento. Mary Wollstonecraft polemizó con Rousseau, Simone de Beauvoir con los filósofos del XIX y del XX, y las feministas de la impropiamente llamada “segunda ola” contra el marxismo.
Otro tanto ocurrió poco después de la muerte de Freud en el campo del psicoanálisis. Se empezó a poner en cuestión la visión freudiana de la sexualidad femenina: Helen Deutsch, Karen Horney y Margaret Mead hacen críticas y aportaciones nuevas. Simone de Beauvoir en El segundo sexo pone en cuestión los presupuestos psicoanalíticos. En los años setenta, S. Firestone, K. Millett y E. Figes continúan la discusión.
Durante las dos últimas décadas el feminismo ha mantenido una controversia, tanto con los diversos paradigmas filosóficos (postmodernidad, teoría crítica de Habermas, postestructuralismo), como con las diferentes corrientes psicoanalíticas.
Por esta razón estimamos que sería estimulante y esclarecedor realizar un balance del estado de la cuestión en el comienzo de este nuevo siglo. ¿En qué punto estamos? ¿Cómo ha incidido el feminismo en la filosofía y en el psicoanálisis? ¿Ha podido el feminismo beneficiarse con las aportaciones de estas disciplinas?”

Nuevas pruebas de que los primeros humanos llegaron a América por mar

Unas huellas humanas descubiertas en Canadá datan de hace 13.000 años


Las excavaciones de un equipo de científicos en la costa oeste de Canadá han sacado a la luz marcas de huella de dos adultos y un niño que irían descalzos, con una antigüedad de 13.000 años. Estos restos suponen nuevas evidencias de la población humana que vivió en esa zona al final de la última Edad de Hielo y refuerzan la hipótesis de que los humanos llegaron por mar de Asia a América del Norte.

<p>Fotografía de una de las huellas junto a la imagen digitalmente mejorada de la misma. / Duncan McLaren</p>
Fotografía de una de las huellas junto a la imagen digitalmente mejorada de la misma. / Duncan McLaren
Durante la última Edad de Hielo (que terminó hace 11.700 años), los humanos se trasladaron a las Américas desde Asia a través de lo que entonces era un puente terrestre hacia América del Norte, según los datos aportados por diferentes estudios. De esta forma, llegarían a lo que ahora es la costa oeste de Columbia Británica, Canadá, así como a las regiones costeras del sur.
Actualmente, la costa pacífica de Canadá está en gran parte cubierta por un denso bosque y solo se puede acceder por barco, lo que dificulta la búsqueda de evidencias arqueológicas que puedan respaldar esta hipótesis.
Un grupo de investigadores, liderados por el Instituto Hakai y la Universidad de Victoria, Canadá, excavó sedimentos de playa de la zona intermareal –litoral entre las máximas y mínimas mareas– en la costa de Calvert Island, en Columbia Británica, donde el nivel del mar estaba al final de la última Edad de Hielo dos o tres metros más bajo que hoy en día.
Los científicos descubrieron 29 huellas humanas de al menos tres tamaños diferentes en estos sedimentos, cuya datación por radiocarbono ha estimado una antigüedad de alrededor de 13.000 años. "Este hallazgo proporciona evidencias de los marineros que habitaron esta área durante el final de la última glaciación", dice Duncan McLaren, autor principal del estudio que publica la revista PLOS ONE.

Este hallazgo se suma a las últimas evidencias que respaldan la hipótesis de que los humanos usaron
 una ruta costera para trasladarse de Asia a América del Norte durante la última Edad de Hielo. Los autores sugieren que es probable que nuevas excavaciones, con métodos más avanzados, descubran más huellas humanas en la zona y ayuden a reconstruir los patrones de asentamiento humano temprano en estas costas.Las mediciones y los análisis fotográficos digitales revelaron que las huellas probablemente pertenecían a dos adultos y un niño, todos descalzos. El trabajo sugiere que los humanos estuvieron presentes en la costa oeste de la Columbia Británica hace unos 13.000 años, durante la Edad de Hielo más reciente. 

miércoles, 28 de marzo de 2018

EL SUICIDIO DE MARX


Karl Marx
La acusación de los desesperados
Acaba de editarse el volumen Acerca del suicidio de Karl Marx, con textos tempranos y prácticamente desconocidos en nuestro país. El joven Marx piensa e investiga el suicidio y lo conisdera un síntoma de la lucha social general. Tambié
Karl Marx, a los veintiocho años, en 1846, al entrarle a su investigación sobre el suicidio y sus causas, anota: “La crítica francesa, la crítica francesa de la sociedad, tiene una gran superioridad en cierto aspecto: el ser capaz de dar cuenta de lo contradictorio y antinatural de la vida no sólo en las relaciones entre clases particulares, sino en todos los circuitos y figuras del intercambio cotidiano de hoy”. Para el joven Marx investigar significa lectura, interpretación y análisis de materiales de procedencia diversa, ya sea novelesca como periodística. Si la teoría literaria, según Terry Eagleton, es teoría política, cabe entender las exploraciones literarias del joven Marx como disparadores y derivas de su actividad filosófica, económica y sociológica. La literatura, un interés constante, le permitirá adentrarse en los entretelones del sistema capitalista, penetrar tanto en la intimidad de las alcobas como en el submundo miserable de los hospicios y asilos donde se destierran la pobreza y la demencia. “No es sólo de los escritores propiamente socialistas de Francia que se espera una caracterización crítica de las condiciones sociales”, escribe Marx. Desde su óptica, el folletín resulta un intento bonapartista de igualar los sujetos, ricos y pobres, mediante un armado efectista. Contemporánea suya, la producción narrativa de Eugene Sue se convierte, no obstante los reparos de Marx, en alegato contra la miseria y la opresión llegando a conquistar la simpatía de un periódico fourierista. En su documentada y precisa introducción de Marx y el suicidio (tres artículos tempranos y prácticamente desconocidos de Marx en nuestro país), Ricardo Abduca informa que en París, un trabajador desesperado llegó a colgarse en las inmediaciones del domicilio de Sue declarando que elegía morir cerca de alguien que “nos quiere y nos defiende”. A Sue lo seguirán en su pseudorealismo, pródigo en complicaciones de argumento y tremendismo, Víctor Hugo y Alejandro Dumas. La relación entre ficción y sociedad se tensa en las novelas por entregas que cautivan un público lector voraz necesitado de reconocerse en los dramones, aunque la compensación moralista de los finales felices nada tenga que ver con la realidad y responda a la moral burguesa. Reforzando esta perspectiva, Gramsci llegará a plantear que el superhombre populista de Dumas –en alusión a El Conde de Montecristi– debería leerse como una reacción democrática a la concepción del racismo de origen feudal. 
En este sentido, es lúcido el rescate que Marx hace de Jacques Peuchet, un ex militante de la Revolución Francesa, más tarde partidario de la Restauración, que pasó de las letras a la medicina, para dedicarse luego a la jurisprudencia, la administración y el “rubro” policial como archivista y también director del servicio fotográfico de la prefectura de París. Su importancia literaria no es menor y un detalle que cita Abduca lo pone de relieve: un texto de Peuchet, “Le diamant et la vengeance” es la fuente de El Conde de Montecristo. En “Peuchet: sobre el suicidio”, Marx valora en el archivista su crítica a la vida privada. “Peuchet sólo permitió la difusión de sus memorias una vez fallecido”, cuenta Marx, “para que nadie pudiera contarlo en el bando de los atropellados socialistas y comunistas que, como es sabido, carecen por completo de la formidable profundidad y los conocimientos universales de nuestros escritores, funcionarios y prácticos ciudadanos”. Peuchet, un riguroso de las estadísticas, establece las conexiones entre la explotación, la injusticia, el robo, las enfermedades y el suicidio en un tiempo donde “es más fácil conseguir la pena de muerte que un empleo”. Y registra: “Muy a menudo encontré que entre las causas de suicidio estaba el ser destituido de un puesto, el ser rechazado en un trabajo y la baja súbita de los salarios”. A los críticos del suicidio les contesta: “El suicidio no es más que uno de mil y un síntomas de la lucha social general”. Si hay una víctima que se recorta clara en las estadísticas de esa época, la de Emma Bovary, es la mujer, considerada, según Peuchet, como “parte del inventario” masculino, y también como “el ser al que el legislador le da menos garantías”. Consecuencia del doble discurso y la hipocresía del Poder, las causas del suicidio femenino suelen ser un embarazo no deseado, el rechazo, la humillación, el desamparo. Estudiando un caso de suicidio inducido por un marido, apunta: “El celoso es, ante todo, un propietario privado”. La lectura del matrimonio por conveniencia como variante de la prostitución salta a la vista. A Peuchet no se le escapa tampoco la poética contenida en los escritos que dejan las almas suicidas, “incluso entre las clases más desprovistas de educación”. Los escritos desesperados conmueven al revelarse como acusación.
El segundo artículo, “El encarcelamiento de Lady Bulwer-Lytton”, seguido de “El aumento de la demencia en Gran Bretaña” (1858) es, por su parte, un análisis y una denuncia periodística contra la situación de la mujer, su sometimiento y la situación de asilos y “work houses”. Ahora Marx escracha a uno de “los líderes de la camarilla literaria del momento”, Sir Edward Bulwer-Lytton, quien, mediante una maniobra político-judicial, y con la complicidad de su hijo Robert, despacha a Rosina, su mujer, a un asilo recurriendo a la recomendación oficial de los “Comissioners in Lunacy” (Comisionados sobre Demencia). Los vericuetos del escándalo, que alteró la prensa londinense, y Marx cubrió como periodista, se detonaron con la publicación de semblanzas críticas que Rosina había escrito sobre la conducta doméstica de Bulwer-Lytton, político influyente y autor de varios novelones, entre los que figura Los últimos días de Pompeya. “Qué puede hacer un hombre encantador, sino encarcelar a una pobre infeliz en un loquero, que es el único lugar para esposas no queridas”, escribió Rosina, El motivo del escándalo fue que Rosina, separada de Bulwer Lytton, al narrar los secretos de su ex, había dado pasto a la oposición. Marx ataca con nombre y apellido a los médicos que bajo la influencia del marido diagnosticaron la demencia de la mujer y trazaron su suerte trágica. Rosina habría de quedar finalmente en libertad condicional en una residencia familiar bajo la mirada vigilante de su hijo. Es decir, de un confinamiento a otro.
Los ribetes y vueltas del caso encienden a Marx y se lanza más allá en un tercer artículo sobre el aumento de la demencia. Al suministrar estadísticas, robustece su hipótesis: “el aumento de la demencia marcha al ritmo de las exportaciones y ha superado el aumento de la población”, escribe exigiendo una investigación parlamentaria. A la vez, ataca los secretos del negocio manicomial, las casas privadas y los internados públicos, las “work-houses”, correccionales donde el hacinamiento y la crueldad son trato cotidiano. Marx, todo un antecedente foucaultiano, no retacea la descripción del horror y es claro al explicar el funcionamiento de estas instituciones: la economía. 
A la luz de la historia reciente, en más de un aspecto, estos escritos del joven Marx, además de presentar una reverberación trágica en el presente, son pioneros en enfocar cuestiones que hacen a la liberación de la mujer. Su percepción de la mecánica del capitalismo y la lucha de clases sugiere una complejidad que sólo puede captarse en las contradicciones. En una nota anterior a estos artículos, fechada en 1844, reflexionando sobre la bajeza de la propiedad privada ya había anticipado y definido su dialéctica: “La prostitución es sólo una expresión particular de la prostitución generalizada del trabajador, y dado que la prostitución es una relación en la que no sólo cae quien se prostituye, sino también quien prostituye –cuya bajeza es mayor aún–, también el capitalista, cae en esta categoría”.n toma nota de la situación de la mujer, su sometimiento y la situación de los asilos para dementes.